Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 16 de diciembre de 2002
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Mundo
Atentado en una plaza de toros de Meta; 11 heridos

Entra en operación nueva fuerza de elite contra la guerrilla en Bogotá

DPA Y AFP

Santafe de Bogota, 15 de diciembre. Una fuerza de elite empezó a operar hoy en la capital colombiana como parte de las medidas que adoptó el gobierno del presidente Alvaro Uribe para neutralizar a la guerrilla, las cuales incluyen el pago de millonarias recompensas y restricciones a la movilidad de las personas dentro de la ciudad, informaron las autoridades.

Horas después, al menos 11 personas resultaron heridas al estallar una granada lanzada por presuntos rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contra la concurrida plaza de toros de la localidad de El Castillo, en el suroriental departamento de Meta, informó el jefe policial de la región, José Oliveros.

"Hemos creado una estructura de apoyo, que es una fuerza de tarea permanente", dijo el presidente Uribe a la salida de un consejo de seguridad encabezado por él y al que también asistieron la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez; el alcalde capitalino, Antanas Mockus; el fiscal, Luis Osorio, y varios jefes militares.

Asimismo, el mandatario indicó que "esta estructura de apoyo ya comenzó a trabajar. La determinación es derrotar al terrorismo que está golpeando a la capital".

El nuevo comando de elite estará integrado por miembros de la policía, el ejército y la fiscalía, quienes se encargarán de prevenir ataques dinamiteros, realizar allanamientos y capturar a sospechosos dentro de la capital.

Por su lado, la ministra Ramírez sostuvo que las autoridades incrementaron las medidas de seguridad en Santafé de Bogotá como respuesta a los ataques de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a la ciudad.

"Se recompensará con 80 millones de pesos (unos 30 mil dólares) a quienes brinden información que permita la captura de los responsables de actos terroristas como el del viernes", señaló, en alusión al ataque con paquete explosivo contra el legislador oficialista Hugo Vargas, quien perdió un dedo, y la explosión de una bomba en céntrico hotel, con saldo de una treintena de heridos.

Ramírez confirmó la creación de un fondo de recompensas de mil millones de pesos (360 mil dólares) con los que se pagará a las ciudades que colaboren, y además anunció que solicitará a las autoridades de España y Gran Bretaña su cooperación en la lucha antiterrorista.

El alcalde de Santafé de Bogotá, Antanas Mockus, precisó a su vez que se aplicaron nuevas medidas de seguridad, entre ellas la prohibición de portar armas, transporte de cilindros de gas, las mudanzas durante la noche y a la circulación en motocicletas con acompañante.

Las autoridades colombianas también afirmaron haber frustrado atentados que las FARC pretendían cometer en diversos pueblos campesinos de los departamentos de Cundinamarca (centro, con capital Bogotá), Casanare, Santander (noreste) y Nariño (suroeste, fronterizo con Ecuador), al desactivar campos minados e incautarse gran cantidad de explosivos.

Por otro lado, los testimonios de 13 menores que formaron parte de un grupo paramilitar (extrema derecha), evidencian la crueldad con que son entrenados estos niños combatientes, según un informe publicado este domingo por el diario El Tiempo.

"A mí me dieron una mano de (el cadáver de) un hombre para que me acostumbrara al olor de la muerte. Nos tocaba cargarla en el morral hasta que se pudriera", señaló uno de los menores, de 17 años, de los que fueron entregados por las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) a las autoridades como gesto de buena voluntad. Otro menor, de la misma edad, dijo que tenían clases donde los adoctrinaban: las "autodefensas son un grupo político, antisubversivo, que busca la paz del país. Las autodefensas no matan gente inocente, sólo guerrilleros", le decían.

Según testimonio de otro de los menores, una vez como castigo le tocó descuartizar a un compañero muerto. "Esa noche me bañé una y otra vez, pero no podía quitarme el olor de la sangre".

Los menores fueron acogidos por el estatal Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, donde se unen a otros que desertaron de la guerrilla. El diario entrevistó igualmente a una joven que perteneció a las FARC, quien contó que nunca la obligaron a matar, aunque no sabe si mató a alguien. "Uno no ve qué pasa cuando dispara, sólo mira las balitas rojas pasar por la cabeza, pero nunca tuve que matar a nadie con un machete", explicó.

Un estudio presentado recientemente por la Defensoría del Pueblo, precisó que 85 por ciento de los 7 mil menores combatientes que existen en el país ingresó de forma voluntaria a los grupos armados, en el cual ven una oportunidad de vida o de ser valorados, y sólo 15 por ciento es reclutado forzosamente.

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