Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 4 de abril de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Cultura

José Cueli

En espera del milagro

A los dioses en turno, que con hilos de titiritero mueven a George W. Bush, tendrá que infundirles la magia de la palabra Adolfo Aguilar Zinser, embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a quien corresponde este mes terrorífico la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Magia es la palabra frente a la violencia cargada de crueldad de Estados Unidos e Inglaterra que se enseñorea en Medio Oriente. Magia de la palabra que ya fracasó para impedir la injusta guerra que se vive en Bagdad, y provincias de Irak y se torna casi ''imposible'' que la encuentre nuestro embajador.

Pandemonium imposible de describir que se prolonga como antecedente de una comunicación que desconoce la palabra como fuente de negociación y sólo apunta a un lenguaje irracional surrealista en el que la palabra no se designa y la brutalidad todo lo domina.

El mundo en su conjunto, aun con un lenguaje en estado de formación impotente para decir del otro, hecho de variedad en un cielo fantasmal de incensante transformación enloquecedora, hace de cada instante vida instintiva, incapaz de ser palabra, sólo agujero negro, representación de la desilusión de la trama sutil de la vida, el desamparo original, nunca separado, en una repetitividad de la fuerza bruta que nos lleva al castigo dantesco de ese infierno en llamas que es Bagdad, en medio de los más desgarrantes y torturadores temores de los impulsos omnipotentes y sádicos del enemigo, incapaces de volverse palabra ecuánime, capaz de negociar sólo telaraña llena de máscaras, terrible red de la pobreza del lenguaje para decirnos del otro, lo que somos nosotros mismos.

Incapacidad humana para el descubrimiento de las palabras negociadoras del habla para el habla y no de la fuerza bruta para la fuerza bruta, sorda de la propia escucha entre sombras imperceptibles, irreconocibles, cubiertas por la representación de las fórmulas de la guerra, con su falta de lenguaje, sólo comunicación delirante de metrallas y misiles inconscientes de los signos múltiples que dan enlaces falsos, jeroglíficos para descifrar basados en el rastreo de los orígenes, en busca de una palabra que ponga en movimiento otra palabra y tenga la intención de evitar que sea el ensordecedor ruido de los tanques el que imponga voluntades en sádica omnipotencia.

Espera del milagro que, en la coordinación de nuestro embajador, aparezca en los representantes de los países la sensibilidad de los poetas, en un espacio nuevo, lenguaje juego de articulaciones, signos en movimiento, que varían los significados y sean portadores de la unión de lo fragmentado a la palabra integradora, opuesta a la fuerza bruta.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año