Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 15 de enero de 2003
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Cultura

La autora recoge tradiciones en el texto Ecos del cafetal

La cultura, abandonada a la par que el campo, acusa Margarita Castillo

RENATO RAVELO

Los vecinos de Las Lomas, municipio de Coatepec, Veracruz, reciben con los cálidos vientos del Golfo la picaresca de los habitantes del puerto, pero mantienen la seriedad de la población de los Altos al recibir, en otra estación, el frío manto del cofre de Perote. Desde hace años la globalización les ha llegado en forma de necesidad de emigrar a Estados Unidos, con peligro para sus tradiciones, algunas de las cuales son recogidas en el libro Ecos del cafetal, de Margarita Castillo León, para quien "el campo se está abandonando y con ello nuestra cultura".

Explica Castillo León: "la comunidad Las Lomas atravesó sin cambios sustanciales tanto el movimiento de Independencia de 1810 como la Revolución Mexicana, cien años después".

En el primer caso, "los hacendados vieron protegidos los bienes que en algún momento habían sentido peligrar, por ello el régimen socioeconómico español, basado en el latifundismo europeo, logró sobrevivir hasta las primeras décadas del siglo XX".

De cuatro o cinco años a la fecha, explica la egresada de la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana, "el problema de la globalización afecta ya no solamente la economía, pues muchísimas personas emigran al norte y se daña el aspecto de la identidad".

El libro Ecos del cafetal recupera las narraciones de un pueblo que debió pasar del cultivo de caña al del café. Se cuenta a sí mismo en un híbrido de moraleja y adivinanza de por qué los ratones de campo, al no ayudar a Dios a construir los caminos, quedaron condenados a morir en ellos, sentencia jocosa, porque la única manera de ver uno de eso roedores es aplastado.

-ƑQué recepción tuvo el libro entre los jóvenes?

-Además de adquirirlo han preguntado, se han dirigido a las personas mayores, han vuelto la mirada hacia sus narraciones, sobre todo los niños. De hecho, en el texto las ilustraciones fueron creadas por niños de la comunidad.

La investigación respectiva fue apoyada por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias en 1999. Comenzó como recuperación de los cuentos de la región "ante la preocupación de no existir fuentes escritas que avalaran la permanencia de la producción histórico-literaria de una comunidad pequeña".

En el texto, un narrador, don Chico, recuerda que su abuelo le contó la historia de un niño que pregunta: "Mamá: Ƒpor qué mi papá nos deja encerrados y está tan feo, tan peludo?

"Mira hijo -contestó la madre-, tu papá no es igual que nosotros. Te voy a platicar: yo vivía en el pueblo, el pueblo es mucha gente que vive junta pero cada familia en su casa; yo tenía a mi esposo. Un día salí al río a lavar la ropa; mi marido no me pudo acompañar. Estando sola en el río, tu papá me vio, yo no lo sentí llegar hasta que detrás de mí vi a un enorme mono que me trajo a esta cueva y me hizo su mujer. Después tú naciste. Eres hijo de los dos, y aunque tienes forma humana tienes algunos rasgos de tu padre, por eso tú también eres muy velludo."

La investigación terminó por introducir refranes -"No le hace que nazcan chatos, nomás que resuellen bien"-, advinanzas -"Soy de donde soy,/ vengo de donde vengo/ bájame los calzones/ y chúpame lo que tengo" (el mango)- y una lista de apodos en la que se incluye a Chirriscurris y la Zopilota, entre otros de los que circulan por la región.

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