Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 19 de febrero de 2003
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Cultura
La muestra de la Fundación Automatia Musica llega por vez primera al continente

Músicos invisibles inundará de sonoridad mecánica el Franz Mayer

Se podrán admirar orquestriones y órganos de barbarie, entre más de 80 instrumentos

El fonógrafo, al reproducir la voz humana, marcó la extinción de esos aparatos

MERRY MAC MASTERS

Un parque de diversiones del pasado sonoro, completo con orquestriones, orgános de barbarie, sillas musicales, autómatas que tocan, organillos, fonógrafos, matorrales de aves cantoras, es en lo que se ha convertido el Museo Franz Mayer con la llegada de la exposición Músicos invisibles, proveniente de la Fundación Automatia Musica (FAM), con sede en Bruselas, Bélgica, que será inaugurada mañana a las 19:30 horas.

La muestra de más de 80 instrumentos de música mecánica del siglo XIX hasta el presente, fabricados en diferentes países, se exhibe por vez primera en el continente americano. Cada pieza encierra una historia. Entre las espectaculares hay un órgano de baile en forma de un muy kitsch Mini Taj Mahal, de 3.08 metros de largo y 3.09 metros de alto, construido en 1920, que trabaja con 84 notas. El orquestrión Decap -también ocupa toda la pared-, decorado a la manera de los años 50, se utilizaba en cafés y salones de baile y todavía emplea los antiguos cartones perforados.

En materia de autómatas, aparte de los de época, una réplica de Adolphe Sax (1814-1894), inventor del saxofón, fue fabricada especialmente para la Fundación Automatia Musica. Esta pieza única toca a dúo con un piano que funciona mediante un sistema electrónico de disquetes.

Otra pieza asombrosa es un violín-piano automático de monedero (cabe mencionar que sólo hay tres piezas conocidas de violines automáticos y la FAM posee dos). Inventado por un estadunidense, este modelo de música mecánica esperaba en Nueva York ser embarcado en 1912 en el viaje de regreso del Titanic.

También se incluye una reconstrucción a escala del teatro veneciano La Fenice, con un espectáculo de autómatas y música mecánica, que fue hecha en 2000.

Visitas guiadas

De todas las muestras organizadas por el Museo Franz Mayer, ésta es una de las más ''aparatosas", afirma Isabelle Gelinas, directora de comunicación del recinto. En el aspecto de embalaje, aparte de los cuidados acostumbrados, las piezas también necesitan de una protección especial contra la humedad. Cubiertas con bolsas gruesas de papel aluminio, las piezas son colocadas en cajas que, a su vez, van dentro de contenedores. ''Es la primera vez que vemos llegar cuatro containers, de 40 pies cúbicos cada uno, en las callecitas del Centro Histórico", anota Gelinas.

La FAM nació a finales de 1994 para ofrecer a los jóvenes el gusto y el amor por los oficios del arte de la música que decaían en Europa. Scarlett de Fays, directora de exhibiciones internacionales de esa fundación, explica que ésta más bien funciona como asociación de coleccionistas que se agruparon para difundir la música mecánica.

Cada coleccionista presta sus piezas en comodato a cambio de que la fundación las restaure, haga las reparaciones necesarias, para poderlas exhibir. De modo que el grueso de las casi 250 piezas pertenecen a particulares. Concluido el comodato de dos o tres años, los coleccionistas recogen sus piezas y se retiran. Por lo general, hay 10 coleccionistas a la vez relacionados con la fundación.

La institución, entonces, cuenta con talleres en los que también se fabrican los llamados órganos de barbarie. Para el montaje de Músicos invisibles viajaron a México los jóvenes técnicos Serge Cange y Benoit Paulis, quienes también son fabricantes de órganos. Cabe mencionar que se mostraron muy interesados en los cilindros mexicanos, al grado de ofrecerse para repararlos y afinarlos.

En el primer siglo de nuestra era, Herón de Alejandría describe en su tratado Neumático, fuentes musicales y autómatas movidas por la circulación de agua o presión. Pero fue en la Edad Media, con el invento de los relojes de pesas, que vieron la luz los primeros instrumentos de música mecánica. En el siglo XVII se sustituyeron las pesas por muelles. El maestro relojero genovés, Antoine Favre, al parecer fue quien primero tuvo la idea, en 1796, de hacer música colocando varias láminas unas al lado de otras afinadas de forma diferente y accionándolas mediante un cilindro con púas.

El fonógrafo marcó la muerte de la música mecánica, pues podía reproducir la voz humana.

Dadas las caracerísticas de Músicos invisibles, la exposición se visitará en grupos de 30 personas, que saldrán cada 10 o 15 minutos. Los guías, aparte de mostrar los instrumentos, harán tocar algunos.

Uno de los objetivos de la muestra es que el visitante sea partícipe de todo un universo sonoro que le permita emprender un viaje fuera del tiempo.

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Arriba, piano de 24 notas que funciona con manivela; máquina perforadora para escribir textos, y caja de Polyphon que utiliza discos de 28 centímetros de diámetro. En la imagen inferior, una caricatura de músicos que buscan a los músicos que habitan esa caja FOTOS CATALOGO DE LA MUESTRA MUSICOS INVISIBLES

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