Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 10 de enero de 2003
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Cultura
Cuba celebró los 80 años de Carilda Oliver Labra con la edición de 7 poemarios

''La gente me busca por el erotismo, pero lo que yo escribo va más allá''

''Del amor no sé nada -afirmó en una reciente visita a México-, pero a veces la poesía viene y le dice a uno un secreto y, ¡plaf!, al papel" Prometida al fuego, su libro más popular

BLANCHE PETRICH

No son muchos los poetas que dejan algún verbo como legado al habla de sus pueblos. Carilda Oliver Labra es una de ellas. El cubanismo "desordenarse" alude a cierta turbación, a la tentación de un beso, a una emoción que no es siquiera enamoramiento pero se parece. Sobre todo, el verbo condimenta la vida cotidiana del cubano, proclive a ese -exactamente a ese y no otro- desorden.

Y viene de este poema:
 
Me desordeno, amor, me desordeno
Cuando voy en tu boca demorada;
Y casi sin querer, casi por nada,
Te toco con la punta de mi seno.
 

Carilda Oliver lo escribió cuando tenía 24 años. Eran inicios de los años cuarenta. En la provincial Matanzas, la Atenas de la Cuba de entonces, las damas de sociedad le retiraron la palabra a la madre de la joven atrevida. Fueron a ver al obispo del lugar, y cierto día éste pasó a ver a la novel poetisa a su casa. Le pidió que se retractara del poema.

''Yo me salté el dogma. No me retracté porque es un poema muy puro, porque yo no me veo, no me vi nunca, como transgresora.''

Aunque dice:

Te toco con la punta de mi seno
Y con mi soledad desamparada;
Y acaso sin estar enamorada
Me desordeno, amor, me desordeno.

En México su poesía es poco conocida, pero en Cuba es una institución. Más que eso: es poesía que se recita en la calle, en la guagua, en la tertulia. El 2002, cuando cumplió 80 años, le fue pródigo en ediciones: siete libros en 12 meses. Enumera: Editorial Letras Cubanas, en su colección de premios nacionales, publicó Error de magia. Puso a circular 5 mil ejemplares en la Feria del Libro de La Habana. En dos días se agotó la edición. Se reimprimieron 10 mil más. Editorial Matanzas, su ciudad, publicó Prometida del fuego. Antología de versos de amor. Editorial Vigía, una pequeña editorial de libros artesanales, únicos, realizó un hermoso cuaderno: Temblor bajo la piedra. Editorial Hermanos Loynaz de Pinar del Río publicó La luna en el suelo.

Fuera de Cuba vieron la luz en la Fundación J. Guillén, de España, Desaparece el polvo; en la Casa Maya de la Poesía Debajo del seno izquierdo; Antología heróica y cómica de Carilda Oliver fue publicada por el Frente de Afirmación Hispanista; en Alemania, en un pequeño tomo bilingüe, se publicó A las siete en mi pecho. En una antología de Hiperión se reprodujo Discurso de Eva.

''La gente me busca por el erotismo, pero lo que yo escribo va más allá. Escribo de la exaltación de la mujer antes de que sepa que está enamorada, de una gama de sentimientos, pureza, inocencia, ternura, caridad, desconfianza, deseo, esperanza, cariño."

En la Feria Internacional del Libro de Guajalajara, Carilda se multiplicó en lecturas y charlas, coquetería e ingenio, con sus ''pequeñas escapatorias de lo que es correcto''. Su Prometida al fuego se vendió como pan caliente. Pero ella, propia y provocadora, advertía a sus seguidores enamorados: "No me desordeno en lo absoluto, mantengo un canon. No hablo del amor, sino de los pasos. Del amor no sé nada, pero a veces la poesía viene y le dice a uno un secreto y, ¡plaf!, al papel".

Matancera como Pablo Milanés y Celia Cruz, Carilda organiza cada tres meses una tertulia en el museo de su ciudad. En diciembre la invocada fue Dulce María Loynaz. Los invitados: Nancy Morejón, Miguel Barnet, Alexis Díaz Pimienta y Nicolás Hernández Guillén. Sí, el nieto.

Ahora que el nombre de Guillén está en la mesa, dice de él Carilda: "No era guapo, era más que guapo. Peor que bonito, como dicen los franceses". Su amigo. Lo recuerda: "En los tres puentes de Matanzas nos asomábamos a echar centavos. Figúrate tú, él, que era comunista y juraba que no creía en esas cosas, no se dejaba de sorprender cuando se le cumplían los anhelos secretos".

