Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 2 de marzo de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Política

Juan Saldaña

La guerra

Muy a pesar mío he comenzado, muy recientemente, a considerar como probable, primero; cercana, después, y grave e inmediata ahora, la posibilidad de una guerra terrible que puede yugular de tajo nuestras vidas o, por lo menos, imponer sus códigos y ritmos a la historia, tradiciones y necesidades de los pueblos dependientes como el nuestro.

No tengo duda. La tozuda vesania imperialista de los yanquis y de Bush corre pareja con el necio propósito opresor del presidente iraquí Saddam Hussein. Son políticas que se instrumentan de manera polar pero que, en mortal paradoja, coinciden en su desprecio por la seguridad internacional, por la paz de las naciones, por la vida de los pueblos. La codicia occidental por los enormes yacimientos petroleros y la turbia decisión de regionalizar su dictadura por el lado iraquí están llevando al mundo a una encrucijada arbitraria y mortal.

Hoy estamos frente a la posibilidad próxima y real de un conflicto bélico de consecuencias imprevisibles.

No hay guerra buena. Esta verdad de perogrullo pareciera adquirir nueva vigencia ante el claro y preciso propósito de aniquilamiento que las fuerzas en pugna disponen hoy para nuestro mundo.

Guerra bacteriológica contra misiles teledirigidos. Concentración de navíos de guerra y de efectivos en los mares y tierras circundantes a la próxima zona de desastre contra la amenaza soslayada de actos terroristas en ciudades e industrias del imperio. Dos pueblos que se enfrentan sin prever los resultados y sólo por las adversas y cínicas decisiones de sus grupos dirigentes. Turbios intereses de dominio mundial. Torpes y anacrónicas guerras santas en respuesta. ƑQué va a pasar con nuestro mundo? En principio, Ƒcontinúa siendo nuestro el mundo?

Frente al holocausto que disponen las partes en pugna se yergue solitario el derecho a la paz del resto del planeta.

ƑQué pasa en el mundo frente a la amenaza? Nuestro diario ha consignado las manifestaciones antibélicas de más de 30 millones de seres humanos en sólo una semana. En América y Europa. En Oriente. En el sur y en el norte. Por los cuatro rumbos de la paz se han levantado voces que señalan afiebradas los peligros. Han salido a las calles y han llenado las plazas. Han gritado al planeta sus reclamos por la paz. Han viajado a Bagdad. ƑAlguien escucha?

Las proporciones con las que linda una conflagración como la que se vislumbra no son vaticinables en su justa proporción. Este mundo no las ha vivido aún. La Segunda Guerra Mundial, Corea y Vietnam están en el nivel histórico de las guerras convencionales. Con todo, lanzallamas y bacterias no podrán compararse jamás a la terrible experiencia de la guerra teledirigida e impersonal, cuyas maniobras apenas disimulen los miles de efectivos desplegados ante Irak. La guerra de las infanterías será sólo un pálido preanuncio de la acción destructiva de la guerra electrónica; la de los misiles destructivos enviados desde miles de kilómetros de sus objetivos; la de los bombarderos de viaje supersónico; la guerra de exterminio selectivo; el crimen a distancia, intocable, incontestable. ƑY los pueblos? ƑAdónde va la vida del planeta?

Formalmente el resto de la humanidad cuenta con instituciones representativas en cuyo seno deben dirimirse diferencias y pugnas entre naciones y entre poderíos. Pero, Ƒqué puede hacer realmente la Organización de Naciones Unidas (ONU) frente a las ambiciones desatadas de Bush? ƑHasta dónde podrá llegar la participación colegiada del Consejo de Seguridad, hoy puesta en duda?

Más allá de poder asegurar, en lo formal, un arbitraje entre las partes del conflicto, Naciones Unidas está actuando como la vanguardia legal del imperio. El organismo formula las querellas, envía a sus inspectores, divulga resultados que a nadie convencen y poco ayudan a conjurar la amenaza. Es muy débil freno a la ambición imperialista. Trabajando por la paz, la ONU terminará por constituir la coartada virtual de la agresión. Triste misión del organismo que fue parlamento entre naciones, foro mundial de libertades, esperanza de avenimientos y concordias.

De México, ni hablar. ƑQué plantearemos al final? ƑCuál será la cara que habrá de mostrar nuestro gobierno cuando deba justificar su simulado apoyo al desafuero, cuando explique el gran viraje, cuando tenga que aceptar (será muy pronto) que doblegó los principios tan sonados de nuestra política exterior al triste interés de las traiciones? ƑQué va a decir nuestro gobierno? ƑCómo va a explicar el tornaviaje, la traidora agresión a nuestra historia?

šVamos, México, exige explicaciones!

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año