Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 28 de abril de 2003
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C O R R E O   I L U S T R A D O
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Los derechos humanos, de todos: Pablo Gómez

Señora directora: Pablo González Casanova se lanza contra José Saramago, el mayor crítico literario vivo de la cultura occidental, como si los hechos fueran simples elucubraciones. Saramago es un hombre de convicciones, es un crítico que goza de la literatura para llevarnos de la mano hacia la reflexión humana, que por lo visto es algo ajeno a don Pablo González Casanova, quien hace uso del ditirambo de las personas y gobiernos que son de su afecto.

"Con Saramago hasta aquí y con Cuba hasta siempre" ha titulado Pablo González Casanova un breve artículo como si el problema histórico pudiera asumir los términos de Saramago contra Cuba. Esta falacia es inadmisible. Saramago critica, lo que no puede hacer don Pablo cuando se trata del gobierno cubano.

La ausencia de reconocimiento del gobierno de la isla por Estados Unidos ha llevado a esa otra ausencia de los derechos de prensa y asociación. Estos dos derechos, que son humanos por decisión de la humanidad y sin la intervención personal del don Pablo, están cancelados como producto directo del hecho histórico que consiste en que el gobierno de Estados Unidos no reconoce como actos de soberanía ninguno de los que el gobierno de Cuba ha asumido durante todos los años de su existencia, desde que la Casa Blanca le declaró, sin declarar nada, una guerra persistente. Pero a pesar del bloqueo y de todas las acciones delincuenciales que ha emprendido el gobierno de Estados Unidos contra el gobierno y el pueblo cubanos, los derechos humanos son los derechos humanos en toda la humanidad.

Si nuestra conciencia dice que la pena de muerte es inaceptable, lo mismo sirve para las decisiones de Bush como gobernador de Texas que para las del Consejo de Estado de la República de Cuba presidido por Fidel Castro. No se puede pensar, legítimamente, que una condena a muerte del gobierno de Cuba, para prevenir una oleada mayor de secuestros en fuga hacia Estados Unidos, es legítima y aceptable tan sólo porque ha sido firmada por Fidel Castro mientras que constituye una omisión repulsiva la de Bush cuando se niega a conmutar la muerte por la prisión en el estado de Texas. Esto es lo que reclama la más elemental congruencia. Pero don Pablo insinúa que no se puede reclamar a Cuba el respeto a los derechos humanos cuando el gobierno de Estados Unidos mata a discreción en Irak. Falso, precisamente cuando se ha corrompido el derecho internacional y Washington manda matar a placer en la antigua Babilonia, es cuando más es necesario insistir en que los derechos humanos corresponden a todos los seres humanos y no solamente a los escogidos por cualquier poder político. Si se puede matar en Cuba, según don Pablo, entonces se puede matar en cualquier lugar del mundo, incluido Irak, lo cual es insostenible para quienes repudiamos la ocupación militar de Estados Unidos en aquel país.

Pero, ¿por qué se ha de acusar a Saramago de "defender al gigante intervencionista", como lo hace Pablo González Casanova? José Saramago ha expresado su punto de vista y don Pablo le ha dicho "hasta aquí", para usar las mismas palabras del escritor lusitano. Don Pablo carece de originalidad o, mejor dicho, se hace el original usando las palabras de Saramago para lanzarse contra él. Pero Saramago, que ha sido toda su vida un militante político, lo cual no es la característica del don Pablo, condena las ejecuciones que son consecuencia de juicios sumarísimos y el encarcelamiento -también sumarísimo- de decenas de críticos cubanos que no tuvieron la oportunidad de tomar un arma para combatir al régimen que odian. Saramago sabe lo que no sabe Pablo González Casanova.

El portugués ha sufrido que a cientos de comunistas los recluyan en la cárcel bajo la acusación de formar parte de una conspiración supuestamente ordenada desde el extranjero, lo mismo desde la URSS que desde China o Cuba. Eso no lo sabe don Pablo porque jamás fue perseguido bajo tal acusación ni bajo cualquier otra. Este escritor -Saramago- es consecuente con la defensa que siempre hizo de sus camaradas presos, de sus compañeros asesinados, de sus amigos perseguidos bajo la acusación de ser agentes de algún país extranjero. Pero González Casanova considera, por lo visto, que el gobierno cubano purifica todo sólo por el hecho de ser obra de sí mismo. No, los procesos de Moscú fueron una aberración jurídica y política. Las víctimas de Stalin fueron víctimas y nunca malhechores. Los ejecutados en Cuba, quienes evidentemente violaron la ley, son también personas que merecen un juicio y el beneficio de lograr su propia rehabilitación antes de ser ejemplo para tantos desesperados que quieren ir a Estados Unidos como otros miles de cubanos y como otros millones de mexicanos.

