Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 15 de marzo de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Mundo
Robert Fisk *

El poder olvidado de la Asamblea General

Durante 30 años la política de veto de Estados Unidos en la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha sido central en su política exterior. En más de 70 ocasiones ese país ha usado sin asomo de vergüenza su poder de veto en la ONU. Un ejemplo reciente fue que aplastó una resolución de condena al asesinato del empleado británico de Naciones Unidas Iain Hook, ocurrido en Jenin en diciembre pasado.

La mayoría de los vetos estadunidenses han sido en apoyo de su aliado Israel. También han sido vetadas una resolución llamando a Israel a retirarse de la meseta siria del Golán (enero, 1982), una resolución de condena al asesinato de 11 musulmanes por parte de soldados israelíes, cerca de la meseta de Al Aqsa (abril, 1982), y una resolución de condena a Israel por la matanza de 106 refugiados libaneses en un campamento de la ONU en Qana (abril, 1986).

La lista completa llenaría más de una plana de este diario. ¿Y ahora George Bush W. nos dice que el Consejo de Seguridad se volverá irrelevante si Francia o Rusia usan su veto? Muchas veces me pregunto hasta dónde puede llegar la falsa santurronería de la administración Bush. Me temo que mucho más lejos.

He aquí una pequeña idea que podría hacer que la administración estadunidense se enoje todavía más y esté más consciente de sus obligaciones hacia el resto del mundo. Se ha olvidado que una resolución de la Asamblea General de la ONU, reliquia de la guerra fría, puede frenar una invasión a Irak. Irónicamente, esta medida fue impulsada por Estados Unidos para evitar un veto soviético en tiempos del conflicto en Corea y se empleó en el tema de Suez.

La resolución 377 de la ONU permite a la Asamblea General recomendar una acción colectiva "en caso de que el Consejo de Seguridad, a falta de unanimidad entre sus miembros permanentes, no pueda cumplir su responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales".

Esta arcaica pero interesante legislación de la ONU -aprobada en 1950 y llamada originalmente la "resolución de la unidad por la paz"- podría ser usada para impedir que los señores Bush y Blair vayan a la guerra si sus planes son vetados en el Consejo de Seguridad por Francia y Rusia. Fundamentalmente, la medida deja claro que la Asamblea General puede tomar una decisión -como ya lo ha hecho en 10 ocasiones anteriores- cuando el voto en el Consejo de Seguridad no sea unánime.

Desde luego, la Asamblea General de 1950 era una criatura muy distinta a lo que es hoy. El mundo de la posguerra estaba dividido y Occidente veía en Estados Unidos a un protector, no a un potencial poder imperial. El propósito fundamental de la ONU era -como se supone que sigue siendo- el "mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales".

Duncan Currie, abogado que trabaja para Greenpeace, ha difundido una opinión legal que enfatiza que la redacción de la resolución 377 estipula que "en cualquier caso en que haya una amenaza a la paz, un rompimiento de la paz o un acto de agresión", la Asamblea General "debe considerar el tema de inmediato". Esto implica que se puede convocar a la asamblea antes de que comiencen las hostilidades, dado que "amenaza" y "ruptura" son posibilidades que se mencionan por separado.

Por supuesto, se puede alegar que ya hubo "rupturas" de la paz a partir del ataque aéreo estadunidense contra baterías de defensa antimarítima iraquí cerca de Basora, el 13 de enero de este año.

La Casa Blanca -y los lectores, además de algunos funcionarios de la ONU- puede consultar la resolución 377 en la dirección http://www.un.org/Depts/dhl/ landmark/pdf/ares377e.pdf.

Si el señor Bush le echa un vistazo, probablemente no sabrá si reír o llorar. Pero hoy por hoy la Asamblea General -por muy muerta que la consideremos- podría ser el lugar indicado para que el mundo haga su reclamo: Ya basta. Es suficiente.
 


* Periodista irlandés especialista en temas de Medio Oriente del diario británico The Independent.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año