Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 31 de diciembre de 2002
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Mundo
Garantizado el suministro de gasolina durante enero, asegura el titular de PDVSA

Llama la oposición venezolana a la "desobediencia tributaria"

Cuatro heridos en enfrentamientos entre antichavistas y simpatizantes del gobierno

DPA, AFP Y REUTERS

Caracas, 30 de diciembre. La oposición venezolana, que no ha podido sacar del gobierno al presidente Hugo Chávez, a casi un mes de haber iniciado un paro nacional, llamó ahora a la "desobediencia tributaria", amenazó con convocar a una Asamblea Nacional Constituyente y advirtió que "radicalizará" sus protestas.

Al mismo tiempo, violentos enfrentamientos que dejaron cuatro heridos entre opositores y seguidores de Chávez marcaron este lunes la aguda tensión social que atraviesa este país, en medio de una fuerte escasez de combustible.

El presidente de la opositora Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, dijo en rueda de prensa que los venezolanos "estamos negados a pagar impuestos a un régimen que no presenta cuentas", y aseguró que el llamado a la "desobediencia civil es constitucional y la activaremos en todas las áreas que nos permitan seguir presionando".

El viernes Ortega invocó contra Chávez "la desobediencia civil", un recurso considerado en el artículo 350 de la Constitución -reformada por el propio mandatario- que admite el desconocer de forma generalizada las acciones de un gobierno que viole los principios democráticos.

Por su lado, Carlos Fernández, presidente de la mayor central patronal del país, Fedecámaras, afirmó que ante la negativa del gobierno a sus exigencias (la renuncia de Chávez o el adelanto de elecciones) no queda más remedio que "radicalizar" el conflicto.

Apego a la Constitución

El empresario agregó que se analiza recurrir al artículo 350 de la Constitución con "la desobediencia civil y tributaria", en medio del paro que fue convocado por empresarios, sindicalistas, políticos y grupos civiles. Fernández no precisó cómo se llevaría a cabo la "desobediencia", que incluiría la negativa a pagar impuestos y que, de acuerdo con algunos observadores, podría desatar una anarquía en esta nación de 23 millones de habitantes.

Agregó que también se estudia la posibilidad de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), "que es la máxima expresión del pueblo y por lo cual tiene poderes públicos constituidos. La ANC puede destituir al presidente, cambiar la Asamblea Nacional (Parlamento) y a los otros poderes públicos", señaló el empresario.

La Constitución establece que el pueblo es el depositario del "poder constituyente" y puede convocar a una ANC con la "finalidad de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución".

Fernández, quien forma parte de la coalición opositora llamada Coordinadora Democrática, consideró, por otro lado, que la protesta contra Chávez no está perdiendo fuerza, a pesar de que no ha podido cumplir con su objetivo de sacar del poder al mandatario, a quien acusó de tratar de obstaculizar cualquier salida electoral.

Al presidente "no le importa si la industria petrolera se deteriora, si la gente pasa hambre o si acaba con la economía con tal de quedarse en el poder", afirmó.

Por su parte, el vocero de la Coordinadora Democrática, Jesús Torrealba, declaró que pese a los festejos de Año Nuevo, la oposición mantendrá el paro con marchas y plantones. "La lucha continúa. Nuestras herramientas son la Constitución y las leyes, no usamos ni usaremos la violencia", aseguró.

La jornada de este día en Venezuela estuvo marcada por la violencia, cuando con balas de goma y gas lacrimógeno la policía intentó sin éxito dispersar una manifestación de adversarios al gobierno frente a la sede de la policía política (Disip), al suroeste de Caracas.

Los opositores exigían la liberación del general de división opositor y ex inspector de la militarizada Guardia Nacional, Carlos Alfonzo Martínez, detenido horas antes, cuando participaba en actos opositores.

Mientras la policía dispersaba a los manifestantes, los vecinos opositores del sector protestaban sonando sus cacerolas y gritaban consignas contra el gobierno. Los manifestantes continuaban en las cercanías de la Disip a pesar de las bombas lacrimógenas, cuando decenas de habitantes de barrios muy humildes, partidarios de Chávez, empezaron a bajar el cerro y a lanzarles pedradas.

Ante este panorama, el general de división Enrique Medina Gómez, ex agregado militar venezolano en Washington e involucrado en el frustrado golpe de estado de abril, advirtió desde Miami que en su país existen las variables para un "estallido de violencia tipo guerra civil. Hace tres meses no tenía sentido dibujar en nuestro escenario la guerra civil, pero en este momento sí hay que considerarlo", afirmó.

Pero al conflicto político se sumaba hoy la crisis por desabastecimiento, que se traduce en largas filas de vehículos frente a las estaciones de servicio para obtener gasolina, mientras el gobierno insiste que está controlando la actividad de la gigante estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y que "hay reservas suficientes de combustible".

El presidente de PDVSA, Alí Rodríguez, garantizó el abasto de gasolina importada y local durante enero, aunque declinó dar fecha para la normalización del suministro, al reconocer que la producción de crudo "está todavía por debajo del nivel que permite cumplir las obligaciones con nuestros clientes".

Empero, el ministro de Energía, Rafael Ramírez, aseguró que Venezuela aspira a producir un millón 200 mil barriles diarios de petróleo la próxima semana. Actualmente se producen entre 600 mil y 700 mil barriles diarios de sus 2.8 millones de barriles habituales, según Ramírez, mientras la oposición sostiene que la producción es de apenas entre 150 mil y 200 mil.

Por otra parte, Ramírez explicó que el complejo refinero de Paraguaná, el más grande del mundo, afectado por el paro opositor, iniciará operaciones en tres semanas, por lo que la industria petrolera venezolana necesitará por lo menos un mes para comenzar su verdadera reactivación.

Afirmó que Venezuela ve la paralización de PDVSA "como un atentado al suministro seguro de petróleo al Occidente" y que el apoyo de la OPEP "se está materializando en colocar por nosotros volúmenes de crudo que no habíamos podido colocar por esta crisis", sin precisar cifras ni destinos.

Asimismo, señaló que el gobierno se plantea en el futuro restructurar PDVSA, reduciendo la burocracia y volcando a "la industria hacia adentro", a fin de asegurar que la mayoría de sus compras se efectúen en el país para desarrollar el capital nacional.

Poda burocrática

"Tenemos una abundante burocracia que vamos a podar sin ningún tipo de vacilación", dijo, y especificó que sólo en Caracas la nómina ejecutiva de PDVSA tiene 6 mil empleados y cuesta mil millones de dólares; ellos "son los que se vuelcan a las calles" en las manifestaciones opositoras.

A su vez, Carmen Hernández, dirigente del gremio opositor de PDVSA, denunció que Chávez habría entregado la venta de crudo a Argelia y estaría contratando personal de ese país para operar la industria petrolera nacional, toda vez que no ha podido conseguir personal venezolano capacitado para que lo apoye en la venta del crudo.

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