Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 10 de enero de 2003
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Cultura
Vértigos se expone en la galería Landucci Arte

Beatriz Ezban se centra ahora en ''los nuevos retos de la pintura''

MARRY MAC MASTERS

Durante diez años la pintora mexicana Beatriz Ezban sintió una fuerte atracción por el impresionismo. Ante la necesidad, sin embargo, de ''dar respuesta al reto de decir algo propio'', su obra experimentó un cambio, al grado de que ahora más bien dirige su obsesión hacia ''los nuevos retos de la pintura'', frente al arte alternativo, como puede apreciarse en la exposición Vértigos, que presenta todo enero en la galería Landucci Arte (Colima 233, colonia Roma).

Según Ezban, una de los tres ganadores de la Bienal de Pintura Rufino Tamayo 2002, los desafíos de la pintura actual son muchos. Vivimos, señala, en un mundo "supercomplejo", donde estamos sujetos a un constante bombardeo de estímulos que "quién sabe quién los pueda digerir. Creo que nadie". Entonces, buena parte del arte "se ha dedicado a responder a ese mundo tan violento, no sólo por esos estímulos, sino en concreto por todo lo que sucede: las guerras, la contaminación, la destrucción, los problemas ocasionados por la explosión demográfica, por tantísimas cosas de injusticia".

Pero ese panorama "tan problemático" no elimina la necesidad de lo que Ezban define como el "goce estético". Es decir, "no todo puede ser negativo y que el arte sólo se dedique a enfatizarlo, porque para eso prendemos el noticiero y nos pegamos a él de tiempo completo. No dejo de sentir que el ser humano tiene una necesidad de la contemplación, de la meditación, del silencio que el arte le provee y exige para poder ser apreciado. Se me hace que la vida humana puede empobrecerse muchísimo si prescindimos de eso".

Los "vértigos" de Ezban se refieren a "ese miedo que puede provocar estar" y en ellos se dejan ver algunas formas reconocibles. A pesar de que su intención no es figurativa, aunque a lo mejor evocativa, la pintora reconoce que su obra se ha vuelto más formal en términos de la figura, consecuencia del "proceso en el que estoy metida". Resulta díficil, anota, "estarlo viviendo desde adentro y por fuera ver qué está pasando". O sea, "sigo un camino sin tener una intención previa de por dónde voy a ir, y creo que eso es algo que sucede, en el mejor de los casos, en el arte. Que uno como artista intenta en su exploración, experimentación, sorprenderse a sí mismo en primera instancia. Es como ir descubriendo quién eres y quién puedes ser en el arte".

Algunas de las obras que Ezban exhibe en la galería Landucci tienen un movimiento elíptico que se ha relacionado con el principio del cosmos. El tríptico de la muestra contiene un texto de Raquel Tibol, Beatriz Ezban entre azules y blancos de paisajes interiores, en el que la crítica de arte escribe: ''En los cuadros de esta serie se perciben metafóricas pulsaciones cósmicas, contenidos heterogéneos, cargas de melancolía producidos seguramente por la indeterminación de las apariencias. Se plantea un sistema para distanciarse de la naturaleza sin despreciarla, rescatando sus propiedades trascendentes en un acto de reflexión intemporal".

También hay un cambio en su paleta: "Ahora estoy en los azules, grises y blancos. El año pasado pinté con blanco casi. Eso del color me da por épocas. Tuve una serie amarilla muy grande. Luego trabajé mucho tiempo con verde. Mi primera muestra fue con negro, que se me hacía como el color de la elegancia".

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