Defensores del Patrimonio de la Humanidad enviaron documento a la UNESCO

El gobierno federal busca convertir en versión Disney la zona arqueológica de Tula, Hidalgo

CARLOS CAMACHO CORRESPONSAL

Tula de Allende, Hgo., 15 de abril. La zona arqueológica de Tula, asiento de la milenaria cultura tolteca, se pretende convertir por el gobierno federal en un parque de diversiones prehispánico que llevaría por nombre Disney Tula, intención criticada ya por organizaciones defensoras del Patrimonio Cultural de la Humanidad, que ya enviaron un documento a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para frenar esta acción.

El 21 de agosto de 2002, durante una visita a Hidalgo, el presidente Vicente Fox aprobó el proyecto de la empresa Silog, ''líder en conceptualización y producción de actos culturales'', que presume del éxito logrado en la Cumbre de El Tajín y Espacio Televisa.

Su oferta consiste en transformar la zona arqueológica en importante polo turístico del país y ofrecer ''un concepto integral para revalorizar los vestigios arquitectónicos y escultóricos de la Cultura Maestra'', así como la creación de una aldea tolteca, concepto descalificado de antemano por investigadores, historiadores y arqueólogos.

Algunos investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que pidieron omitir sus nombres, consideran que pese a estudios serios sobre el desarrollo de los toltecas en este punto, no hay información verídica sobre la forma de vida, distribución social y económica en la aldea que estaba rodeada por los centros ceremoniales.

Aldea tolteca e intereses económicos

Silog afirma que la aldea tolteca permitirá a los visitantes acercarse a diversas manifestaciones culturales y recreativas relacionadas con el pasado prehispánico de Tula, con talleres de barro, alfarería, instrumentos musicales y textiles, y hasta un taller arqueológico diseñado para que los niños sean ''arqueólogos por un día".

En coordinación con el Fondo Nacional de Turismo, Silog y el gobierno del estado, se proponen una copia al carbón de la Cumbre de El Tajín, encuentro que ha merecido severas críticas y protestas de organizaciones de especialistas, por anteponer intereses económicos al valor histórico del Patrimonio de la Humanidad.