La idea de que quien no está con los actos del gobierno cubano está contra Cuba es exactamente la misma que la expuesta por Bush cuando dijo: "quienes no apoyan a Estados Unidos están contra este país", o sea, "quien no está conmigo está contra mí". Esto es inaceptable venga de quien venga. Muchos mexicanos están dispuestos a ir a combatir a Cuba si este país es invadido por el ejército de Estados Unidos, pero no necesariamente tienen que estar de acuerdo con las ejecuciones y los encarcelamientos sumarísimos que hemos visto en días recientes. Sí, los derechos humanos corresponden a todos los seres humanos y no solamente a quienes están de acuerdo con su propio gobierno y mucho menos con Pablo González Casanova. El mayor crítico literario vivo de la cultura occidental -Saramago- merece el respeto de cualquiera por el simple hecho de que tiene méritos sobrados y se reclama a sí mismo la consecuencia propia de un crítico de verdad. Nadie, absolutamente nadie, se ha ganado el derecho -por demás inexistente- de acusar a Saramago de defender al gobierno de Estados Unidos.

Pablo Gómez
 



Oportuno, el artículo de González Casanova, dice

Señora directora: A sabiendas de que el doctor Gonzalez Casanova no pide ni necesita apoyo alguno, quisiera se me permitiera por este medio hacer público mi acuerdo con el "hasta aquí con Saramago y el hasta siempre con Cuba" expresado más que oportunamente en su diario por don Pablo Gonzalez Casanova. Vamos con Cuba, mil gracias.

Sergio Iram Martínez Muñiz



La presencia del ejército aumentará la violencia en Ciudad Juárez: ONG

Señora directora: En la última carta aparecida en El Correo Ilustrado la CNDH se pregunta por qué creemos que la propuesta del doctor Soberanes de que el ejército entre en Ciudad Juárez es incoherente. Las organizaciones nacionales o internacionales (ONU y OEA), la Constitución Mexicana y la propia CNDH han establecido que el ejército no puede realizar labores para las cuales no ha sido creado. La institución castrense es uno de los principales agentes violadores de derechos humanos pues, entre otras cosas, cuenta con el privilegio de su propio fuero.

La propuesta indica también desconocimiento de la actividad policial. La seguridad pública requiere de capacitación en criminalística, derecho y otros aspectos que no reciben los soldados; suponer que ésta se garantiza militarizando las fuerzas del orden es desconocer la complejidad de la criminalidad.

Sobra señalar que la presencia del ejército en Ciudad Juárez incrementaría el clima de violencia en el que viven las mujeres como ha ocurrido en otras regiones. Preocupa que el órgano del Estado encargado de los derechos humanos insista en esta propuesta.

La carta refiere que no emitimos propuestas. Le recordamos que fuimos las organizaciones quienes hemos propuesto y dado seguimiento a las reco- mendaciones emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el tema y seguiremos trabajando en ello.

Nos parece preocupante el tono de descalificación que ha manejado la CNDH en otras cartas, declaraciones y desplegados pagados en contra de organizaciones civiles.

Invitamos a la CNDH a que combatamos ésta y otras situaciones evitando descalificaciones o propuestas que no se apeguen a los derechos humanos. La mejor manera es colaborar en el diagnóstico que se realiza en el marco del Acuerdo de Cooperación Técnica, firmado entre México y la ONU.

Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh), Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS), Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), Convergencia de Organismos Civiles por la Democracia, Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (LIMEDDH), Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Unidad Santa Fe, Red Foro Migraciones (integrada por más de 40 organizaciones), Servicios para la Paz (Serapaz), Sin Fronteras; Laura Sula, encargada de comunicación de la CCMDPDH, y 22 organizaciones firmantes más



AVISO

Para quien quiera sumarse al manifiesto por la paz y la justicia

Las firmas para la declaración "Trabajamos por la paz y la justicia", publicada en La Jornada el domingo 30 de marzo, pueden enviarse a la dirección electrónica: http://www.zmag.org/wspj/ index.cfm. También se pueden obtener la lista y el número de firmas, que ya superan 83 mil de 221 países.
 
 
 
 
 
 


 
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