Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 14 de enero de 2003
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Correo Ilustrado

Del uso en el poder de la palabra y el silencio

Señora directora: Pongo a su amable consideración la presente carta para ser insertada en El Correo Ilustrado.

Cuando hablamos de los conceptos "palabra" y "silencio", debemos considerar que los dos vocablos tienen sus respectivos "contrarios"; para la palabra falsa existe la palabra verdadera, así como para el silencio infamante y cómplice existe el silencio digno y honroso.

En nuestro país ya es costumbre escuchar la palabra falsa usada frecuentemente por políticos partidistas, por candidatos a diputados, por gobernadores y presidentes cuando, durante sus campañas, prometen todo tipo de beneficios para la ciudadanía, pero ya en el poder se olvidan de sus ofrecimientos.

En décadas pasadas los gobiernos usaron la palabra calumniosa para denigrar las luchas justas de campesinos, obreros y estudiantes, como sucedió en 1968, cuando se dijo que estos movimientos estaban dirigidos por comunistas y agentes internacionales sólo para justificar la represión y el asesinato masivo.

Hoy se sigue usando la mentira para engañar al pueblo diciendo que nuestra economía está creciendo y que vamos a ingresar en el primer mundo cuando la realidad nos dice todo lo contrario.

En contraposición a la palabra falsa está la palabra verdadera usada por auténticos líderes populares que han denunciado y criticado los malos manejos de los funcionarios públicos, exigiendo además que se cumpla con la Constitución y con el estado de derecho; muchos de estos dirigentes han sido perseguidos, encarcelados y torturados, como en la época más nefasta de la dictadura porfirista.

Otro ejemplo que ilustra la palabra verdadera fue el grito de ¡ya basta!, pronunciado por el EZLN en enero de 1994; grito que todavía resuena ante el silencio ignominioso de un gobierno que empeñó su palabra en resolver el conflicto indígena en 15 minutos.

Así como la palabra falsa y mentirosa, también se usa el silencio cómplice de un gobierno que durante varios días permaneció callado ante el atropello arbitrario que sufrió Canal 40 y que después fue avalado en forma autoritaria por el Ejecutivo, dando un golpe a la endeble libertad de expresión en este país.

A pesar de todo, la palabra verdadera y el silencio honroso se niegan a morir en un sistema que cada día se hunde más en la ignominia de la corrupción y de la hipocresía.

Atentamente.

Jorge García López



Desiste de obtener un crédito en Infonavit por burocratismo

Señora directora: Le agradeceré pueda publicar la siguiente carta, dirigida al licenciado Florencio Díaz Armenta, de la delegación Sonora del Infonavit.

El 17 de agosto de 2000, por 2 mil 500 pesos, un ingeniero civil realizó los planos que me solicitaron en el Infonavit para integrar el expediente y solicitar un préstamo para mejorar mi vivienda. Según me dijeron la primera vez, en 30 días me lo otorgarían.

Fui varias veces a solicitar el certificado de libre gravamen a la entonces Coapaes y así contar con todos los documentos requeridos. "Ya está listo su expediente, ahora a esperar", dijeron. He dado tantas vueltas como han sido necesarias, siempre guardando prudencia, respetando mi turno, llegando en ocasiones a las 6:40 de la mañana, para salir más o menos temprano, es decir, a las 11 horas; cuando pregunto qué razón tienen de mi solicitud, la respuesta es la misma: "Todavía nada, venga a preguntar la próxima semana".

Un buen día me dijeron que el expediente ya estaba en la notaría y que hablara con el licenciado Moreno al teléfono 214 27 80. Lo llamé y me dijo que necesitaba una carta notariada en la que especificara que mi esposo cedía sus derechos sobre la casa. Dicho documento me costó mil 500 pesos.

Después de varios meses me dijo que los formatos habían cambiado y que esperara a que llamaran del Infonavit. Dos meses después fui a la oficina del Infonavit y me regañaron porque no fui a firmar con el notario (no me informaron que debía hacerlo). Además, el licenciado Moreno me dijo que no había podido mandar mi expediente porque no tenía mensajero.

El 13 de agosto de 2002 actualicé el certificado de bien libre de gravamen. Llevé a mi trabajo la solicitud para retención de descuentos el 6 de agosto. La regresé a Infonavit el 19 de agosto. Para mi sorpresa, me descontaron desde agosto de 2002 y durante cinco quincenas la parte proporcional de un préstamo que ni estaba autorizado ni me lo habían dado. El crédito se canceló nuevamente sin ninguna explicación. Por eso pedí el aviso de suspensión a la retención de salario, para que nuevamente solicitaran los recursos, esto fue el 16 de octubre de 2002.

En el área de Cartera me dijeron que no podía volver a solicitar recursos si no llevaba el aviso de suspensión a la retención de salario.

