El proyecto legislativo ignora a los trabajadores del agro y a los ambientalistas
Empresas trasnacionales pretenden imponer ley de transgénicos: campesinos
El principio de precaución quedó fuera del dictamen, advierten ONG
ANGELICA ENCISO
El principio de precaución quedó fuera del dictamen de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) que se discutirá la semana próxima en el Senado de la República, la cual en caso de aprobarse fomentará el uso de los transgénicos, sostuvieron organizaciones campesinas y ambientalistas.
Señalaron que sus opiniones no se tomaron en cuenta, sólo se consideró a las empresas y a los científicos que laboran directamente con ellas.
En conferencia de prensa precisaron que contrario al Protocolo de Cartagena, en el que el principio de seguridad es el eje de las acciones sobre los OGM, porque establece que si no se conocen sus efectos potenciales no se deben desarrollar, en la iniciativa de ley se indica que si la ciencia no ha comprobado que causan daño se pueden utilizar, indicaron representantes de Greenpeace, ETC, El Campo no aguanta más y el Grupo de Estudios Ambientales (GEA).
Esta iniciativa fue impulsada por la Academia Mexicana de Ciencias, en la que hay científicos que trabajan para empresas biotecnológicas y esto influyó en la orientación del documento, indicó Liza Covantes, de Greenpeace.
Aunque presuntamente hubo consulta, ésta fue electrónica y en consecuencia los campesinos que son los directamente involucrados con esos productos no pudieron participar, agregó.
De acuerdo con Jaime Castillo, de El campo no aguanta más, el documento fue elaborado a la medida de las necesidades de las grandes trasnacionales y el gobierno federal lejos de apoyar los intereses de la nación, favorece a esas compañías.
A su vez, Iván Polanco, de la misma organización, dijo que el tema de bioseguridad y su legislación es parte de la discusión del Acuerdo Nacional para el Campo, que las agrupaciones negocian con el gobierno, y no se debe aprobar una ley si es parte de esa estrategia para el agro que aún no ha sido acordada.
Las cinco empresas productoras de transgénicos más importantes -Syngenta, Savia, Novartis, Dupont y Monsanto- controlan el cien por ciento de las semillas transgénicas. Cabe destacar que tan sólo Monsanto maneja 90 por ciento. Esta última compañía en Estados Unidos y Canadá tiene 500 juicios contra campesinos, cuyos cultivos han sido contaminados por transgénicos y son demandados porque presuntamente utilizaron la semilla, sin haberla comprado.