Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 10 de enero de 2003
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Espectáculos
Leonardo García Tsao

El gran farsante

Después de Sentencia previa, uno albergaba ciertas expectativas sobre el actual momento de la carrera de Steven Spielberg. Atrápame si puedes nos ha regresado a la triste realidad.

Aunque fue un proyecto en el cual sólo planeaba participar como productor, -se vio forzado a entrarle al bomberazo cuando el complicado calendario de la estrella, Leonardo DiCaprio, cambió las fechas previstas del rodaje- la película reitera el tema central de la obra de Spielberg. Atrápame si puedes puede ser vista como otro síntoma de la nostalgia por los años 60, ya ejercida en productos tan diferentes como La gran estafa (Steven Soderbergh, 2001), o la trilogía de Austin Powers (Jay Roach), y compartida por una mayoría de los nacidos entre los años 40 y 50. Una secuencia de créditos en imitación de los diseños de Saul Bass y la música ad hoc de John Williams establecen una inconfundible atmósfera sesentera. Sin embargo, en el realizador opera con mucha mayor intensidad la nostalgia por la felicidad doméstica.

Demasiado sosa para funcionar como thriller o comedia, la cinta se toma libertades con la historia real en que está basada, para narrar la improbable carrera delincuente de Frank Abganale Jr. (Leonardo DiCaprio, claro), un adolescente que descubre la facilidad de engañar a los demás cuando se va de casa tras el divorcio de sus padres. Antes de cumplir la mayoría de edad, Abagnale ha estafado dos y medio millones de dólares con cheques falsos, fingiendo ser piloto de aerolíneas, médico pediatra y abogado.

La postura moralista de Spielberg no desarrolla un relato lúdico sobre un adolescente que logra poner en jaque al sistema adulto, sino la enésima búsqueda de la aprobación patriarcal. El realizador se toma media hora para establecer la motivación de su protagonista: si ha elegido el camino del fraude y el engaño, ha sido como respuesta al trauma representado por la ruina económica a la que ha sido orillado su padre (Christopher Walken), un vival frustrado, y la destrucción de la familia provocada por la infiel madre francesa (Natalie Baye).

Abagnale se une a esa creciente galería de niños de padre ausente o separados de su familia que ha poblado la filmografía del autor. (Hasta la trilogía de Indiana Jones cerraba con la reconciliación entre el aventurero héroe y su padre).

No debe extrañar que la película tarde tanto en llegar a su conformista resolución (¡casi dos horas y media de metraje! Spielberg ya no sabe hacer una película pequeña). Si el agente de la FBI Carl Hanratty (Tom Hanks usurpando la personalidad de Dan Aykroyd) se plantea de entrada como una figura pomposa y ridícula, empeñada en atrapar al joven forajido, hacia el final asumirá el rol paterno capaz de devolver las cosas a su orden. A diferencia de muchos jóvenes que en los 60 manifestaron su inconformismo "consumiendo droga y apedreando a la policía", según señala la señora Abagnale, Frank sólo buscaba otro seno familiar que conseguirá trabajando de burócrata delator para la FBI.

Aunque dueño de un oficio privilegiado, Steven Spielberg sigue siendo de ligas menores comparado con el otro cineasta que dirigió a DiCaprio recientemente.

Para Martín Scorsese, ceder a las imposiciones sociales siempre ha sido una tragedia (véase la conclusión de Buenos muchachos, o La edad de la inocencia). En cambio para Spielberg, la edificante reintegración de Frank Abagnale Jr. a la sociedad ("ahora vive en el Midwest con su esposa y tres hijos", nos informa un triunfal letrero final) es la expresión pura del final feliz.

ATRAPAME SI PUEDES

(Catch Me If You Can)

D: Steven Spielberg/ G: Jeff Nathanson, inspirado por el libro de Frank Abagnale Jr. y Stan Redding/ F. en C: Janusz Kaminski/ M: John Williams/ Ed: Michael Kahn/ I: Leonardo DiCaprio, Tom Hanks, Christopher Walken, Martín Sheen, Natalie Baye/ P: Amblin Entertainment, DreamWorks, Parkes/MacDonald, Splendid Pictures. EU, 2002.
 
 

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