Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 23 de enero de 2003
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Sociedad y Justicia

Analiza la falta de recursos y la escasez de oportunidades

Si los jóvenes no tienen futuro, la nación tampoco: Monsiváis

KARINA AVILES

Durante una conferencia magistral en el seminario internacional Jóvenes del siglo XXI, sociedad de la información y nuevas identidades, el escritor y periodista Carlos Monsiváis afirmó que si en un país los jóvenes no tienen futuro, la nación tampoco lo tendrá.

Expresó que el futuro es una construcción de mediano y largo alcance hecha por la sociedad entera y los gobiernos, "cuando los hay". Dijo que el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz inauguró "intempestivamente" en México la represión política sobre la juventud.

En el encuentro organizado por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso) y el Colegio de la Frontera Norte (Colef), Monsiváis ofreció la conferencia magistral Los jóvenes en América Latina, la esperanza del ayer, en la que, para empezar, precisó la diversidad y los matices que el término juventud implica.

Aclaró que al decir los jóvenes y las jóvenes "me referiré a la mayoría de ellos tal y cómo se les ve y se les siente desde la falta de recursos y la escasez de oportunidades. Los de clase media alta en adelante no corresponden ya a mi definición actual de juventud, porque en ellos no interviene como elemento esencial el temor al desempleo o el hartazgo del subempleo o la sensación de estar llegando al fin cuando se está en el principio".

Una vez realizada la anterior referencia, expresó que según las elites y los gobiernos, "los jóvenes son la entidad desincorporada a la caza de la sombra de la identidad, sinónimo de empleo. Así, con la paradoja como paisaje, la gran mayoría de los jóvenes no sólo y previsiblemente carecen de poder. También, de acuerdo con el autoritarismo, son el ejército industrial y un tanto espectral de reserva que debe prepararse para convertir su frustración en ilusiones perdidas".

Las más de las veces, añadió, el término juventud se maneja como sinónimo de "público cautivo o a la deriva, la bomba de tiempo concentrada en los espacios de rencor social o el conformismo, o si la perspectiva es moralista, las almas extraviadas en el torbellino del hedonismo cuya salvación se inicia con la abstinencia sexual. Los auténticos votos cívicos, afirma la derecha, son los de la castidad".

Más adelante apuntó que la derecha, en donde puede, impone su plan de gobierno: "rechazo del condón en nombre del daño que se le hace a la ecología o más específicamente, como dijo un presidente del Partido Acción Nacional, al drenaje profundo; prohibición de las minifaldas, detención y las razzias de jóvenes que llevan condones a los que se les acusa de ejercer la prostitución, e incluso, arresto de los activistas contra el sida".

El escritor expresó que "en contrapunto del avance de la cultura juvenil se desarrolla en América Latina el anacronismo ansioso de preservar las técnicas del autoritarismo clientelar y el espejismo del control a bajo costo". En México y en América Latina, agregó, opera el Injuve "ocupado en reclutar unas cuantas voluntades vespertinas a cuya disposición se ponen dos gimnasios, unos maestros de corte y confección e inglés, tres o cuatro conferencias sobre los héroes impartidas por priístas, managers de los héroes sobre la tierra, algunas excursiones gratuitas y ligas de basquetbol, futbol y pin-pon".

Recordó que tal vez su punto culminante fue la concentración de apoyo al presidente Luis Echeverría en el Popocatépetl, cuando cientos de jóvenes llegaron a las cumbres del volcán en la madrugada.

"Ni manera que el gobierno se entere de los jóvenes. En 1968 cientos de miles de estudiantes de la ciudad de México rechazan el trato represivo del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y salen a las calles a expresar su repudio como sus correspondientes en Latinoamérica. En un intento de minimizar el contenido crítico del movimiento estudiantil, Díaz Ordaz promete rebajar la edad del voto de los 21 a los 18 años. Nadie se conmueve y Díaz Ordaz intempestivamente inaugura en México la represión política sobre la juventud. Nunca antes había sucedido".

Por otro lado, aclaró que todo lo que constituye el modelo impuesto de la globalización con su arrasamiento de las alternativas impone sus leyes hasta cierto punto. "Así, el determinismo se explica y el fatalismo no tiene razón de ser. Por un lado, si algo distingue a los jóvenes de hoy, y me atrevo a generalizar porque la realidad ya lo hizo, es el sitio otorgado al empleo, el punto culminante de la felicidad asediada y las zozobras del día entero, el que tenga un empleo que lo cuide. Son demasiados los convencidos de que hoy casi todos los empleos son terminales. Al contraerse drásticamente la economía, el trabajo fijo se aproxima al círculo de las especies en peligro de extinción".

Por último, Monsiváis destacó: "el futuro previsible de la mayoría de los jóvenes de un país es el futuro inevitable de la nación. Si los jóvenes no tienen futuro, la nación tampoco". El futuro de la juventud es "inexorable y desdichado".

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