Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 17 de marzo de 2003
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Cultura
La revolución interrumpida apareció aquí en 1971

Obra de Gilly circula en Cuba por primera vez

''Gracias a este libro desacralizador contamos con una visión crítica de la Revolución Mexicana'', explica el prologuista

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 16 de marzo. Cuba publica por primera vez un libro de Adolfo Gilly: La revolución interrumpida, escrita durante los años que pasó el autor encarcelado en el Palacio de Lecumberri, antigua penitenciaría del Distrito Federal que ahora alberga al Archivo General de la Nación.

''Más vale tarde que nunca'', dice el prologuista de la edición cubana, el historiador Sergio Guerra Vilaboy, en alusión al hecho de que el lector cubano común tiene apenas en marzo de 2003 una obra publicada en 1971 y lleva más de treinta ediciones y varias traducciones.

En la presentación del volumen que la editorial Ciencias Sociales sacó a la venta este fin de semana, Guerra contó cómo algunos capítulos mimeografiados del libro circularon durante un corto tiempo entre los estudiantes de historia de la Universidad de La Habana, al principio de los setenta.

''Gracias a este libro desacralizador, desde entonces contamos con una visión crítica de la Revolución Mexicana que supera las historias descriptivas tradicionales y el mecanicismo y los lugares comunes de la primitiva historiografía marxista", dijo Guerra.

En la misma presentación fue leída una breve nota que el articulista de La Jornada mandó para la ocasión. Gilly narró la anécdota de que, al llegar al Foro Social Mundial de Porto Alegre, el pasado 24 de enero, coincidió con otros dos veteranos de la prisión política, un sudafricano y un indio.

El sudafricano contó que en la cárcel picaba piedra. No había libros ni periódicos ni noticias, sólo trabajos forzados. El indio dijo que le había pasado lo mismo, aunque le permitían cocinar en la celda y salió buen cocinero.

Dice Gilly que confesó, "con cierta vergüenza", que en prisión (1966-1972) en México pudo leer libros y periódicos, recibir visitas regulares, cocinar, jugar futbol una vez a la semana y tener una máquina de escribir. De ahí salió La revolución interrumpida.

El libro "hoy merece el honor para mí, que no creo para nada en los honores, de una edición en Cuba. Dejo claro aquí que, en las condiciones del bloqueo persistente, he renunciado con gusto a percibir cualquier derecho de autor sobre la edición destinada a circular en esta isla", señala Gilly en su mensaje.

"Que este libro se publique hoy en Cuba, allí donde más lejos han ido las transformaciones y los desafíos que una revolución haya enfrentado en nuestro continente, es para el autor confirmación de una antigua confianza en las ideas del marxismo, en su larga duración en el tiempo y en las afinidades electivas entre esas ideas y los hechos revolucionarios, allí donde estos se presenten en cualquiera de sus formas diversas e innumerables.''

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