Hace circular Gran Bretaña en la ONU propuesta para una nueva versión de la resolución

Batalla de propaganda en Naciones Unidas sobre quién tiene más votos

Algunos medios de EU insisten en que México apoyará a Bush; aún no se define, señalan otros

Afirma Washington que varios países le han asegurado en privado que votarán afirmativamente

DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES

Nueva York y Washington, 12 de marzo. El juego diplomático en torno a la resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se convirtió hoy en una batalla de propaganda sobre quién tiene los votos en favor o en contra de una medida que autorice la guerra contra Irak, mientras todos están a la espera de una votación que podría ser convocada en cualquier momento.

Gran Bretaña está ofreciendo modificaciones a la resolución para ganar más votos y el presidente George W. Bush hizo llamadas a los líderes de países clave para solicitar su apoyo.

Al mismo tiempo, filtraciones desde la Casa Blanca y el Departamento de Estado alimentaron los rumores de que algunos de los países miembros del consejo "indecisos" ya han asegurado a Washington en privado su respaldo.

Entre estos, afirmaron algunos medios locales, está México; otros señalaron que éste es uno de sólo dos países que aún no han expresado su posición en torno a la resolución promovida por Estados Unidos y Gran Bretaña.

"El presidente ha dicho en mu-chas de sus llamadas telefónicas que si las naciones no están con nosotros, estará decepcionado", declaró el vocero de la Casa Blanca Ari Fleischer.

"Estamos en las etapas finales de la diplomacia", agregó, y señaló que Bush hará todo lo posible para obtener los votos, pero "el tiempo para la diplomacia llegará a su fin".

Fox y Lagos, claves para Bush

Lo único claro aquí es que si México y Chile mantienen su posición y no se pronuncian a favor de la resolución anglo-estadunidense, anularán este juego político ya que sin su voto no hay mayoría.

A la inversa, tal vez el voto de sólo uno uno de ellos podría ser la clave para un triunfo, por lo menos simbólico (si hay veto) de Washington y Londres.

En la ONU la suposición es que Estados Unidos y Gran Bretaña no convocarán a una votación de su resolución hasta que calculen que una mayoría del Consejo de Seguridad apoya su postura, aunque ésta quede finalmente anulada por un veto.

Al respecto, Londres está realizando un intenso esfuerzo para lo-grar una reformulación de la resolución con el objetivo de llegar a una versión aceptable para la ma-yoría y, en el mejor de los casos, que no sea sujeta a un veto.

Y es que incluso el futuro del gobierno de Tony Blair podría depender del éxito o fracaso de esta jugada diplomática, ya que el primer ministro necesita una resolución más que sus contrapartes estadunidenses por la intensa oposición dentro de su país a una guerra.

Esta mañana un alto funcionario del Departamento de Estado informó a CNN que a Estados Unidos le falta un solo voto -el de México o el de Chile- para obtener la mayoría requerida de nueve de los 15 miembros del consejo.

"Bush y Blair están intentando hacer todo lo necesario para lograr que los latinos (sic) se comprometan", dijo el funcionario no identificado. La fuente señaló que Washington ya confiaba en tener el voto de los tres países africanos, Camerún, Angola y Guinea, junto con el de Pakistán, entre los llamados seis países "indecisos".

Pero la agencia Ap informó temprano que una reformulación de la resolución podría lograr el número de nueve votos, aunque en esta versión Guinea, Angola y Chile aún no están en la lista de alineados con Estados Unidos pero México sí.

O sea, parece una guerra sicológica realizada por filtraciones a los medios, con la intención de provocar tensión y división entre los seis indecisos: México, Chile, Pakistán y los tres países africanos.

Mientras, la negociación diplomática encabezada por Gran Bretaña fue manifestada esta mañana al circular su propuesta para una nueva versión de la resolución en el Consejo de Seguridad, que incluye una serie de condiciones para el desarme de Irak, la que entregó esta noche a los 15 miembros.

Estos criterios supuestamente ofrecen lo que muchos países han pedido, incluso algunos de los indecisos como Chile y México: una forma para medir y evaluar si Irak está dispuesto a cumplir con sus obligaciones de deshacerse de sus armas de destrucción masiva.

No obstante, la otra complicación es el asunto de los tiempos, con los seis indecisos inicialmente proponiendo un plazo de hasta 45 días, cuando los británicos hablan ahora de 10, para establecer una fecha límite por la cual Irak tendría que demostrar que ha decidido cooperar de forma inmediata y plena con la ONU para desarmarse.

El plazo actual en la resolución tiene el 17 de marzo como fecha límite. La Casa Blanca ha señalado que está dispuesta a aceptar una extensión de unos cuantos días, pero rechazó cualquier propuesta que contemple más que eso, y nuevamente advirtió que no se trata sólo de una prueba para Irak.

"Es una importante evaluación del compromiso de estas naciones por el desarme inmediato de Hussein, el compromiso de estos países en el Consejo de Seguridad de la ONU, y para determinar si tendrá un papel como instancia relevante y efectiva", afirmó Fleischer.

Bush, por su parte, hoy se comunicó por teléfono con sus homólogos de Rusia y Pakistán, al igual que lo hizo ayer con los de México y Chile, entre otros países. No hay comunicación directa entre Bush y sus colegas de Francia y Alemania, quienes encabezan la oposición.

Por un lado se habla de "amistad" y alianzas, pero por otro hay amenazas. Este fue el caso del mensaje del embajador estadunidense en Rusia, quien advirtió hoy que la relación entre Washington y Moscú podría resultar "dañada" si Rusia mantiene su oposición.

Argucias de la Casa Blanca

Mientras estas consultas y negociaciones continuaban, y con ello una intensa especulación sobre el resultado, y también cuándo se realizaría la votación en el Consejo de Seguridad, continuó la sesión abierta por segundo día para ofrecer ese foro a los miembros de la Asamblea Ge-neral que desean dar las perspectivas de sus gobiernos.

Ayer hablaron 28 oradores, y hoy la lista era de 24; la mayoría se ha expresado contra la guerra.

Para complicar las cosas, esta tarde la Casa Blanca hizo otra jugada al filtrar a los medios que si hay un veto a su resolución no habría nada para evitar que Washington anuncie el comienzo de la guerra.

Esto tiene la intención de complicar el juego para todos los demás: ofrece un escenario en donde aun si Estados Unidos y Gran Bretaña logran presionar a suficientes países -incluyendo México- para votar en favor de una nueva resolución reformulada con todo y nuevos criterios y plazos, pero Francia emite su veto, entonces Estados Unidos podría realizar lo que ha deseado desde el inicio, lanzar un ataque militar contra Irak para lograr el "cambio de régimen".

Así, el juego es poner a Francia en una situación en la que si veta sería responsable de la guerra, mientras que los miembros no permanentes que finalmente otorgaron su apoyo con el pretexto de "ofrecer una última oportunidad" a Irak habrán sa-crificado todo para nada.

Pero todo es parte del baile. Esta noche la Casa Blanca proyectó dos mensajes contradictorios: ya ha logrado ocho de los nueve votos que desea, pero dejó abierta la posibilidad de postergar la votación en el consejo más allá de esta semana, algo que se supone no tendría que hacerse si en verdad ya contaba con los votos.

De hecho, los promotores de la resolución dejaron saber esta no-che que también podrían decidir que, al final, ya no someterán la resolución a votación.