Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 26 de abril de 2003
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P O L I T I C A
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ENTREVISTA /GUSTAVO IRUEGAS, EX SUBSECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES

Pretende Fox la integración con Estados Unidos

HAY SECTORES EN MEXICO QUE VEN LA ANEXION COMO DESTINO IDEAL

La visión del gobierno frente al Tratado de Libre Comercio no es de equilibrio, sino de profundización, advierte quien fuera responsable de las relaciones diplomáticas con América Latina y el Caribe

BLANCHE PETRICH /II Y ULTIMA

De cara al norte, cualquier consideración de política exterior tiene que partir de una realidad, advierte el embajador Gustavo Iruegas, hasta hace unos días subsecretario de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe. "Estados Unidos es la mayor potencia que ha existido jamás sobre la tierra y nosotros tenemos la condición de ser sus vecinos". A partir de ahí, a pesar de que en el plano bilateral México cifre sus proyectos de desarrollo en la asociación estratégica con la superpotencia, el gobierno no tiene por qué decirle siempre que sí a Washington, ni siempre que no.

''El presidente Fox no tiene por qué pelearse con Estados Unidos. Tampoco tiene por qué acompañarlo a sus pleitos". El gobierno marcó sus límites recientemente en el Consejo de Seguridad, recuerda, al negar su aval a la invasión angloestadunidense a Irak. Lo hizo el año pasado, renunciando al pacto de seguridad hemisférica que rige las relaciones de defensa de Latinoamérica con Estados Unidos desde la guerra fría, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Lo había hecho meses antes, en abril de 2002, cuando en la reunión del Grupo de Río en San José promovió, a pesar de la presión de Washington, un manifiesto apelando a la preservación del estado de derecho en Venezuela, cuando estaba en curso el fallido intento de golpe de Estado en contra del presidente constitucional Hugo Chávez.

Y lo podrá seguir haciendo en el caso de una eventual escalada del conflicto militar en Colombia con una intervención masiva del Pentágono en una guerra generalizada en ese país sudamericano. ''Partiendo del derecho, podemos no aceptar ni convalidar hechos de esta naturaleza en el contexto latinoamericano", afirma. "No sólo eso: podemos y debemos promover una solución pacífica''.

-¿Le interesará eso al canciller Derbez?

-No es que le interese o no. Es su trabajo.

No intervención, asunto de la nación, no del régimen

-¿Hasta cuándo México podrá marcar esos límites frente a Estados Unidos?

-No veo nada que indique que estos principios vayan a cambiar. No se trata de un régimen sino de una nación.

Son, en su análisis, manifestaciones de los principios de no intervención y solución pacífica de las controversias, hoy en peligro de extinción.

Iruegas ya no está en el servicio exterior mexicano. En el proceso de reingeniería de la diplomacia mexicana, que pretende dedicarse a ser gerente de las relaciones comerciales más que operador de las relaciones políticas mundiales, el diplomático fue desplazado de su puesto por el nuevo canciller, el economista Luis Ernesto Derbez.

Para el embajador forzado al retiro, la definición del gobierno mexicano sobre la relación estratégica con Estados Unidos se basa en un esfuerzo de asociación en el cual el país cifra sus proyectos de desarrollo. "Es un principio aceptado nacionalmente", afirma. Confía que en este marco de ''asociados'' México podrá seguir marcando sus límites en el ámbito multilateral.

Pero advierte: asociación no es integración. Este último proceso, sostiene, es un escenario imposible a despecho de los sectores -que también los hay- que ven como un destino ideal un México integrado a la Estados Unidos. Es imposible, recalca, "por un hecho muy práctico: las sociedades homogéneas se pueden integrar; las que no son homogéneas, no. El 80 por ciento de la población en México no califica para integrarse a Estados Unidos, de modo que la integración no está en el futuro previsible"

-¿Quién pretende una integración de México a Estados Unidos?

-Los panistas, el propio presidente Fox. Unas veces dicen que sí, otras que no. Unas veces hablan de unificar la moneda. Otras veces dejan ver que su visión frente al Tratado de Libre Comercio no es de equilibrarlo sino profundizarlo. No sé si pretendan la integración, es algo de lo que no se habla abiertamente. Pero sí se habló de ello mientras se negociaba el Tratado de Libre Comercio. Hasta que (el ex presidente) Carlos Salinas salió al paso: "No se equivoquen -dijo-, integración no va a haber. Esto es una asociación''.

-Sectores de derecha temen que una posición mexicana capaz de marcar límites con Estados Unidos en temas multilaterales deteriore una relación que ven como prioritaria, casi única. Así se expresaron cuando se dio la coyuntura de la invasión a Irak.

