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México D.F. Viernes 9 de mayo de 2003
IRAN, EN LA MIRA DE LA MAFIA PETROLERA
Una
de las preguntas inevitables tras la destrucción, el sometimiento
y el saqueo de Irak por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña,
es quién sigue en la lista de objetivos estratégicos de la
mafia petrolera que controla la Casa Blanca. Los propios gobernantes estadunidenses
se han encargado de formular amenazas contra Siria y Cuba. Ayer, The New
York Times (TNYT) alimentó la lista al filtrar la "preocupación"
de los hombres de George W. Bush por los supuestos esfuerzos de Teherán
por fabricar armas atómicas y por las pretendidas violaciones de
la República Islámica al Tratado de No Proliferación
Nuclear. A decir del rotativo neoyorquino, Washington se esfuerza ahora
por documentar tal violación a fin de suscitar "acción punitiva
por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)".
La acusación estadunidense sostiene que Irán
ha estado desarrollando armas nucleares en el reactor de Natanz, una instalación
que fue visitada hace tres meses por el director general de la Agencia
Internacional de Energía Atómica, Mohamed el Baradei, quien
no reportó nada ilegal ni extraordinario. Ahora, los halcones estadunidenses
citados por TNYT, dicen que Natanz es una "obvia" fábrica de armas
atómicas.
Hay, pues, sobradas razones para alarmarse. El guión
estadunidense es extremadamente semejante a la manera en que Washington
fabricó sus argumentos para invadir Irak. En estos tiempos no es
necesario poseer armas de destrucción masiva para provocar una agresión
militar en gran escala por parte de Estados Unidos; basta con que el secretario
de Estado mienta ante el Consejo de Seguridad de la ONU y asegure la existencia
de tales armas. Una difamación semejante podría ocurrir,
en los meses próximos, contra Irán o Siria.
En el caso de la antigua Persia, hay un factor adicional
de peligro: sus reservas de petróleo, de las que Siria carece, podrían
colocar a Irán en el primer lugar en la lista de prioridades de
Bush y su grupo. Y es que, si hubiese quedado alguna duda sobre las razones
reales por las cuales Estados Unidos invadió, destruyó y
sojuzgó a Irak hace unas semanas, ayer el representante demócrata
Henry Waxman se encargó de disiparlas al revelar que el Cuerpo de
Ingenieros del Pentágono otorgó, sin concurso público
y en secreto, un contrato de 7 mil millones de dólares a la empresa
Halliburton -dirigida, y al parecer, defraudada, por el ahora vicepresidente
Richard Cheney, entre 1995 y 2000- para operar los pozos petroleros iraquíes
y comercializar el producto de ellos. Es lógico suponer, pues, que
los yacimientos iraníes resultan atractivos para la mafia petrolera
que encabeza George W. Bush y que no sólo ha logrado controlar Irak,
sino que previamente consiguió sojuzgar a Estados Unidos.
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