Indígenas de San Pedro Tlanixco aseguran que Isaac Bassó resbaló y cayó a un precipicio

Niegan que hayan linchado a presunto invasor de tierras

ROSA ROJAS E ISRAEL DAVILA REPORTERA Y CORRESPONSAL

Ejidatarios de la comunidad indígena de San Pedro Tlanixco, municipio de Tenango del Valle, estado de México, desmintieron que la muerte del ingeniero Alejandro Isaak Basso, el pasado martes, haya sido un linchamiento, "como lo han manejado medios de comunicación de Toluca", y aseguraron que "fue un accidente".

En entrevista con este diario, tres ejidatarios comisionados por la comunidad para dar a conocer su versión de los hechos -que solicitaron no publi/ar sus nombres, pues hablan en representación de San Pedro Tlanixco-, afirmaron que el hoy occiso -representante de una asociación que tiene un litigio con la comunidad por el agua de sus manantiales- fue sorprendido por los ejidatarios cuando "estaba invadiendo tierras del ejido" junto con otras ocho o nueve personas de Villa Guerrero, quienes se introdujeron, "sin consentimiento de nuestras autoridades", por la barranca, hasta los manantiales de Arroyo Grande.

"Ellos contestaron que estaban revisando sus aguas, y los pobladores decidieron que para que siguiéramos dialogando subiéramos al plano, y como el terreno es muy accidentado, se tardó un poco en subir. Cuando llegó y vio que había mucha gente reunida se puso muy nervioso, principalmente cuando se le reclamó por qué se había ido a meter a las tierras del ejido sin permiso de las autoridades. El pueblo cree que en su nerviosismo se resbaló y cayó al precipicio", afirmaron.

Subrayaron que "tan no hubo intervención del pueblo en eso, como dicen los medios de Toluca, que los acompañantes de Isaak Basso están sanos y salvos; ellos salieron a Villa Guerrero". Las personas que acompañaban a Basso son de las comunidades "que supuestamente tienen concesión del agua de nuestros manantiales".

Denunciaron que "a raíz del accidente" llegaron unas 30 patrullas de judiciales, quienes penetraron a la comunidad y en forma agresiva allanaron las casas de Maricela Molina, Camerina Pérez Hernández y Petra N., sin presentar ninguna orden ni de presentación ni de aprehensión. A Petra la secuestraron, la agredieron verbalmente y la dejaron a la orilla del pueblo; los policías preguntaban por Rey Pérez, comisariado del ejido; Pedro Sánchez y Benito Alvarez, éstos últimos, hasta hace un mes, integrantes del Comité del Agua Potable. Señalaron que además, los judiciales entraron a la escuela primaria con rifles y metralletas en las manos, asustando a los alumnos.

Dijeron que "el pueblo no se opone a que las autoridades investiguen, pero apegándose a la ley, es decir, que los judiciales presenten las órdenes de cateo, de presentación o de aprehensión en caso de que las tengan".

Responsabilizan a la Conagua por no resolver el conflicto

El presidente municipal de Villa Guerrero, Rodolfo Martínez García, responsabilizó a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de este suceso, ya que la dependencia federal no ha resuelto el conflicto que data de hace más de 15 años, al negarse a determinar de manera oficial qué municipio cuenta con la concesión para el aprovechamiento de las aguas del río Texcaltenco.

Al salir de una reunión con el secretario general de Gobierno, Manuel Cadena, Martínez García afirmó que exigió a la administración mexiquense dar con los responsables del asesinato lo antes posible, e intervenir con las autoridades de la Conagua para sentar a dialogar a representantes de ambos pueblos y llegar a una solución al conflicto, pues recordó que ambas comunidades tienen documentos oficiales para explotar el Texcaltenco.

Los campesinos de Tlanixco colocaron barricadas con tubos de concreto a la entrada de la comunidad para tener restringido el acceso y evitar detenciones.

El conflicto data de 1989, año en que se construyó la autopista Toluca-Ixtapan de la Sal, cuando el entonces gobernador Alfredo Baranda se comprometió a construir un pozo profundo para la comunidad de Tlanixco, toda vez que la carretera partiría a su comunidad a la mitad; sin embargo, el pozo tuvo apenas unos meses de vida. En ese año, la Conagua otorgó la concesión para el aprovechamiento del río Texcaltenco a los floricultores de Villa Guerrero, cuando anteriormente los de Tlanixco lo venían explotando.