Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 10 de enero de 2003
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Política

Involucran cada vez más a bases zapatistas en conflictos intercomunitarios

Crecen "focos de irritación" en Chiapas

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristobal de Las Casas, Chis., 9 de enero. En un panorama en que no se resuelven las demandas que planteó hace nueve años la rebelión indígena, la actual etapa de la estrategia contrainsurgente en Chiapas consiste en crear "focos de irritación" en torno de las comunidades en resistencia, buscando culpar a los indígenas miembros de los municipios autónomos de conflictos e incidentes provocados o bien ficticios.

En el primer caso está lo que ocurre en los poblados Agua Azul y Flor de Café, municipio autónomo La Paz. En el segundo, la supuesta "invasión inminente" del rancho turístico La Esmeralda, propiedad de dos ciudadanos estadunidenses en las afueras de Ocosingo, a escasa distancia de la base militar de Toniná, y de la comunidad Nuevo Jerusalén, perteneciente al municipio autónomo Primero de Enero.

El 30 de diciembre pasado, a pocas horas de la gran manifestación zapatista en San Cristóbal de las Casas, Glenn Wersh Piltz y Ellen Jones Yeazel, dueños del Emerlad Ranch (como se anuncia en los distintos accesos a la ciudad de Ocosingo), denunciaron que los zapatistas invadirían su rancho el primero de enero.

Aunque los pobladores de Nueva Jerusalén lo negaron repetidamente antes de Año Nuevo, la prensa local no sólo difundió la presunta amenaza, sino que durante los primeros días de enero reportó como consumada la invasión. El asunto había llegado ya a las páginas de The New York Times e hizo que la embajada de Estados Unidos enviara un representante al rancho turístico.

Después de manifestar su inconformidad durante varios meses, los pobladores de Nueva Jerusalén decidieron a principios de diciembre impedir el paso por sus tierras a turistas que pretendían ingresar a la propiedad del matrimonio Wersh-Jones. Eso dio pie a la versión de que era inminente la "invasión". En el paquete publicitario gubernamental previo al noveno aniversario del levantamiento zapatista, que "justificó" movimientos castrenses en la zona, se incluía la "invasión" del Emerald Ranch entre los motivos de alerta del Ejército.

El presidente municipal de Ocosingo, Omar Burguete Domínguez, siempre hostil a las comunidades en resistencia, vinculado con los propietarios estadunidenses y con los ganaderos de la región, propuso ayer una "nueva brecha" a través de otros ranchos particulares, para eludir el poblado zapatista.

Por otra parte, el pasado lunes 6 el presidente municipal de Tumbalá, Pedro Méndez Arcos, "denunció" una presunta invasión de tierras por parte de bases de apoyo del EZLN, que se habrían "apoderado" de un predio en la comunidad Agua Azul. El edil afirmó asimismo que 15 familias habrían sido "expulsadas". Respecto a Flor de Café, dijo que "ya se gestionan recursos a través de las instancias agrarias para adquirir los predios y acabar con los conflictos de invasión en la zona".

Como ha ocurrido en otras localidades autónomas, las autoridades lograron enfrentar a los pobladores de distintas organizaciones mediante la promesa de titulación de predios en las tierras recuperadas a raíz del alzamiento de 1994. La organización Kichañob, de filiación perredista, ha pretendido desalojar a los zapatistas de Flor de Café desde hace año y medio.

A finales de 2001, los representantes de la comunidad Flor de Café habían denunciado amenazas constantes ("incluso de muerte") por parte de dirigentes de la organización Kichañ Kichañob. Posteriormente se realizó un "censo de solicitantes", en el cual desconocieron a los autónomos. Desde entonces, las bases de apoyo sostienen: "No vamos a permitir que organización o autoridad alguna viole nuestro derecho de posesión, ya que nos pertenece la tierra". Actualmente, todo indica que el conflicto de Flor de Café podría resolverse pacíficamente.

Con anterioridad, las bases de apoyo zapatistas habían aclarado que no aceptarían la "reubicación" que pretendía Kichañob: "Fuimos los primeros en llegar a trabajar estas tierras y aquí vamos a seguir trabajando y viviendo con nuestras familias, a pesar de las amenazas con las que intentan provocarnos; nosotros en ningún momento hemos respondido ni vamos a caer en sus trampas, porque no queremos problemas, queremos trabajar y vivir en paz".

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