Esto ha sido frustrante. He pedido pases de salida en mi horario de trabajo con descuentos en mi nómina, he pagado taxis para ir y venir más rápido, 50 pesos cada vez por no sé cuántas ocasiones, aunado el estrés que todo esto provoca al salirme del trabajo. He dedicado un día de mi descanso, jueves o viernes, para preguntar sobre mi crédito, todo, sin resultados favorables.

En septiembre de 2002 pagué la fianza de mil 290.30 pesos que debía cubrir para recoger el cheque. Acudí al empeño para conseguir mil 300 pesos para el pago de la fianza; era jueves 19 de septiembre y para el lunes 23 debía pagar porque se vencía el plazo y se me cancelaba el préstamo que ya estaba autorizado. Nada más faltaba ese pago, volvían la ilusión y los planes.

Ese lunes pagué 350 pesos a un compañero para que trabajara por mí para no tener que faltar al trabajo. En la Afianzadora Insurgentes me dijeron que llevara la copia al Infonavit. Previa espera, la recibieron en el mostrador de Jurídico y me dijeron que fuera al otro día. Fui el jueves y me dijeron que ya estaba mi cheque y que llamara por teléfono. El viernes un señor me contestó en tono burlón: "No, pues le dijeron mal, no hay nada, hable a la una"... nunca contestaron.

Regresé una semana después y me informaron que se había cancelado el préstamo, por lo que se reinició el procedimiento. Después de cuatro semanas de ir a pedir informes me dijeron que la solicitud estaba cancelada porque faltaba una copia del RFC del ingeniero proyectista. Si es un documento básico al integrar el expediente, por qué no me lo pidieron en todo este tiempo.

He decidido no insistir. Este proceso ha sido muy desgastante. Soy respetuosa de los trámites, pero me avergüenza esta negativa. No estoy dispuesta a seguir en esta lamentable y surrealista aventura. Exijo me sean retribuidos los descuentos a mi salario (anexo copias de mis recibos de cobro en los que están consignados los descuentos de un préstamo que nunca se realizó), así como el pago de la fianza efectuado el 20 de septiembre de 2002.

Solicito la liberación de mi garantía hipotecaria escriturada al crédito número 2602068129, misma que quedó asentada en la escritura número 5617 Vol. 92, el 3 de septiembre de 2002, con el certificado ICR 287009 el 14 de agosto de 2002, y que quedó inscrito en el Registro Público de la Propiedad y de Comercio con el número 222 652 Vol. 1707, libro 2.

Pedí una cita con el servidor público Florencio Díaz Armenta. No se me permitió, me enviaron con el licenciado López en Administración, quien me dijo que lo pensara bien y regresara, por si quería continuar con el trámite.

Solicito sea contestada mi solicitud por correo electrónico a la dirección [email protected], por teléfono al 219 60 89, a mi casa en Avenida de los Mayos 1271, entre calle Sahuaro y Callejón Sahuaro, fraccionamiento Camino Real de esta ciudad, o por una cita en sus oficinas del Infonavit, si así lo considera conveniente, los días jueves o viernes, que son mis descansos laborales en el IMSS.

Reservo mi derecho ciudadano de exponer esta situación irregular a la opinión pública, así como a la Secretaría de la Contraloría y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a las que envío copia de toda la documentación que avala lo anterior.

Graciela Villa Contreras



Está en espera de las nuevas placas de su auto

Señora directora: Desde las primeras semanas en que se inició el programa de remplacamiento hice los trámites pertinentes. Me he presentado no menos de cuatro veces en las oficinas de Alvaro Obregón e Insurgentes (para recapturar datos mal tomados, checar número de motor, etc.).

La penúltima vez me dieron cita para recoger las placas el viernes 10 de enero a las 11:30 horas; sin embargo, me presenté hasta ayer lunes y no estaban las placas; que siga esperando en mi domicilio, que van a llegar.

Nadie me informa qué ocurre en esta ocasión y dudo que luego de casi dos años esta vez sí lleguen. Las anteriores son 338 GGR; las nuevas, 218 RWT.

En el papel me informaron que las nuevas placas y la tarjeta se encuentran en almacén X, máquina 1, caja 91-18, rubro 0. Le dejo mi número telefónico (que ruego no publique) por si alguna autoridad me puede dar información.

Atentamente

Jaime Osorio


Aviso urgente

Urgen donadores de sangre de cualquier tipo para la señora María del Carmen Cubero Osorio. Las personas que deseen ayudarnos deben ser mayores de 18 años, que no estén tomando medicamentos, no hayan ingerido alcohol en las últimas dos semanas, que pesen más de 55 kilos en el caso de las mujeres y que se presenten con tres horas de ayuno.

Favor de dirigirse a la unidad de terapia intensiva o al banco de sangre del hospital Angeles del Pedregal, Camino a Santa Teresa 1065, colonia Héroes de Padierna, teléfono 54 49 55 00, extensiones 2100 y 2072.

La familia Hernández Cubero se los agradecerá.
 
 

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