Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 18 de marzo de 2003
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Política
ASTILLERO

Julio Hernández López

¿Vaso medio vacío o medio lleno?

Las indecisiones presidenciales y el voto ya innecesario

Congruencia obligada, rechazar el halconazo bushista

LA PRIMERA PARTE de la estrategia foxista ha tenido éxito: el Presidente de la República se mantuvo ante la opinión pública de su país como un político altamente sensible al rechazo popular a la guerra y, al mismo tiempo, capoteó con cuanto pudo -incluso con operaciones quirúrgicas sacadas no de la manga pero sí de la espalda- las presiones estadunidenses ante las cuales pareció -ironías de la columna vertebral- no doblarse.

VASO MEDIO LLENO o vaso medio vacío, según el método de análisis que se prefiera: Fox no se convirtió en el previsible cuarto caballero mundial de la muerte, e incluso se distanció de manera notable de los planteamientos de dos de sus colegas de la derecha política (Bush y Aznar), pero tampoco se reveló como un líder de opinión o un político valiente que a tiempo y abiertamente se hubiera opuesto a las maniobras belicistas del sheriff estadunidense (como sí lo hicieron, oportuna y claramente, Jacques Chirac, presidente conservador francés, y Ricardo Lagos, presidente de Chile). Medio vacío o medio lleno: no alcanzamos a ofender gráfica e inequívocamente al emperador texano porque éste desechó a Naciones Unidas y su pinchurriento consejillo de seguridad y, al relevar a sus miembros permanentes y no permanentes del pecado de vetar o de sufragar en contra, evitó que el presidente Fox llegara al momento tan temido de la definición histórica; pero tampoco consiguió México las ganancias económicas o políticas (sobre todo en el plano migratorio) que habrían estado en el horizonte si el Presidente hubiera vendido caro su amor a las barras y las estrellas y hubiera cambalacheado con buen sentido marchante la krauza pacifista. Vaciedad a medias y plenitud a medias, es decir, cierto sabor a mediocridad: ni chicha ni limonada, ni con melón ni con sandía; una especie de voto de abstención no ejercido; sostuvimos hasta el final una imprecisa intención de sufragio que intencionalmente fue mantenida en la ambigüedad y que, a la "hora de la verdad", ni siquiera fue necesario formalizar: ¡Carlos Rojas Toallón, amiguísimo de Fox: cuánta razón tenías al decir que el voto de México valía cacahuate!

PERO NO DEBE nublar la vista ni siquiera el oportunista aprovechamiento propagandístico de las circunstancias que se ve venir de Los Pinos (donde ahora jurarán por Santa Hernia Discal que la intención de Fox siempre e irreversiblemente fue votar de manera directa contra la guerra): México no le hizo el juego en este proceso diplomático histórico a la Casa Blanca y, con tretas rancheras por delante o parapetándose tras un hospital militar, Vicente Fox logró que el curso de la barbarie bushista fuera distinto, y que el presidente agresor tuviese que recurrir a la desesperada medida de hacer a un lado a la ONU porque en el ámbito diplomático internacional no encontró el apoyo que suponía. Por intereses electorales, si se quiere, o por rarezas presidenciales de conducta, lo cierto es que Fox supo sobrellevar las presiones imperiales sin mostrarse como lacayo o cómplice, papel que cumplieron notablemente, por ejemplo, José María Aznar y Tony Blair.

LA FAENA, SIN embargo, lejos está de ser terminada. El autor de estas líneas de combate bombardea su teclado sin saber lo que habrán de decir el presidente de Estados Unidos (aunque todo indica que protocolizará el ultimátum de 48 horas para que Saddam Hussein deje el poder o se atenga a las bélicas consecuencias) ni el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos (quien coincidentemente ha salido de su burbuja médica verde olivo justamente cuando está en curso el desenlace de la obra tan indeseada). Aun así, ignorando tan rectoras palabras, queda claro que la postura mexicana no puede ser de decaimiento o evasión ante el hecho tajante de que el presidente del país vecino ha decidido echar al bote de la basura la diplomacia, el derecho internacional y el sentido común. Ni México ni Vicente Fox pueden ni deben guardar silencio o buscar evasivas ante la gravísima decisión de Bush. Hoy se requiere una pancarta más grande en la diestra del Presidente de México: un No a la guerra que vaya más allá de los rejuegos palaciegos de la alta diplomacia (donde Adolfo Aguilar Zinser tuvo un papel valioso, no sólo como contraparte enérgica frente a los excesos entreguistas de Jorge Castañeda, sino también en la era posterior a ese canciller, cuando el ex militante de izquierda asesoró al ignaro Luis Ernesto Derbez y dio seguridad al presidente Fox de que el camino de la resistencia frente al capricho imperial tenía sentido y viabilidad). Un No a la guerra no sólo justo y necesario, sino obligado si se quiere mostrar coherencia mínima en un lance histórico que podría darle a Fox un nuevo tanque de oxígeno político y congregar en su derredor a una mayoría mexicana que sabe bien los riesgos por venir, las venganzas preparadas (el cruce fronterizo, por lo pronto), pero que está inequívocamente en contra de una guerra que buscará reordenar para beneficio de Washington el mercado petrolero y rediseñar al mundo en función de los intereses gringos. Este miércoles, en Nueva York, en reunión de secretarios de Relaciones Exteriores de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, habrá una nueva oportunidad para México de reiterar sus convicciones: ya se ahorró la pena de definir su postura en esta primera parte del conflicto; ya se verá cómo evoluciona y cuán consistente es su postura.

ASTILLAS:LA BATALLA TRIANUAL por retazos de poder sigue su marcha. En el PRI la corriente de Carlos Salinas de Gortari (sabiamente dividida en mitades: la de Roberto Madrazo y la de la profesora Elba Esther Gordillo) está al acecho, tratando de cobrar servicios y favores; en el PAN sigue la lucha interna a causa de Francisco Barrio y su pretensión de ser coordinador de la bancada legislativa; en el PRD las tribus mantienen secuestrado a su partido, repartiéndose candidaturas a simple título de mayoriteos internos... Simple aportación cultural: Osiel Cárdenas Guillén era sabidamente protegido por el aparato policiaco del estado que gobierna Tomás Yarrington, quien tiene entre otros distintivos el de ser reiteradamente señalado en público por el presidente Bush como su amigou mexicano... Y, por hoy, hasta aquí, en espera del desangelado acto conmemorativo de la expropiación petrolera, mientras en el mundo las nubes se van haciendo cada vez más oscuras.

Fax: 5605 2099 [email protected]

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