Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 15 de abril de 2003
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Capital
CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

¿De dónde vino la orden?

HASTA EL MOMENTO los jóvenes que fueron violentamente reprimidos el sábado pasado por la policía del Distrito Federal se hacen la misma pregunta.

Fueron 27 que no faltaron ni a la verdad de haber entrado recientemente, por su edad, a un diseño del mundo que no les pertenece ni les gusta, ni a la rabia de sentir en su inmenso futuro el peso de la dominación estadunidense.

PERO ESA FUE su culpa, el delito de no haberse sumado a lo oficial y de agredir de palabra y obra a quienes invadieron Irak, a quienes se pretenden dueños del mundo y, por ello, desde alguna de las alturas del gobierno se les humilló de palabra y se les castigó a golpes.

LA ORDEN VINO desde arriba, decían los represores a los chamacos secuestrados en alguna patrulla, mientras se les sacudía con golpes, mientras, como en rezo, se les aseguraba que sí, que tenían el derecho de manifestarse, pero que los golpes y la tortura era una orden que venía de arriba.

SI SE QUIERE conceptualizar aquel hecho, bien podría llamarse tolerancia cero, y también podríamos darle nombre y apellido, para que nadie se confundiera. El autor intelectual de tal golpiza, de la represión, es Marcelo Ebrard, el mismo que sucumbe frente a una cámara de televisión y que busca fuera del país los remedios a un mal que ni su ideología ni su formación le permiten resolver.

NADIE, POR EL momento, se pregunta por qué durante la manifestación no hubo hechos de violencia y por qué después, al término de la parada de los que sí quisieron estar en el lugar donde se debía, fueron provocados y agredidos por la policía.

CLARO QUE NO es fácil y menos en este momento. Cualquier atrocidad es permitida si quien la comete es Bush y los marines, pero claro que no es fácil permitir que una horda de jóvenes rabiosos por el futuro que se les promete le rasquen las pelotas al tigre y la autoridad no se sienta ofendida. Claro que no es fácil dejar pasar una explosión de rebeldía si ésta va en contra del verdadero, del real patrón. No, sin duda no es fácil.

POR ESO SE tenía preparada la respuesta, por eso se montó la estrategia de tomarlos y golpearlos aisladamente sin la menor preocupación por parte de la autoridad policial. Tan es así, que el segundo de a bordo en la policía de Marcelo Ebrard comía sin ninguna preocupación en un elegante restaurante de comida japonesa de la colonia Del Valle, mientras se desarrollaba la marcha y se consolidaba el aparato represor.

TOLERANCIA CERO NO es un mito ni algo que alguna vez nos llegará. La idea está clavada en el supuesto que ronda la cabeza del jefe de la Policía y que, aunque no parece estar dentro de las formas de gobernar de Andrés Manuel López Obrador, el jefe de Gobierno las permite.

TAL VEZ UN nuevo bando de gobierno ordene dentro de poco: "manifiéstese, pero nunca contra Estados Unidos. Manifiéstese, pero siempre y cuando la convocatoria no venga de quienes no saben dónde manifestarse. Cualquier transgresión a este ordenamiento será castigada por el H. Cuerpo de Granaderos".

Y YA AL final, resulta extraño que hasta el momento de llenar de letras esta página, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal no haya levantado su voz para señalar la agresión de un órgano gubernamental en contra de los ciudadanos.

¿Y ENTONCES, PARA qué tanto discurso?

ciudadperdida

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