Reconoce que la crisis empezó antes de la entrada en vigor del TLCAN
La ganadería se encamina a la quiebra, alerta estudio legislativo
Contra las cifras oficiales, diputados dicen que el sector decreció 2.2% entre 2001 y 2002
ROBERTO GARDUÑO
La ganadería en México es objeto de una fuerte contracción, a raíz de la entrada en vigor del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), fenómeno al que se integran la suspensión de créditos de la banca comercial en actividades primarias y la competencia desleal por los bajos precios de los productos importados de Estados Unidos y Canadá. Un diagnóstico de la Comisión Especial de Ganadería de la Cámara de Diputados manifiesta "alarma, porque de mantenerse esa tendencia la actividad en el sector se encamina irrefrenablemente a la quiebra".
El problema que representa la carne importada no se originó con la apertura comercial desde el primero de enero pasado. El estudio ubica la descomposición de ese mercado a mediados de la década pasada: "Por lo que respecta al origen de la carne importada, podemos observar cómo Estados Unidos aumentó su predominio en el mercado mexicano en el año de 1995, manteniéndolo durante 1996 y 1997, y a partir de 1998, como consecuencia de la imposición de medidas compensatorias en contra de las prácticas comerciales desleales, disminuye su presencia, dando paso a los productos acreditados de origen canadiense. En 2001 los productos originarios de Estados Unidos representaron 76.4 por ciento y los de Canadá 19.3".
El diputado Arturo de la Garza Tijerina, presidente de la comisión especial, consideró que la importación masiva de carne de bovino es el principal problema que enfrentan la ganadería y toda su cadena productiva.
"Entre las principales razones que explican este comportamiento de los mercados se pueden enumerar las preferencias arancelarias otorgadas en el TLCAN, el predominio estadunidense es ese sector, su estructura productiva y comercial monopólica, los cuantiosos programas gubernamentales de apoyo directo a la producción de insumos alimenticios, a la actividad pecuaria y a su capacidad exportadora, y definitivamente a las prácticas comerciales desleales".
Diagnóstico negativo
De tal forma, el estudio manifiesta que la apertura comercial propiciada por el TLCAN en el ámbito de la ganadería ha generado un enfrentamiento de estructuras de consumo "desventajosas para la parte mexicana. Por ejemplo, en el mercado interno de Estados Unidos el negocio del pollo y la carne de bovino está en la 
pechuga, y en los lomos y el cuarto trasero de la res, mientras que en México éste está en todas las piezas".
Además, los productos importados se utilizan como instrumento de control de precios. La ausencia de programas y lo escaso de recursos complementarios alejan el empate estructural entre los niveles de producción de los socios comerciales de México, Estados Unidos y Canadá.
Contrario a las declaraciones del gobierno en el sentido de que las actividades en el sector pecuario se recuperan, las cifras que maneja la Comisión Especial de Ganadería señalan que en 2001 el crecimiento fue de 5.1 por ciento y que en 2002 se redujo a 2.9.
"No tenemos certeza de los aspectos sustantivos y cuantitativos del contenido del TLCAN. El sector pecuario, al igual que el resto de las actividades del campo mexicano, ha enfrentado dos tipos de apertura: la primera, establecida en los compromisos que el Senado de la República reconoció al momento de ratificar el acuerdo, y la segunda, delineada y ejecutada por la autoridad comercial con base en decisiones coyunturales, es considerar o prever los efectos de mediano y largo plazo", añade.
