Cierre de la Muerta
López Obrador está castigado
LUMBRERA CHICO
Antes de la temporada alta 2002-2003, Rafael Herrerías afirmó que José Tomás, primerísima figura del toreo español, sería parte del elenco del "derecho de apartado" en la Monumental Plaza Muerta. La gente creyó en su palabra, canjeó sus tarjetas y en ese trámite el "empresario" se echó a la bolsa -según estimaciones- 28 millones de pesos. Sin embargo, José Tomás no fue incluido en ninguna función y el público, según las leyes vigentes, resultó defraudado por un monto que constituye un delito grave.
Antes de dar el permiso para la renovación del derecho de apartado, la delegación Benito Juárez, que encabeza el panista José Espina, tenía el deber legal de exigir a Herrerías que presentara los contratos firmados y registrados con todos los toreros y todas las ganaderías anunciadas en el programa. Al parecer el funcionario incumplió este requisito, omisión que posibilitó un presunto delito grave.
Después, Herrerías en al menos dos ocasiones se habría beneficiado de la reventa, que los medios consignaron con puntualidad. El "empresario" podría ser acusado por presumible asociación delictuosa. Además, a causa de una discrepancia en el curso de la corrida del 5 de febrero de este año, Herrerías amenazó de muerte al juez Ricardo Balderas. Este interpuso una denuncia ante la Benito Juárez, pero el Ministerio Público, hasta donde se sabe, no inició la averiguación previa correspondiente.
Para meter en cintura al cacique de Mixcoac, la Comisión Taurina del Distrito Federal emprendió diversas gestiones contra Herrerías, pero ninguna de ellas prosperó. El pasado jueves, en forma repentina, el "empresario" informó que, dada la "persecución" política que "sufre" (?), ha decidido cerrar la plaza indefinidamente, y si la afición del Distrito Federal se queda sin fiestas de toros, ello, agregó, sólo será culpa de Andrés Manuel López Obrador.
Acostumbrado a hacer negocios con la complacencia de ciertos políticos, Herrerías comunicó asimismo que montará una temporada en la Santa María de Querétaro, en sociedad con el ex matador Curro Leal. Lo que no dijo, pero parece saltar a la vista, es que ha conseguido para ello el favor del gobernador Ignacio Loyola, cercano a Diego Fernández de Cevallos.
Supuesto prestanombres del gobernador veracruzano Miguel Alemán, con cuyo dinero habría adquirido la presidencia del club de futbol de los Tiburones Rojos, representante de los intereses que Televisa tiene en el coso de Insurgentes y ahora acercado a la ultraderecha panista de Querétaro, Herrerías supone que se encuentra suficientemente rodeado de hombres fuertes y bien parados para presionar al jefe del Gobierno del Distrito Federal y obligarlo a doblar las manos.
El razonamiento del "empresario" es bastante diáfano: al responsabilizar a López Obrador por la virtual clausura de la plaza, confía en que el electorado taurino lo "castigue" el 6 de julio votando contra los candidatos del PRD en la ciudad. ƑProsperará la jugarreta? Ya lo veremos...