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México D.F. Miércoles 30 de abril de 2003

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

El dólar bélico

La moneda estadunidense ha ido perdiendo fuerza ante el euro y el oro redivivo
La OPEP ya debate sobre cotizar el petróleo en otra divisa

EL DERRUMBE DEL dólar se ha vuelto motivo de preocupación mundial, lo que ha colaborado en forma determinante a la desestabilización del sistema monetario internacional, que exhibe agudos desequilibrios que literalmente absorbe 80 por ciento del ahorro de los países de la periferia. El parasitismo (en términos biológicos estrictos) del "dolarcentrismo" depende del subsidio del capital foráneo, que ha acentuado la fuga de un sistema financiero eminentemente criminal ("síndrome Enron"), en el que han dejado de tener confianza los ahorradores globales, quienes prefieren el menor riesgo del euro, cuando no del oro y las materias primas. Desde octubre de 2000 a la fecha, el dólar pasó de su clímax de 1.21 a 0.92 euros, su nivel más bajo en los cuatro años recientes. Los cándidos euroinversionistas, quienes apostaron a la sicosis de la "nueva economía" en el periodo 1999-2000, perdieron doble: tanto en el valor de las cotizaciones como en la valía de la divisa. Los capitales de la "eurozona" que retornaron a tiempo, por lo menos se han podido resarcir de las pérdidas del dólar.

EL VERDADERO peligro se centra en el abandono del dólar como la divisa de reserva planetaria, que ha ido perdiendo fuerza frente al euro y al oro redivivo. No faltan quienes aduzcan que parte del montaje coreográfico de las guerras posteriores al 11 de septiembre, desde Afganistán hasta Irak, se debe a la falta de confianza en el dólar para pagar el "oro negro".

BLOOMBERG (17/04/03) reportó que Pertamina, la empresa estatal petrolera de Indonesia, "considera abandonar al dólar por el euro en transacciones de petróleo y gas", y advierte que la medida "podría tener fuertes implicaciones para la principal economía planetaria, cuando los otros países asiáticos (que todavía no olvidan los engaños de Estados Unidos por el efecto Dragón) imiten la medida". Finalmente, Bloomberg enfatiza que "las razones para ello son económicas y políticas, y podrían desencadenar un realineamiento de los Bonos del Tesoro y las acciones bursátiles en un plazo dado". Sería muy irresponsable que el equipo Bush no disponga de una "política económica" para paliar el derrumbe irresistible del dólar; hasta ahora se ha refugiado en el "ofertismo fiscal" (supply-side economics, un modelo que nunca ha prosperado), es decir, el recorte de impuestos para las clases pudientes (en especial los empresarios y los petroleros), así como en la promesa propalada por el israelí-estadunidense Ben Bernanke (alto funcionario de la Reserva Federal, quien por sus redes trasatlánticas ha cobrado un poderío desmedido) sobre la impresión ilimitada de papel monetario para rescatar de la insolvencia al sistema.

LA REVISTA ALEMANA Der Spiegel tituló en fechas recientes que el "crack del dólar" constituye "la madre de todas las amenazas"; otrora "símbolo del poderío estadunidense", pierde velozmente su valor y "existe grave temor en los mercados financieros de un declive súbito en la economía de Washington". Los bancos centrales de Rusia, Canadá, China y Taiwán (estos dos últimos se preparan para un lanzamiento ulterior del "dólar chino", que vendrá a revolucionar las geofinanzas) han anunciado planes para sustituir parte de sus tenencias en dólares con otro tipo de divisas y con oro. Der Spiegel insiste en que la peor amenaza al dólar se sitúa en Asia: Japón, China y otros países financian con sus flujos de capital al colosal déficit de cuenta corriente de Estados Unidos, que ya rebasó 5 por ciento de producto interno bruto. Sólo el Banco de Japón posee 363 mil millones de dólares en Bonos del Tesoro estadunidense, mientras China cuenta con otros 102 mil millones. Va a llegar un momento en que Tokio, Beijing y Hong Kong no incurran en mayores riesgos y se deshagan de sus Bonos de Tesoro por instrumentos más solventes. La revista cita al connotado historiador en finanzas Harold James, de la Universidad de Princeton, quien ubica dicho momento como el "gran crack". Hasta Jim O'Neill, economista en jefe de la correduría Goldman Sachs (que gracias a Ernesto Zedillo se indigestó con los Tesobonos mexicanos), reconoce que el valor de un euro por 40 dólares (šsí, leyó muy bien estimado lector!) es muy posible en el mediano plazo. O'Neill sostiene que el declive simultáneo de la economía estadunidense y el dólar generaría una crisis global de las divisas, y agrega lapidariamente que "el presidente George W. Bush trata de rechazar la teoría económica y la historia de la economía" (con su mentado plan de recorte de impuestos en el peor momento posible), "pero va a fracasar". En referencia al "crack del dólar", la revista Der Spiegel advierte: "Olvídese de la guerra contra Irak. Olvídese del conflicto trasatlántico. La madre de todas las batallas se lleva a cabo en otro frente", y compara las inminentes turbulencias centradas en el desplome del dólar con el colapso del sistema de Bretton Woods en 1971-1973, un sistema creado en 1944, que "aseguró la estabilidad en los mercados de divisas globales por más de 20 años".

