José Cueli
ƑLa guerra es inevitable?
El curso que toman las negociaciones en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas resulta poco alentador. Parece que de nada servirá la oposición de varios países ante la presión de Estados Unidos.
Menos aún parecen importar las voces del pueblo que se ha hecho presente en diversas manifestaciones en diferentes países en contra de una nueva guerra.
La suerte está echada y según están las cosas el mundo volverá a vivir la zozobra y el espanto de una nueva guerra cuando aún en Afganistán siguen cayendo misiles. ƑHasta cuándo? ƑHasta dónde tiene que calar el mal y la destrucción para que el hombre aprenda a vivir sin tener que sojuzgar, someter, humillar y matar a sus semejantes?
La razón, la cordura, la mesura, parecen haberse exiliado en quién sabe dónde. Y en el escenario se perfila la pulsión de muerte descrita por Sigmund Freud como agresión, como destrucción, en palabras de Jacques Derrida (interpretando a Freud): ''Pulsión que empuja al olvido, a la amnesia, a la aniquilación de la memoria (...) pulsión silenciosa que destruye su propio archivo''. Estamos, pues, ante otra representación del mal, el Mal de archivo, que ''muestra los archivos del mal, de las catástrofes, las guerras y la violencia desatada". Y contemplaremos lo inevitable con azoro, pasmados por las escenas de crueldad, como escribió Apollinaire: ''A causa de los torbellinos estridentes/ De los desvaríos".
De nuevo escenas dantescas televisadas que nos parecerán, como las anteriores, una pesadilla que no sabemos a ciencia cierta si pertenecen a la realidad o a la ficción, la alta tecnología televisiva al servicio de la estupidez humana, confundiendo nuestra razón, bombardeando nuestros sentidos y sesgando la información a su gusto y antojo. Así, la matanza humana, el dolor, el horror y la muerte de la población civil que morirá sin deberla ni temerla será televisada como parte de la enajenante programación diaria, perdiendo las dimensiones de tragedia humana que a todos nos compete y nos afecta.
Y es la voz de un eminente poeta, León Felipe, quien vivió los horrores de una sangrienta guerra fratricida y el exilio (Ƒy no somos acaso todos, unos exiliados?), el que se pregunta. ''ƑQuién lee diez siglos en la Historia y no la cierra/ al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?/ Los mismos hombres, las mismas guerras,/ los mismos tiranos, la mismas cadenas,/ los mismos farsantes, las mismas sectas/ šy los mismos, los mismos poetas!/ šQué pena, / que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!"
