Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 27 de marzo de 2003
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Mundo

Ningún país se manifestó dispuesto a promover alguna condena a la guerra

Sólo lamentos y críticas en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU

Debate, tras bambalinas, sobre el papel del organismo mundial en la reconstrucción de Irak

DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES

Nueva York y Washington, 26 de marzo. En su primer debate sobre la guerra en Irak desde que ésta comenzó hace una semana, la sala del Consejo de Seguridad se llenó con críticas, lamentaciones y condenas pero permaneció vacía de alguna iniciativa concreta frente a lo que muchos consideran una de las peores crisis de la comunidad internacional desde la fundación de la Organización de Naciones Unidas.

Mientras se realizaba este debate abierto a todos los países de la ONU, tras bambalinas se desarrolla un debate paralelo sobre el papel de la organización en la reconstrucción de Irak, para responder a la crisis humanitaria, cómo actuará ante los peligros de legitimar esta guerra al reconocer a las fuerzas ocupantes como interlocutores y no actuar ante una emergencia de la población civil iraquí.

La sesión abierta, solicitada por la Liga Arabe y el Movimiento de países No Alineados, se convirtió en un foro para que más de 70 naciones y organizaciones regionales se expresaran ante el Consejo de Seguridad sobre la guerra estadunidense y británica contra Irak -la mayoría- de manera crítica por el uso de la fuerza por países miembros sin autorización explícita de esta instancia, como contra el propio Consejo por su falta de unidad y decisión ante el conflicto.

Pero más bien fue un ejercicio de gran retórica y nada en los hechos. A pesar de que una serie de oradores, representando a diversos países, calificó el uso de la fuerza de violación a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional, ninguno se atrevió a anunciar su disposición para patrocinar una resolución formal de condena ante la Asamblea General; todos sabían que ninguno de los 15 países del Consejo haría algo parecido en esta instancia (hoy ninguno de los 15 tomó la palabra y muchos enviaron a segundos para representar sus países).

El secretario general, Kofi Annan, abrió la sesión declarando que todos han visto ahora "el impacto aterrador de los armamentos modernos sobre Irak y su pueblo, la pesadumbre por los muertos y la agonía de los vivos, particularmente los niños". Todos lamentan, dijo, que el esfuerzo para resolver esta crisis de manera pacífica no haya tenido éxito. Señaló que algunos se preguntan por qué Irak no cumplió sus obligaciones de desarmarse para evitar la agresión y otros cuestionan si "es legítimo que algunos Estados miembros hagan esto sin una decisión colectiva en este Consejo".

Annan llama a la unidad

Pero Annan no se pronunció por uno u otro de estos bandos. Sólo instó al consejo a buscar la unidad que no ha logrado, señalando que muchos en el mundo han mostrado sus altas expectativas puestas en la ONU, pero ahora están "agriamente decepcionados". Responsabilizó a las pahax01-162729-pihrtes beligerantes de la atención de las necesidades humanitarias en las zonas bajo su control y recordó que el Consejo debe asumir la responsabilidad de decidir cómo atender los requerimientos del pueblo civil, señalando que los números de desplazados y afectados "podrían ser elevados". Pero hasta ahí llegó.

La Liga Arabe condenó la guerra como una violación material de la Carta de la ONU, demandó el cese de la "agresión angloestadunidense" y el retiro de la fuerzas invasoras. "Ahora tenemos dos ocupaciones en la región", señaló su representante, al referirse tanto a Irak como a Palestina, y dijo que los agresores tenían que ser "legalmente" responsabilizados por su acción ilegítima.

Yahya Mahmassani señaló que el mundo está "viajando hacia el caos" y preguntó: Ƒ"cómo es posible que el Consejo de Seguridad guarde silencio?" mientras transcurre la guerra. Claro, nadie preguntó por qué varios de los integrantes de la Liga Arabe han prestado sus territorios para las bases e instalaciones de las fuerzas armadas estadunidenses y británicas, desde donde se lanzó y se coordina esta invasión.

Por su parte, el representante del Movimiento No Alineado, el embajador de Malasia, también condenó la violación de la Carta de la ONU. Brasil declaró que "deplora el inicio de la acción militar especialmente sin la autorización del Consejo", e instó al cese de hostilidades y el respeto por la soberanía iraquí. Sudáfrica rechazó el recurso a la fuerza y dijo que la ONU tiene la responsabilidad de buscar el fin del conflicto.

Vietnam declaró entender demasiado bien la agonía de los padres que han perdido a sus hijos en esta guerra. Las imágenes de niños iraquíes en camas de hospitales, señaló, lleva a preguntar Ƒ"por qué siempre son ellos las víctimas de los errores de los mayores de edad?", y exigió el cese inmediato de la guerra. Cuba afirmó que la prioridad "es detener las bombas y atender la crisis humanitaria".

Los que justifican la guerra -Australia, Kuwait y Polonia, entre otros- culparon de ella a Saddam Hussein y a la falta de acción de la ONU para aplicar sus resoluciones. Insistieron en que ahora la prioridad es atender las necesidades humanitarias de Irak y evaluar las responsabilidades del Consejo de Seguridad y la ONU en torno a los "nuevos" problemas del mundo actual.

Retórica revolucionaria

Muchos países usaron una retórica casi revolucionaria criticando el nuevo colonialismo y la violación de derechos humanos, pero era imposible no pensar que estos mismos gobiernos no necesariamente cumplen en la práctica dentro de sus territorios de lo que tan bien hablan aquí.

Este debate era tan importante que el propio Kofi Annan se ausentó después de escuchar a los primeros oradores de una interminable lista y muchos de los embajadores de los países del Consejo de Seguridad dejaron a sus suplentes. El embajador de Estados Unidos jamás se presentó.

Después de más de cinco horas de intervenciones, todas con grandes expresiones sobre los temas de guerra y paz, el orden internacional, el destino del mundo, en los hechos no ocurrió nada. Ningún país sorprendió a los demás atreviéndose a promover una resolución concreta de condena de la guerra o para demandar un alto a las balas.

Pero eso no indica que nada esté ocurriendo. No cabe duda que este foro ofreció una verdad: está cuestionado el orden internacional establecido hace medio siglo. Pero mientras, cayeron más bombas, avanzó un ejército de ocupación de dos países miembros de la ONU violando la soberanía de un tercer país miembro, y más niños -o como dicen los políticos, "nuestro futuro"- fueron heridos o tal vez muertos, esta agrupación de adultos no pudo hacer nada para detener la guerra.

En su lugar, lamentaron la falta de consenso, la pérdida de vidas y la crisis humanitaria.

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