Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 15 de marzo de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Política
El lunes se reanuda el diálogo entre tepehuanos y ejidatarios de Bernalejo

Sin contratiempos, la PFP ocupa Pajaritos

Funcionario de Gobernación recomienda a Monreal no abonar al conflicto en la zona

ROSA ROJAS ENVIADA

Pajaritos, Dgo., 14 de marzo. A las nueve de la mañana y sin ningún contratiempo, elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) ingresaron a esta localidad por la salida del pueblo Canoas, punto que durante 12 días mantuvieron bloqueado indígenas tepehuanos de Santa María Ocotán para impedir el paso de ejidatarios de Bernalejo, con quienes se disputan 5 mil 465 hectáreas.

Por las calles ya vacías de Pajaritos se dispersaron 640 elementos que participan en este operativo ''para restablecer el estado de derecho'', cruzándose a ratos con los ejidatarios desplazados, que sacan sus enseres y ganado.

Una hora después arribaron en helicóptero el subsecretario de Gobernación, Ramón Martín Huerta, y Florencio Salazar, representante de la dependencia en este conflicto; el procurador agrario, Isaías Rivera, y el subsecretario de Gobierno de Zacatecas, Manuel Ortega.

El general Francisco Arellano Noblecía, a cargo del operativo de la PFP, informó que sólo encontraron en el pueblo a unos cuantos indígenas, a quienes se instó a retirarse. Junto con la PFP entraron unos 40 elementos de la Policía Ministerial. Casi todos los efectivos de la corporación federal iban desarmados -sólo algunos portaban pistola-, y llevaban escudos, toletes eléctricos y lanzagases.

El conflicto en Bernalejo de la Sierra -ejido a 380 kilómetros de la capital zacatecana- se remonta a 1997, cuando el entonces presidente Ernesto Zedillo emitió en favor de indígenas tepehuanos del estado de Durango un decreto expropiatorio de 5 mil 465 hectáreas, que ocupaban 64 ejidatarios de Zacatecas.

Los ejidatarios iniciaron un proceso judicial y un tribunal agrario declaró en febrero la nulidad del decreto presidencial y determinó que los terrenos debían cederse a los zacatecanos.

La resolución del tribunal agrario provocó enojo entre los indígenas, quienes el 1o. de marzo bloquearon los accesos a Bernalejo y el lunes desalojaron a los ejidatarios.

Ayer indígenas tepehuanos decidieron replegarse tanto de Pajaritos como de Bernalejo.

''No nos vamos a meter de cazaindígenas''

El subsecretario Martín Huerta propuso realizar un recorrido por el poblado ''para cerciorarse de que todo esté como se acordó'', cuando el comisariado de Bienes Comunales de Bernalejo, Marcelino Santoyo, le preguntó si nada más se iba a hacer el recorrido a las casas o ''a la invasión de los indígenas''. Huerta contestó que él fue a verificar que el operativo funcionara y que por la vía del diálogo y sólo si hubiera sido necesario mediante el uso de la fuerza se restableciera el estado de derecho en Bernalejo: "tampoco me voy a meter a cazar indígenas", comentó. Santoyo le reviró que querían tener claro cuál era su misión: "nosotros hemos sufrido mucho y queremos saber si hay justicia o no hay. Queda clara la burla que han hecho de nosotros (los indígenas) y lo que nos han pisado; eso no lo va a pagar nada".

Huerta repuso que hay un litigio y dos alternativas para resolverlo: continuar por la vía jurisdiccional, que en materia agraria es larga, o una solución que sea gana-gana -que ganen los ejidatarios la paz y un lugar donde trabajar, y ganen los comuneros la tierra que han reclamado históricamente- con la intervención del gobierno federal y los gobiernos de Zacatecas y Durango.

Informó que por la tarde se realizaría una reunión con los ejidatarios a la que asistirían el procurador agrario y el secretario de Gobierno de Zacatecas, Tomás Torres, para procurar un avenimiento. Dicha reunión se pospuso para lunes o martes de la próxima semana ante el hecho de que los ejidatarios de Bernalejo están muy ocupados sacando su ganado y desarmando sus casas. No obstante, Ortega le insistió en que fueran a verificar si los indígenas se habían retirado de la invasión que realizaban desde un año antes, lo que descartó Martín.

El funcionario de la Secretaría de Gobernación pretendió advertirle a Santoyo que en las negociaciones entre la Procuraduría Agraria y los ejidatarios ''no le vamos a permitir la entrada a este proceso a mediadores que sólo quieren aprovecharse'', como Rafael Quesada, dirigente de una asociación de ovinocultores que los está asesorando. Santoyo atajó: ''eso lo decide una asamblea, que tiene la última palabra. La negociación no va a ser con él, va a ser con nosotros, no lo puedo hacer a un lado, sólo si los 64 ejidatarios le quitan el poder; el ejido no es mío".

