Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 6 de abril de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Política

Guillermo Almeyra

ƑY ahora?

Hasta ahora los medios de información y los observadores centran su atención, sobre todo, en la crónica de la resistencia iraquí a la invasión estadunidense-británica o en la enumeración de las multitudinarias manifestaciones de rechazo que en todo el mundo condenan esta agresión racista y colonialista propia del siglo XIX.

Pero el problema de fondo consiste en que el ataque a Irak es sólo el primero y más obvio de los intentos de aplicación de la estrategia de guerra preventiva por parte de Estados Unidos.

Esta fue esbozada en tiempos de Ronald Reagan y es la política de todo el establishment estadunidense (de los republicanos y de los demócratas, o sea de los representantes del gran capital) y consiste en agredir al país o grupo de países que por su crecimiento económico o por el desarrollo de sus fuerzas armadas pudieran representar una competencia futura para Estados Unidos. Esta teoría nazi -te ataco porque tú podrías atacarme en el futuro- representa una declaración de guerra contra todos los países, pues la seguridad nacional de Estados Unidos es definida por el gobierno de ese país, el cual podría considerar, por ejemplo, que consiste en anexarse los pozos de petróleo mexicanos o venezolanos para tener un abastecimiento seguro de combustible.

Estados Unidos ha reiterado que sólo se guiará por sus intereses imperiales y no por el derecho internacional. Todo el mundo está, pues, en libertad vigilada y el primer corolario de esta estrategia es que desaparece con ella toda posibilidad de control mundial sobre la política de Washington: léase diplomacia, discusión, ONU, multilateralismo. Como dice Colin Powell, Estados Unidos establecerá unilateralmente qué papel debe tener la ONU después de la agresión a Irak... Pero la segunda consecuencia es que -como escribió el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos- hay una lista de futuros agredidos que empieza con Irak y sigue con Irán, Siria, Corea del Norte, Libia (los rogue states, estados canallas o terroristas), pero apunta en realidad a China, primera potencia en el Pacífico, primer exportador, potencia nuclear en desarrollo, y a la Unión Europea.

La agresión a Irak, dada la desproporción de fuerzas militares y económicas inevitablemente llevará a la colonización de ese país, con un gobierno militar estadunidense respaldado por una serie de Quislings iraquíes (Quisling, se recordará, era la marioneta noruega de los ocupantes nazis de su país). Pero la victoria en esta batalla llevará a una guerra prolongada, porque una cosa es ocupar y otra lograr hacerlo en paz y sin costos, como aprendieron los soviéticos cuando ocuparon Afganistán, quedando empantanados en ese país, del cual tuvieron por último que retirarse vencidos. Además, para asegurar sus conquistas en Irak, los invasores deberán agredir a los vecinos Irán y Siria y remodelar todo Medio Oriente, echándose así encima no sólo al mundo árabe sino también a sus competidores hasta ahora aliados (Francia, Alemania, Rusia), que se verán borrados de ese mapa.

La conclusión lógica de esos actos será una alianza de los agredidos (las potencias centrales de Europa, que tratarán de que el Reino Unido vuelva al redil, aislando más aún a Estados Unidos, más Rusia, más China, más los países árabes, más los futuros blancos de Estados Unidos), alianza a la que el Vaticano dará su apoyo moral y el Islam sus bases militantes. Una cosa es vencer a 24 millones de iraquíes mal armados y debilitados por un bloqueo criminal ultradecenal y otra enfrentar al mundo en ebullición. Y en rearme, ya que Europa (que gasta, según Francia, apenas 40 por ciento de lo que Estados Unidos destina anualmente a armamentos) buscará reforzar su propia seguridad con nuevos medios bélicos, enterrando a la OTAN, y hará para eso una sinergia militar y comercial con Rusia y China (otras dos potencias nucleares).

Como en los años 1930, el nuevo Hitler en la Casa Blanca, enterrando la vía de la mediación representada por ese organismo siempre sumiso que es la ONU, ha desatado la carrera del rearme mundial, agravará la recesión en todo el planeta, está forjando un frente heterogéneo de adversarios y prepara la guerra contra adversarios mucho más potentes que Irak, a los que deberá golpear antes y por separado para evitar que se unan en su contra. Pero, a diferencia de todas las guerras anteriores (la de 1914-18, la de 1938-46, la de Corea, la de Vietnam) y de todas las innumerables agresiones estadunidenses de la historia reciente, esta vez el nuevo Hitler debe implantar medidas fascistas en un país, cuyo nivel de vida cae y donde crece el desempleo, y debe enfrentar manifestaciones masivas de protesta en él y en todo el mundo, en las cuales el nacionalismo de todo tipo asume un papel crecientemente antimperialista y antisistémico.

La combinación entre la crisis económica, la protesta social y la guerra podría revelarse altamente explosiva, sobe todo cuando la política de guerra preventiva de los nuevos nazis sólo puede ser llevada a cabo con terribles consecuencias y enormes costos materiales y humanos.

[email protected]

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año