Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 21 de noviembre de 2002
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Fosas comunes y archivos militares

A pesar de que el Congreso español dio este miércoles un paso calificado de "histórico", la realidad que viven los familiares de las víctimas del régimen franquista, e incluso quienes sufrieron en carne propia la represión, es adversa. Entre sus principales reclamos destacan la apertura de los archivos militares, la restauración "moral" de las víctimas, muchas de ellas todavía consideradas como "facinerosos y delincuentes comunes", la eliminación de los monumentos y calles que en muchas ciudades del país rinden honores a los victimarios, y el rescate de los restos que aún yacen en las numerosas fosas comunes.

Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH, www.memoriahistorica.org), explicó a La Jornada que lo que ahora apremia, después de tantos años de "sufrir la ignominia" y la indiferencia, es que se pongan en marcha cuanto antes las medidas aprobadas por el Congreso.

Silva, de 37 años, se convirtió en el líder, sin él quererlo, de un reclamo multitudinario: "Ƒdónde están nuestros desaparecidos?" Su particular viaje comenzó con la promesa que hiciera a su abuela, muerta hace cinco años, de encontrar las restos de su abuelo y depositarlos junto a los restos de ella. "El 28 de octubre del 2000 se abrió la primera fosa común, la de mi abuelo y 12 milicianos republicanos más. Entonces yo lo único que quería era enterrar juntos a mis abuelos y volverme a casa, pero cuando estábamos excavando mucha gente nos llegó a contar historias, que eran idénticas a la de mi propia familia, con los mismos silencios y el mismo dolor. Ahí decidimos hacer la asociación y empezar con las exhumaciones", cuenta.

Desde entonces se han abierto 12 fosas comunes, pero queda mucho por delante, advierte Silva. "Es muy difícil dar un dato del total de desaparecidos, algunos dicen que 30 mil, pero sólo esa cifra hay en Andalucía. A mí no me gusta entrar en guerras de cifras, pero sólo quiero señalar que en Mérida, por ejemplo, hay una fosa común de 3 mil 500 personas, en Logroño una de mil 600, en Oviedo y en Badajoz otras de 2 mil 500, y sin hablar de los cientos de pequeñas fosas que no conocemos y que están por toda la geografía española. Esas miles de personas no tienen ni una lápida".

Silva y los familiares de los desaparecidos mantienen otra vía abierta, la de la justicia internacional, a la que acudirán en caso de que no se escuchen sus reclamos en España, donde pesar de los 25 años de democracia, "hoy día todavía hay miedo a hablar de aquella época, porque la gente en los pueblos sigue viendo al falangista que mató a su padre sentado plácidamente en un banco, por lo que no ha podido percibir un cambio en el paso de la dictadura a la democracia, además de que los presidentes de los gobiernos españoles desde la muerte de Franco no han hecho ningún gesto simbólico que a ellos les diga que esto ha cambiado.

"Nosotros tenemos todavía en España miles de archivos y expedientes militares que no se pueden consultar y que pueden resultar vitales para que muchas familias encuentren a sus desaparecidos. Miles y miles de documentos de la guerra permanecen en el limbo y no hay forma de acceder a ellos. Esperemos que esto cambie", concluye. ARMANDO G. TEJEDA, CORRESPONSAL

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