El escritor y poeta inauguró el coloquio
sobre el centenario de esa novela
La trascendencia de Santa es un enigma, dice
José Emilio Pacheco
Su conferencia magistral fue a contracorriente de los
demás académicos en el Colmex
''Federico Gamboa escenifica lo que debe resumir y resume
lo que debe escenificar''
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
El único mito que ha surgido de la literatura mexicana
nació en una mala novela, primitiva, moralista, con fallas estructurales,
descuidos del lenguaje, anfibologías, escrita con un estilo cortado
y premioso: Santa. Alrededor de esta premisa giró la conferencia
magistral de José Emilio Pacheco, ayer, durante la inauguración
del coloquio Santa, Santa nuestra, organizado por El Colegio de
México (Colmex) para conmemorar los cien años de la obra
más conocida de Federico Gamboa (1864-1939).
El
hecho de que, pese a sus deficiencias, la novela trascienda y tenga repercusiones
hasta nuestros días, es un enigma para Pacheco. El poeta y apasionado
estudioso de la literatura mexicana del siglo XIX, fue la voz discordante
en la conmemoración entre cuyos asistentes -escritores y académicos-
predominaba una opinión favorable a Santa. Pacheco recordó
que era adolescente cuando intentó leerla por primera vez, motivado
por un amigo que le dijo que se trataba de una novela ''terriblemente erótica".
No había tal: ''Me decepcionó porque no le encontré
nada erótico".
Tiempo después, en 1977, el historiador Enrique
Florescano propuso a Pacheco y Carlos Monsiváis hacer un estudio
de la novela mexicana en el siglo XIX. Entonces Pacheco se acercó
a Santa con ojos distintos a los del adolescente que buscaba una
experiencia erótica: la encontró ''horrible". Ahora, 25 años
después, a propósito de su participación en el coloquio
y ''ante la abrumadora superioridad" de quienes ven en Santa una
buena novela, la leyó de nuevo: ''La experiencia me ha enseñado
que los otros y las otras suelen tener razón, y como iba a exponer
ante ustedes que sí saben, que sí conocen, que son especialistas
en esto, decidí verla de otra manera, pero la novela me pareció
aún más horrible. En ese sentido me aparto de la opinión
más autorizada y generalizada de ustedes".
Carencia de rotundidad
Contrario a Rafael Olea Franco, académico del Colmex
que participó en la sesión inaugural del coloquio, José
Emilio Pacheco sostuvo que la novela de Federico Gamboa no sólo
presentaba fallas estilísticas o estructurales: ''Creo que el gran
problema narrativo, no sé cómo lo ven ustedes que sí
saben, es que Gamboa escenifica lo que debía resumir y resume lo
que debía escenificar. Me sigue desconcertando por qué escribía
de esa forma si es fama que hablaba maravillosamente bien. Yo pensaría
que el problema es su falta de familiaridad con las lecturas en español.
Leía en inglés y en francés, idiomas que hablaba perfectamente
bien".
Aunque se identifica a Santa como una novela naturalista,
Pacheco señaló que la obra contradecía esa definición
por su rebuscamiento. Recordó y suscribió la crítica
hecha por Victoriano Salado Alvarez, contemporáneo de Gamboa: descuidos
en el uso del lenguaje impasables en cualquier escritor, un estilo cortado,
premioso, lleno de anfibologías y defectos, carente de rotundidad.
''Cuando dije que Santa era horrible -se remitió
Pacheco a su crítica de 1977- por lo menos tuve precaución
de decir que atacar a Santa era como pintarle bigotes a la Mona
Lisa, uno iba a pasar y Santa iba a seguir ahí a pesar de
todo. Tan indefenso como Gamboa en 1977, lo estoy yo en 2003. Nadie puede
prever el contexto futuro."
José Emilio Pacheco también cuestionó
los sesgos machistas y moralistas de la novela, donde se ve a la prostituta
como representación de las fantasías masculinas, carente
de deseo y libertad sexual propias, pero que, por otro lado, tiene que
ser castigada: ''Gamboa condena y persigue a las prostitución y
persigue a Santa, cuando se está dando un fenómeno que se
va a repetir después con la Revolución en que la gente bien,
los ricos de México, casan a sus hijos con los vencedores. Es realmente
la venta de hijas, pero eso no se ve como prostitución, porque está
sancionada por la sociedad. Por eso es tan extraño el triunfo de
Santa''.