Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 5 de noviembre de 2002
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Cultura

Fernando Carrión comenzó el taller sobre valoración del patrimonio en esas zonas

Revitalizar los centros históricos de AL requiere ''pensar más en el futuro''

Falta una política definida de vivienda y no sólo invertir en museos y monumentos, dice

CARLOS PAUL

Revitalizar los centros históricos de América Latina, en el contexto de la globalización, requiere ''pensar menos en el pasado y más en el futuro", expresó Fernando Carrión, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Quito, Ecuador, ponente que dio inició ayer a las actividades del taller ''Valoración del Patrimonio del Centro Histórico de la Ciudad de México: La integración del patrimonio en el desarrollo económico y social", que se realiza en el Museo Nacional de las Culturas, que concluye este miércoles.

Para el investigador, ''la conservación de esas zonas implica pensar hacia atrás, mantener el status quo. Creo que los centros históricos deben ser una manera de proyectar la ciudad al futuro, hacia las nuevas necesidades de la población".

Despoblamiento, otro problema

De cara a la globalización -explica en entrevista- ''los centros históricos viven tres grandes contradicciones. Una es entre la pobreza de los que habitan esas zonas, lo cual le da un carácter popular específico, y la riqueza histórico-cultural que ahí se alberga. Si la pobreza se mantiene es probable que esa riqueza se deteriore. O en su defecto, si se hace una inversión en la parte histórico-cultural es factible que la población sea expulsada y se pierda esa riqueza".

Una segunda contradicción ''tiene que ver con la discusión entre la centralidad urbana y la histórica. Por ejemplo, en México la zona de Santa Fe tiende ha acumular las funciones (económicas) de un centro histórico. Y si no se tiene una política explícita sobre esas funciones, la nueva centralidad urbana es probable que erosione la histórica. La tercera se refiere a ''la necesidad de relacionar lo local con lo global, es decir, los centros históricos tienen que internacionalizarse, vincularse con otras ciudades, como resultado de los procesos de migración e integración económica, entre otros factores, pero también se debe fortalecer lo local en diversos ámbitos, como el cultural, porque por esa vía se puede dar un proceso de homogeneización mundial que propicie la muerte del sitio.

''Una de las formas de penetración de la globalización y del sistema de financiamiento -abunda Carrión- es el rubro del turismo, que entre los problemas que provoca destaca el que genera un valor de imagen por encima del valor de uso. Se diseña más (un Centro Histórico) para un segmento del mercado internacional que para las necesidades de la población local; y, por otro lado, ese turismo no genera adscripciones con el sitio, sino todo lo contrario: provoca que no se genere una ciudadanía patrimonial y sí un deterioro de la zona".

Otro de los problemas en América Latina es el despoblamiento de los centros históricos, lo cual, opina Carrión, ''se debe a la inversión, principalmente, en el aspecto patrimonial, soslayando la inversión social. Hay una tendencia a elevar los precios del suelo y esto expulsa a la población más pobre y con ello a la sociedad, lo cual es muy grave. Se debe plantear una política definida de vivienda, pues se invierte sólo en museos y patrimonios grandes".

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