Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 26 de diciembre de 2002
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Política
La jornada laboral para comprar básicos pasó de 9 a 41 horas

En 20 años el mínimo perdió 81% de su poder adquisitivo

PATRICIA MUÑOZ RIOS

Hace 20 años, con un salario mínimo se podía adquirir 52.70 litros de gas doméstico, o bien 25 kilos de tortilla o 292 piezas de pan blanco, pero en diciembre de 2002 esa remuneración sólo alcanza para 6.7 litros de gas -menos de una tercera parte de un tanque chico- u ocho kilos de tortillas, que es para lo que alcanza hoy dicha percepción.

Entre 1982 y 2002 la canasta básica alimentaria aumentó casi 400 por ciento más que el minisalario, y prácticamente en ninguno de los sexenios en los que se ha aplicado la política neoliberal ha sido posible adquirirla con dicha remuneración, revela una investigación del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, realizada por los economistas Luis Lozano Arredondo y David A. Lozano Tovar.

Destaca que en el país hay 10 millones de mexicanos que tuvieron que incrementar su jornada laboral a más de 48 horas semanales para completar sus percepciones.

Señalan que el poder adquisitivo del salario mínimo ha continuado su proceso de deterioro, iniciado a principios de 1977. Así, del primero de diciembre de 1982 al 10 diciembre del presente año, esta remuneración ha perdido, en términos reales, 81 por ciento de su poder de compra.

Veinte años atrás, con el mínimo se podía adquirir 93.5 por ciento de la canasta básica, y en diciembre de 2002 únicamente es posible comprar 19.3 por ciento de ésta. Según apuntan los analistas, la disparidad se da por dos vertientes: la primera es que los productos básicos han acumulado un incremento de 70 mil 383 por ciento, mientras que el mínimo ha crecido únicamente 14 mil 534.5 por ciento.

Detallan que en la actualidad, para tener acceso a esta canasta, el empleado que gana un salario mínimo y su familia necesariamente tienen que sumar jornadas laborales. Es decir, deben trabajar la esposa y/o los hijos hasta completar cuatro jornadas para poder adquirir los básicos. "Tal situación expresa la condición de pobreza de la persona que obtiene esta percepción, que no puede satisfacer sus necesidades mínimas básicas"; cada hogar debe incorporar más elementos a trabajar, o bien, laborar en dos o tres trabajos más para tener acceso a la canasta básica, expone el análisis.

Sus estadísticas señalan que el tiempo de trabajo necesario para acceder a dicha canasta, que en 1982 era de nueve horas, ahora es de 41.

"En relación con el Metro, en 1982 se compraban 243.75 boletos con un salario mínimo, ahora sólo 21, lo que significa que al cierre de 2002 únicamente se puede adquirir 8.9 por ciento de lo que se adquiría en aquel entonces con esta remuneración". Sólo en los dos años del gobierno de Vicente Fox se acumula una pérdida de poder de compra de 11.67 por ciento, apuntan en el documento.

La investigación detalla que el salario mínimo es un parámetro que permite diferenciar la desigual distribución y concentración del ingreso; por ejemplo, una maestra de escuela obtiene 1.54 minisalarios diarios. De acuerdo con esta remuneración, un velador necesita 29.22 horas de trabajo para acceder a una canasta básica, y un cajero o una mecanógrafa deben laborar 29.17 para el mismo propósito, a diferencia del presidente de la República, un secretario de Estado o un general de división, que la compran con menos de media hora de trabajo.

Esto es porque una maestra de escuela primaria gana 50 mil 400 pesos anuales; el rector de la UNAM percibe un millón 200 mil; un secretario de Estado, un millón 791 mil; un general de división, un millón 933 mil; un director general de una empresa grande, 2 millones 103 mil, y el Presidente, un millón 860 mil pesos.

Así, la situación de los trabajadores, los campesinos y el pueblo de México no ha mejorado durante los dos primeros años del gobierno de Fox, y amenaza con empeorar, porque las pretensiones de Carlos Abascal de reformar la Ley Federal del Trabajo apuntan a que se encabezará una amplia ofensiva del gran capital contra los derechos laborales.

TABLA-1
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