COMO SI LO anterior fuera poco, Ernst Welteke, presidente del poderoso Bundesbank y además miembro prominente del gobernante Partido Socialdemócrata alemán, fue hasta el centro financiero de Estados Unidos (ante el muy serio Instituto Levy de Economía) a anunciar la "ausencia de recuperación global" después de la guerra contra Irak; también alertó que la incertidumbre permanecería un buen periodo debido a los "desequilibrios en los fundamentos económicos", cuando la "economía mundial" depende demasiado de la demanda estadunidense, que presenta "debilidades alarmantes". Tampoco se salvó de las críticas acertadas de Welteke (presidente del tercer banco central más importante del mundo) el sistema bancario alemán, que presenta serios problemas de insolvencia.

CON TALES PREVISIONES ominosas, no es gratuito que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) haya empezado a debatir a sotto voce la factibilidad de cotizar el petróleo en euros, en lugar del dólar. En este contexto de la crisis del modelo "dolarcéntrico", cabe destacar la tesis luminosa del economista Sergei Glazyev (Canal 3 de Tv Rusa, 02/04/03), miembro de la Duma (Parlamento) y la prestigiada Academia de Ciencias, quien no solamente rechaza la tesis del "petróleo barato" (ampliamente manejada en Rusia como principal objetivo de la invasión anglosajona a Irak), sino también se pronuncia por la creación de un "nuevo orden monetario internacional". Ferviente creyente en la "soberanía económica" y el "crecimiento tecnoindustrial", publicó un libro en 1998, Genocidio, que sintetiza el desempeño del neoliberalismo en Rusia -extensivo a cualquier economía que practicó tal modelo cataclísmico. El prominente académico ruso, de corte netamente estructural, jerarquiza a "la crisis del sistema financiero global" como el tema fundamental: "la guerra fue librada para preservar el papel del dólar como la divisa de reserva mundial".

GLAZYEV NO ES ningún iluso y admite que las reservas en oro y divisas de Rusia "son insuficientes para sacudir la arquitectura injusta del sistema financiero internacional", por lo que su país debería adoptar varios pasos, como desplazar al dólar con euros (lo cual ha venido haciendo el banco central ruso). La complementariedad económica de Rusia con Europa no requiere de dólares, sino de euros, así como su comercio con China e India (las dos nuevas potencias emergentes), y no se diga la Comunidad de Estados Independientes, que puede emprender con sus respectivas divisas. Esta última operación podría arrojar "ingresos por liquidez" por más de 20 mil millones de dólares, nada despreciables. Montado en la dinámica pacifista mundial, Glazyev señala que los países que emplean al dólar financian de facto la guerra de Estados Unidos a escala global.

UN VERDADERO ACTO pacifista de profundidad geoestratégica consistiría en abandonar el "dólar bélico" (esto lo dice un servidor). El economista ruso no busca enterrar al dólar (como si fuera tan fácil), sino revertir las exacciones de Estados Unidos de agosto de 1971, que "finiquitó la convertibilidad del dólar al oro y empezó a imponerse por la fuerza al mundo entero".

UN PUNTO NODAL que merece toda la atención radica en su crítica a la visión de que Washington buscaría un precio de "petróleo barato", postura que Bajo la Lupa ha también increpado. Nuestra tesis ha sido y será que la "petrocracia" texana, al capturar la mayor parte del petróleo de Medio Oriente, no solamente detiene la abrupta caída (que sería peor) del dólar, sino que busca además un nuevo "estabilizador financiero" por medio del "oro negro", como lo fue en su momento el "oro amarillo". Glazyev demuestra con sólidos asertos económicos y geopolíticos las motivaciones del equipo Bush para un precio elevado: "Con solamente aplicar los procedimientos de la Organización de las Naciones Unidas, Estados Unidos pudo haber controlado el abastecimiento del petróleo de Irak sin ninguna acción militar. Con solamente haber relajado las sanciones, los precios del petróleo hubieran bajado. Menos que nadie Washington desea precios bajos. Círculos muy influyentes, incluida la industria petrolera vinculada a la familia Bush y al Partido Republicano en el poder, están interesados en precios altos". Glazyev demuestra cómo los actos bélicos del equipo Bush para incrementar las tensiones internacionales van encaminados a elevar el precio. Después de colocar el "costo marginal de consumo" a 40 dólares el barril, "para la fase de desarrollo tecnológico prevaleciente en los países industrializados", a su juicio, el equipo Bush "nunca intentó bloquear los precios por encima de los 40 dólares el barril; todo lo contrario, sus actos provocaron un incremento incontrolado de los precios (...) En suma, la noción de una guerra por petróleo barato no tiene sustento, y un análisis cuidadoso muestra que sus acciones consiguieron un alza en los precios y no su disminución (...) Estados Unidos provocó el salto en los precios al escalar las tensiones internacionales. El alza de los precios empató en forma temporal los excedentes de dólares (...) Más dólares se imprimen para la circulación en el exterior que para el uso doméstico (...) Sólo 4 por ciento de los dólares en circulación se encuentra respaldado por el oro y las reservas de Estados Unidos (...) Puesto que la oferta de dólares es de 80 por ciento, que son creados frente a los bonos del gobierno estadunidense, esto significa que cualquiera que emplee al dólar está efectivamente financiando el presupuesto de Washington libre de cargos". Amén de que los gastos militares se pagan en dólares, lo que promueve su demanda, "Estados Unidos puede librar guerras dispendiosas y aterrorizar al mundo entero, y cada quien que detenta o usa al dólar paga por estos servicios".

ƑCUANTO MAS durará el auge del "dólar bélico"? Dadas las circunstancias, ya no depende de Estados Unidos, ni siquiera de las bravatas de Bush sino de la sociedad civil global en su conjunto, siempre y cuando se le proporcione el diagnóstico adecuado, cuando la terapéutica es más que conocida.

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