Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 24 de noviembre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Política
Se acelera la descomposición social y crece la pobreza extrema, destaca el análisis

La migración rural aumenta el riesgo de mayor crisis en el agro, señala un estudio

Documento sobre el impacto del TLCAN resalta el contraste poblacional campo-ciudad

ROBERTO GARDUÑO

Pese a los numerosos programas de combate a la pobreza implantados por los gobiernos federales, el deficiente crecimiento de la producción agropecuaria y la baja en la rentabilidad del sector durante las últimas cuatro décadas han generado un considerable incremento de la pobreza y la pobreza extrema en el campo mexicano.

El fenómeno de descomposición social en las zonas rurales del país comenzó cuatro décadas atrás. A la fecha, amenaza con una crisis de proporciones desconocidas por el abandono del campo.

En 1960 la distribución de la población mexicana entre las áreas urbana y rural estaba en equilibrio: 17 millones 218 mil personas vivían en el campo, y 17 millones 705 mil habitaban en ciudades. Diez años después se inició el fenómeno de migración. Para 1970 los campesinos y sus familias sumaban 19 millones 916 mil, y los citadinos aumentaron a 28 millones 308 mil.

Los datos retomados de los informes presidenciales y censos de población, incluidos en el documento Impactos del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, elaborado por la Cámara de Diputados y la consultora Productividad y Operación, resalta la negativa desproporción poblacional que afecta al campo.

Desde el comienzo de los años 80 la población rural se volcó a la vida urbana, 22 millones 547 mil, y 44 millones 299 mil habitantes en las ciudades.

En 1990 la curva ascendente hacia las ciudades se disparó. Los habitantes dedicados a las actividades agropecuarias sumaban 23 millones 289 mil y en el medio urbano se concentraban 57 millones 959 millones de personas.

Para 1995 los campesinos mexicanos registrados eran 24 millones 156 mil y los residentes en las ciudades alcanzaban los 67 millones un mil. Cinco años después la proporción de productores del campo no varió desmesuradamente, y el número se ubicó en 24 millones 773 mil; no obstante los ciudadanos urbanos se incrementaron a 72 millones 710 mil.

De acuerdo con los reportes del gobierno federal de la época, en el Informe México Social de Banamex-Accival y en el Banco de Información Económica sobre el impacto del TLCAN en el campo nacional, destaca otro fenómeno de descomposición en el sector primario:

"En 1960 la población económicamente activa (PEA) ascendía a 11.2 millones de personas; 54.5 por ciento trabajaba en el sector agropecuario; 19.6 en la industria y 25.9 en el sector servicios. Para 2000 la situación se invirtió, la PEA se incrementó a 33.7 millones de personas, de las cuales 16 por ciento se ocupaba en el sector primario (campesinos); 27.6 en el sector secundario (industria), y 56.4 en el terciario (servicios)."

Pese al crecimiento productivo de los últimos 40 años, el producto por activo en el sector agrario es una tercera parte del producto del sector industrial, y un poco menos en relación con el de servicios.

Resultado de esto es una dispar evolución: el producto del sector primario creció entre 1960 y 2000 en 175 por ciento, el sector industrial lo hizo en 730 por ciento, y el de servicios 660 por ciento.

Los problemas crecientes de caída en su dinamismo y disminución general de ingresos que el sector primario ha experimentado en los últimos años ha generado una emigración masiva de los productores hacia los centros urbanos, a las zonas maquiladoras y a Estados Unidos. El análisis sobre el impacto del TLCAN en el campo refiere un hecho incontrovertible: "Esta situación se hace más fuerte cuanto más atrasada es la región o entidad de donde salen los migrantes".

En las tres décadas recientes Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo y Zacatecas han sido los estados con menos desarrollo, y ese atraso se manifiesta por las siguientes causales: la población rural de esos estados representa en promedio 50.4 por ciento del total; su población promedio dispersa en localidades de menos de mil habitantes es de 33 por ciento respecto del total; la participación promedio en el PIB es de 14.5 por ciento; su producto interno bruto per cápita oscila entre 5 mil y 9 mil pesos a costos de 1993, mientras el promedio nacional es de 13 mil.

Son las cinco entidades con mayor población ocupada en el sector primario. Chiapas 54.1 por ciento; Oaxaca 50.1; Guerrero 43.3; Hidalgo 40.4, y Zacatecas 36.9. "Con excepción de Zacatecas, estas entidades representan un analfabetismo de entre 20 y 30 por ciento de su población mayor de 15 años y tienen una tasa de mortalidad infantil mayor a 40, mientras que el promedio nacional es de 33."

Esas características se reflejan en los flujos migratorios que han existido desde 1970 en los que Zacatecas tiene 32.8 emigrantes por cada mil, Hidalgo 24.4, Aguascalientes 26.1, Durango 24.7, y San Luis Potosí con 24. En aquellos años, el principal destino fue la zona metropolitana de la ciudad de México, con una inmigración de 34 personas por cada mil habitantes.

Para 2000 se mantuvieron esas entidades como las principales expulsoras. Zacatecas con 38.6, Durango, 30.9, Hidalgo 25.9, San Luis Potosí 25.8, y Oaxaca 24.5. Ese año los estados de mayor atracción migratoria fueron Quintana Roo, Baja California, México, Baja California Sur, y Morelos.

De tal forma los estados con más altos índices de migración no han logrado un desarrollo agropecuario, a pesar de ser esa su principal actividad económica:

"Zacatecas, la entidad con mayor participación del PIB agropecuario dentro del PIB total estatal, que es de 25 por ciento, sólo creció 1.3 (este dato se refiere a la tasa de crecimiento de largo plazo) entre 1970 y 1980, 2.3 entre 1980 y 1993 y 2.5 entre 1993 y 1998; Hidalgo fue reduciendo su ritmo de crecimiento de 5.9 a 1.3 y 0.4, para los mismos periodos; Durango, quinto estado con mayor participación del PIB agropecuario respecto al total estatal, con 16 por ciento, presentó ritmos de decrecimiento de 3.8, menos 0.7 y 3 en los mismos periodos. En San Luis Potosí, que no es una entidad eminentemente agrícola, sus flujos migratorios se deben en parte a la caída del sector agropecuario en 1.9, 3.8 y menos 4.5 por ciento."

Los flujos de mexicanos hacia Estados Unidos se incrementaron entre 1950 y 1990. Se estima una población de entre 5 y 8 millones de mexicanos viviendo en Estados Unidos. Esto expresa una relativa incapacidad de nuestro sistema económico, en especial de agricultura para crear empleos.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año