Mañana presentan el volumen de ensayos Crisis, Reforma y Revolución

Casi descartable, el riesgo de dar cauce violento a los problemas en México, dice Elisa Servín

RENATO RAVELO

En el México actual existen condiciones similares a las coyunturas de efervescencia social y modernización excluyente, que fueron previas a las revoluciones de 1810 y 1910, sostiene Elisa Servín, ''si bien el riesgo de que los problemas sociales encuentren un cauce violento es casi descartable".

Servín coordinó, con Leticia Reina, el libro Crisis, Reforma y Revolución. México: Historias de fin de siglo, coeditado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y editorial Taurus.

La obra, que espera fecha para aparecer en inglés, incluye ensayos de John Tutino, Alan Knight, Friedrich Katz, Eric Van Young, Antonio Annino, François-Xavier Guerra, Lorenzo Meyer, Guillermo de la Peña, Enrique Semo y las coordinadoras.

-ƑCómo surge el libro?

- A finales de 1998 un grupo de historiadoras hicimos el taller Se nos acabó el veinte, para reflexionar sobre la especificidad del siglo XX y caímos en la cuenta de que nos remitíamos constantemente a los siglos XVIII y XIX. Invitamos a otras historiadoras y especialistas en Revolución y siglo XIX al seminario Paradigmas y paradojas de fin de siglo que tuvo su respuesta en la Universidad de Georgetown con Crises, Reforms and Revolutions.

Proceso de dos centurias

-ƑNo es muy pronto?, incluso algunos historiadores afirman que fue un siglo muy corto que terminó con la caída del Muro de Berlín y otros que todavía no concluye.

-Definitivamente hay que discutir mucho si el siglo terminó. Basarnos en los finales de centuria apuntó a considerar un proceso de largo plazo que arranca con la revolución de Independencia e intenta construir a México como una nación, de embarcarla en un proyecto de desarrollo capitalista, liberal. Es un proceso que se ha llevado dos siglos. Así, el fin del siglo XX, aunque no es un proceso acabado, sí funciona para entender algunos de los problemas en los que estamos enfrascados, que se parecen mucho a conflictos por los que se ha pasado antes: coyunturas de modernización que no atienden a todos los sectores, que privilegian a unos grupos; coyunturas de cambios de régimen. La revolución de Independencia de 1810 es resultado de este proceso de modernización en el que se embarcan los Borbones, que producen mucho desasosiego. Son épocas en las que hay una alta efervescencia social, conflictos entre la elite y los mecanismos de mediación con el Estado parecen agotados.

-ƑQué es distinto?

-A diferencia de 1810 y 1910, cuando se tuvo que recurrir a la violencia para romper con el régimen anterior, la ruptura en esta ocasión se dio por la vía de la democracia. Sin embargo, los problemas sociales siguen presentes. La sociedad espera algo más y por ello el proceso está abierto: en medio de una situación que no sabemos adónde va, comparar con situaciones similares ayuda a visualizar posibles soluciones.

-ƑQué elementos permiten a México seguir en relación con el resto del mundo en un contexto de excepción?

-Algo que hizo excepcional el proceso mexicano es la presencia de grupos sociales, comunidades indígenas, pueblos, corporaciones como la Iglesia católica, que han recurrido a formas de hacer política no democrática, en el sentido liberal, sino que han usado la violencia y a caudillos en una lógica clientelista. Esas fuerzas siguen actuando: grupos campesinos toman carreteras, pero ciertamente no tienen otra salida.

(El libro se presenta mañana a las 19:30 horas en la Dirección de Estudios Históricos del INAH, en Allende 172, colonia Tlalpan, con comentarios de Carlos Monsiváis, Alberto Aziz Nassif y John Tutino.)