-¿Filósofa del amor?

-Puede parecer, pero yo sólo me he enamorado tres veces en mi vida. No he despilfarrado pólvora en cartuchazos. Lo que pasa es que he escrito bastante, cada vez. No me parece mal el deseo separado del amor, pero a mí, así, no me interesa. Sé que soy anticuada.

-El pueblo cubano parece vivir con el erotismo a flor de piel. Y las mujeres, las nuevas generaciones, no tienen demasiadas barreras.

-Sí, pero también en la mujer está poner el dique a tiempo. Aunque la vida parece no confirmarlo, al hombre le corresponde la ofensiva. Y las mujeres, así, nos sentimos mejor. Aunque claro, una mujer puede declararse sin declararse.

-Por ejemplo, recitándola a usted: Y mi suerte de fruta respetada/arde en tu mano lúbrica y turbada/como una mal promesa de veneno;/y aunque quiero besarte arrodillada,/cuando voy en tu boca, demorada/me desordeno, amor, me desordeno.

Ojos Caribe

A los 81 años, la autora de Noche para dejarla en testamento peina su cabello rubio en un moño alto, subraya con una línea tenue sus ojos color Caribe y viste ligero. Pinta sus labios con tonos naranjas. Y habla del amor en la revolución.

"Ser verdaderamente independientes nos ha hecho ser consecuentes con la teoría de la libertad en el amor. O sea, a no ser prejuiciosas, a dirigir nuestro destino, a distinguir dónde está lo verdaderamente justo y no gastarnos en relaciones inconvenientes.11

La belleza de Carilda aún se refleja a sus 81 años. También habla de lo que es envejecer en Cuba. "Una juventud tan dispuesta a todo lo que sea para defender sus principios nos va dando lecciones a los que nacimos hace tiempo. Nosotros, los de más experiencia y más tiempo de vida, los hemos hecho partícipes de los bienes propios de las generaciones de antes de la revolución. Ellos nos contagian a su vez de rebeldía, de su sentido de solidaridad humana, de su fuerza para el sacrificio".

De su generación, ella reconoce "como la más grande poetisa de Cuba" a Fina García-Marruz. Ella era demasiado joven, y de provincia además para haber girado en torno a la enorme influencia que tuvo Lezama Lima y la revista Orígenes en los escritores de su generación. Pero sí tuvo una relación cercana con Virgilio Piñeira. "El era de Cárdenas. Cuando iba rumbo a La Habana pasaba a Matanzas a visitarme. No era un gran conversador; más bien sabía escuchar. Aire Frío me lo leyó en mi casa."

Con Heberto Padilla trabó amistad en Nueva York. "Tremendo poeta.'' Y a Gastón Barquero lo frecuentó en Madrid.

Estos tres últimos fueron escritores vetados en los sesenta, "pero ahora son reconocidos. Todo es cuestión de tiempo". Y a propósito de vetos ... ¿ella, tan amiga de aquéllos? "Sí, pero eso ya pasó; no tiene la menor importancia.''

Tres hombres

Su primer amor fue un abogado alcohólico, turbulento: Hugo Amia. La noche que le pidió matrimonio ella lo rechazó. El tragó veneno, se dio un tiro y se echó al río. Pero no murió. Fue rescatado e internado en un manicomio. Ahí escribió una obra de teatro: Pensionados en el infierno. Entonces supo que lo amaba. Se casaron, vivieron apasionados y sufriendo. Se divorciaron. Ella ya había ganado el premio nacional de poesía en 1950 con El sur de mi garganta.

Después se casó con Félix Pons Cuesta, un matrimonio estable, feliz, largo. Quedó viuda luego de una larga enfermedad de su marido. Durante el duelo abordó versos en muchas rítmicas rigurosas: duosílabos, endecasílabos, alejandrinos, verso libre. Publicó Se me ha perdido un hombre. En los setenta, en México, el Frente de Afirmación Hispanista le otorgó el premio José Vasconcelos.

Pasó sola muchos años. A principios de los noventa un lector enamorado, Raidel Hernández, emprendió un cortejo tenaz, irrenunciable. Ella tenía 69 años y él 21 cuando se casaron. Llevan diez años de matrimonio "y este -dice Carilda- sí es el último".

Y para finalizar, ofrece su receta para el erotismo: "Hay que renunciar a traducir su misterio. Entre el erotismo y la profanación, entre lo que no debe ser y lo que tiene que ser hay una línea divisoria muy fina. Nace, no se aprende".

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