La PGR investiga daños a médicos y trabajadores; el hecho pudo ser intento de homicidio

Aíslan 4 salas más del Centro Médico por presunta contaminación radiactiva

JOSE GALAN

Las autoridades sanitarias y de la Secretaría de Energía decidieron entre el domingo y el lunes pasados el cierre de otras cuatro salas del bloque C de Especialidades de Medicina Nuclear del Centro Médico Nacional Siglo XXI, perteneciente al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tras las investigaciones en torno a la contaminación por yodo radiactivo de seis miembros del personal, ocurrida a finales de noviembre pasado.

A pesar del hermetismo de las autoridades, las salas recién aisladas están ubicadas a menos de 100 metros de las cuatro cerradas entre el 12 y el 16 de este mismo mes; en tanto, ya se levantó desde finales de noviembre una denuncia ante la Procuraduría General de la República contra quien resulte responsable.

Entre las autoridades médicas existe la sospecha de que alguna persona virtió el yodo radiactivo -utilizado para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer y de alteraciones en la glándula tiroides- en la cafetera de vidrio de los médicos y personal de asistencia del área a mediados del pasado mes de noviembre, lo que provocó contaminación a por lo menos seis personas: el médico residente Carlos Vizcaíno Magaña; los médicos de base Diana Méndez Díaz y Laura Iguasaki; la secretaria Miriam Alvarez; el técnico Juan Carlos Castillo, y el jefe del área, médico José Rodrigo Muñoz Olvera.

La contaminación fue detectada el 26 de noviembre mediante el sensor por el que deben atravesar siempre el personal y los trabajadores del área, y desde entonces se iniciaron las investigaciones, al mismo tiempo en que se detuvo el trabajo de análisis, consulta y tratamiento de los derechohabientes.

Por lo pronto, todas las instalaciones de esas salas han sido cerradas y selladas con cinta amarilla, incluyendo escritorios, lockers, equipos y materiales de oficina y laboratorio, y los 40 trabajadores del área, entre técnicos, enfermeras, secretarias y doctores, están siendo sometidos a pruebas de rayos X para determinar el grado de contaminación de material radiactivo.

Al lugar se han presentado expertos de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguarda; del Instituto Nacional de Energía Nuclear; miembros del sindicato de trabajadores del IMSS, y analistas de la PGR y de la Secretaría de Energía con medidores de radiación y equipo especial, incluyendo ropas aislantes, que han extendido su trabajo no sólo en las áreas que fueron cerradas sino también a los lugares adyacentes del propio centro, para medir la importancia de la fuga de yodo radiactivo, cuyo acceso ha sido restringido a todo el personal.

Entre los primeros resultados de las investigaciones destaca el mal manejo del material radiactivo, con nulas medidas de seguridad; la falta de cumplimiento de las normas establecidas para su manejo; la ausencia de un registro detallado de los pacientes y de las dosis que se les han recetado, y la falta de un inventario de entradas y salidas del material radiactivo.

Ricardo Alzate, subdirector médico del centro, afirmó que "por la trascendencia del asunto no hay información. Es algo nuevo y ya se está investigando". La ingestión de yodo radiactivo puede provocar malformaciones congénitas, infertilidad, trastornos metabólicos, tumores e hipertiroidismo, que se manifiestan en la persona contaminada al cabo de cinco a 10 años.

Sin embargo, el cierre de las nuevas salas, a principios de esta semana, refleja la preocupación de las autoridades del nosocomio porque exista una cantidad aún no cuantificada de yodo radiactivo no sujeta a control de los especialistas.

La PGR realiza las indagaciones del lugar y el supuesto "accidente" en completo hermetismo.