-Con Estados Unidos tenemos tres niveles de relación: el de la gran potencia mundial, el del papel determinante en el continente americano y el de vecino inmediato. La relación bilateral existe de todas maneras, porque somos vecinos. Si en lo multilateral aplaudimos o no la invasión y destrucción ilegal de un país por Estados Unidos no va a desaparecer por arte de magia el tránsito de personas por las fronteras, los problemas del agua que compartimos, el flujo comercial. Eso sigue pese a todo. Insistimos que los asuntos multilaterales se deben tratar en los foros multilaterales, aunque Washington insista en que tenemos que ayudarlo. Hay que saber decir: pues no, no se puede. No apoyamos y con la pena, seguimos siendo vecinos.

-El carácter de asociados ¿no se está dando en los tres niveles, el global, el regional y el bilateral?

-No. ¿Por qué habría de ser así? Nos asociamos en lo comercial y en todos los aspectos bilaterales que lo requieran. Pero en los foros regionales y mundiales Estados Unidos puede tener proyectos de otra naturaleza y México puede acompañarlos o no. Eso es lo que se demostró en el Consejo de Seguridad.

-Fue una posición que se mantuvo contra el pronóstico de muchos sectores, que temían, o apostaban, que México se fuera a plegar a la política bélica...

-Pues estaban equivocados.

-¿No cree que en los últimos años México ha perdido márgenes de independencia frente a Estados Unidos?

-¿Independencia en relación con qué?

-El "no" de México por Irak fue excepcional, no ha sido la norma.

-¿Tenemos que decirle que no a Estados Unidos siempre? Decimos que no cuando no conviene a nuestros intereses y, si conviene, decimos que sí.

-¿Quién interpreta cuándo conviene al interés nacional?

-El presidente Fox. En esta ocasión demostró claramente que el interés nacional estaba en no convalidar un acto violatorio del derecho internacional y contrario a todo derecho humanitario, que eso fue la invasión y destrucción de un país.

-¿Hay o no una relación de subordinación?

-¡De ninguna manera! El gobierno de México no tiene que decir sistemáticamente que no a Estados Unidos para satisfacer las ansias de alguien que tiene una actitud contraria a Washington; sería un error garrafal.

Seguridad hemisférica en el siglo XXI

A Iruegas le frustra tener que abandonar una de sus nuevas creaciones: el concepto de seguridad continental multidimensional y su conferencia internacional, prevista inicialmente para esta primavera y postergada hasta octubre o más allá. Esta se decidió hace cuatro años, durante la asamblea general de la OEA en Barbados. Al llegar Fox a la Presidencia, la idea le entusiasmó y pidió la sede.

Ahora, por petición de Canadá, México será anfitrión de una cumbre de las Américas, en la que George W. Bush, invasor de Irak, tratará de calmar los recelos de sus aliados latinoamericanos. Esta cumbre extraordinaria se antepone al antiguo plan estratégico de la conferencia de seguridad continental a la que Iruegas se había metido a fondo.

Para lograr un margen de acción en la conferencia de seguridad, hoy postergada, el embajador convenció -cuesta arriba- a Castañeda de que México renunciara al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), legado de la guerra fría.

Frente al modelo anticuado, los latinoamericanos impulsaban la idea de la seguridad multidimensional, en la que cada Estado define sus prioridades y preocupaciones. Estados Unidos podría decir que su preocupación es el terrorismo, pero países sin enemigos, como México y la mayoría de los latinoamericanos, podían determinar que su preocupación primera sería la miseria, el sida o el narcotráfico.

-El TIAR existe formalmente y asegura la hegemonía de Estados Unidos en materia de seguridad y defensa en América Latina. ¿Cómo van a poder enfocar sus prioridades los países latinoamericanos frente a Estados Unidos si su poder, hoy, es mayor?

-Son dos capítulos diferentes. El TIAR es un tratado militar de defensa en función del enemigo que era la Unión Soviética. En América Latina nos acostumbramos al hecho real de que Estados Unidos intervenía militarmente en América, y la OEA simplemente convalidaba las invasiones. Pero cuando ocurrió la guerra de las Malvinas y Washington optó por su aliado estratégico, Gran Bretaña, se hizo evidente que Latinoamérica era un aliado de segunda.

-¿No es cierto que siguen dadas las condiciones para que Estados Unidos intervenga militarmente en cualquier sitio del continente cuando así lo considere? ¿No están dirigidos para eso los nuevos acuerdos regionales, como el Plan Colombia?

-Eso dependerá mucho del gobierno de Colombia, si lo admite o no.

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