Martín señaló más adelante que los derechos de los ejidatarios están a salvo, que el gobierno sólo pretende ayudar y va a seguir garantizando la seguridad: "no nos regresemos, o queremos negociación o seguir peleando jurídicamente".

Se le planteó que en las poblaciones aledañas la gente dice respecto de la llegada de la PFP: "ya para qué. ¿Por qué esperaron hasta que desplazaran a los ejidatarios de Bernalejo?''. El funcionario contestó: "nosotros no hemos abandonado nunca este asunto... Los días que estaba la amenaza muy fuerte por la toma de más tierras en esta zona vino el procurador agrario, vino Florencio Salazar para evitar más hechos de sangre; cómo que ya para qué, afortunadamente no ha habido esos hechos de sangre, tenemos un acuerdo que puede derivar en un acuerdo definitivo para una y otra parte, yo creo que para poner la paz y la tranquilidad no hay plazos".

Respecto de la posición del gobierno de Zacatecas de que no se aceptará una negociación económica por el ejido, Martín Huerta contestó que los gobiernos no deben ser obstáculos ni ponerle cargas políticas a los problemas, y exhortó a los gobiernos de Durango y de Zacatecas a colaborar para la solución de este asunto.

Nos falta tierra: tepehuanos

En el campamento de Canoas, Santos Galindo, uno de los principales dirigentes de los tepehuanos, rodeado de comuneros, afirmó mientras observaba la entrada de los preventivos: "que la PFP resguarde los pueblos fantasmas que tanto defiende Ricardo Monreal (gobernador de Zacatecas). Ustedes han visto que han pasado muchos camiones con las pertenencias de los ejidatarios; ellos ya decidieron irse, ya no quieren regresar".

Subrayó que a los comuneros les interesa que se arregle el problema agrario que los ha enfrentado con los ejidatarios, "y que Monreal acepte que se hagan las negociaciones con ellos. El no quiere porque para él es una bandera en su carrera política".

Se le planteó que mucha gente en los poblados cercanos de San Juan Capistrano y Valparaíso, ambos zacatecanos, así como de Huejuquilla -en Jalisco-, teme que los tepehuanos vayan a querer extender más sus posesiones. Sonrió y dijo que las comunidades nacieron primero que los estados y los ejidos; a los indígenas les dieron la tierra en la época virreinal y los títulos de Santa María Ocotán afectan a San Juan.

''Los mestizos han sido los invasores, han pisoteado nuestros derechos. Hoy se sienten humillados, pero ellos olvidan que al entrar ellos mataron gente. Ahora nos exigen que respetemos y ellos no respetaron, para ellos hay una ley y para los indios otra, cuando tenemos los mismos derechos y oportunidades", añadió.

Explicó que la resolución de 1936 de reconocimiento y titulación de las tierras de Santa María Ocotán (Durango) incluye gran parte de las tierras hacia San Juan. ''Son 421 mil hectáreas y nada más tenemos en posesión 360 mil; esas otras tierras las tiene Zacatecas, y entonces Zacatecas debe aceptar que en ella existen tepehuanos''. Se le preguntó si los tepehuanos insistirán en que se les entreguen las tierras que les faltan: "No soy mago para predecir lo que viene; nos sujetamos a la realidad y a lo que tenemos", contestó.

Cuando se le preguntó si se iban a retirar de Pajaritos y Bernalejo, como había informado un día antes el gobernador de Durango, Angel Sergio Guerrero Mier, informó que el acuerdo fue que permanecerían ahí. Y en efecto, los tepehuanos se retiraron del centro de Pajaritos, pero mantuvieron el campamento o "invasión" en las tierras ejidales iniciado en febrero del año pasado para presionar la salida de los ejidatarios.

En el poblado, la esposa de Santoyo, Josefina Flores, informó que ya casi tiene vacía su casa, pero no han salido de Pajaritos, pese a la insistencia de sus hijos que viven "al otro lado", porque falta que saquen las 60 reses que tienen: "Son dos años de trabajo del otro lado" (en Estados Unidos), explicó. Señaló un árbol lleno de flores blancas y lamentó tener que dejar sus manzanos, todos floridos. Al preguntársele qué va a pasar con los difuntos, con el panteón, soltó el llanto. Comentó que ella enterró ahí a su mamá: "me la traje de Estados Unidos, allá se murió; si he sabido ni la traigo. Y mis abuelitos apenas se murieron, cada mes les llevaba sus velas y sus flores, ya no vamos a poder".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año