Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 5 de noviembre de 2002
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ELECCIONES EN EU

Educación, empleo e inmigración, temas de campaña desplazados por el del terrorismo

Los latinos padecen la misma apatía que el resto de votantes convocados

Se invirtieron unos 9 millones de dólares sólo para coquetear con ciudadanos de ese origen

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 4 de noviembre. Se ve, se siente, la presencia de los latinos en estas elecciones se manifiesta en varias partes del país, con candidatos hablando español y difundiendo propaganda en medios informativos en ese idioma, con algunos latinos de alto perfil en las contiendas -incluso para elegir gobernador en Texas, Nuevo México y California- y con analistas reiterando que ese sector del electorado se convierte en un factor cada vez más importante en el ámbito político nacional de Estados Unidos.

De hecho, se calcula que en estas elecciones los candidatos han invertido unos 9 millones de dólares exclusivamente en sus esfuerzos de coqueteo político con los latinos. Sin embargo, esta vez el votante latino manifiesta la misma ambivalencia sobre las opciones que el resto de la población, con señas de desencanto en estados clave como California, y a nivel nacional por la sustitución de los temas más importantes para el votante latino -educación, empleo, inmigración- por el de la guerra contra el "terrorismo".

El impacto

Como resultado, el impacto del voto latino tal vez no será tan notable como en años anteriores, ya que responderá ante la misma percepción del electorado en general de que estos comicios no ofrecen opciones políticas claras, es decir, no habrá gran incentivo para concurrir a las urnas.

"En cualquier momento en que uno pasa de una situación de paz, seguridad y prosperidad relativa a una de guerra, temor y estancamiento político, varios sectores sufren las peores consecuencias, los inmigrantes, las minorías, los pobres. Entre todos éstos, el grupo que más problemas tiene es el de los latinos, ya que es el mayor sector de inmigrantes, la minoría más grande del país, y la más pobre", señala Antonio González, presidente del Proyecto de Educación y Empadronamiento del Votante del Suroeste y del Instituto William C. Velazquez, en entrevista con La Jornada.

Pero el problema es que en respuesta a todo lo anterior, los latinos no encuentran una opción política y padecen la misma apatía que el resto de los votantes convocados a esta elección.

Además, en el corto plazo, la jugada del presidente George W. Bush está funcionando entre los latinos, consideró González. Al proyectar una emergencia nacional después del 11 de septiembre, los latinos, como otros segmentos del electorado, tienden a apoyar al mandatario en tiempos de "guerra".

Este respaldo logra que Bush mantenga la simpatía de un amplio sector latino a pesar de que la Casa Blanca ha abandonado su apoyo a temas claves para estas bases, tal como un acuerdo migratorio y apoyo a la educación. Si los demócratas no ofrecen otra opción, este juego favorece a Bush, aunque el apoyo a éste no se traduce en respaldo al Partido Republicano entre los latinos.

De hecho, en una encuesta reciente entre el electorado latino, una mitad se identificaba como del Partido Demócrata, y sólo 20 por ciento como del Republicano (otro 19 por ciento se consideró independiente). Pero lo más notable es la ambivalencia de este sector. En la encuesta El Sondeo Nacional de Latinos, realizada recientemente por el Pew Hispanic Center y la Fundación Kaiser Family, 40 por ciento opina que no hay una gran diferencia entre los dos partidos. "A pesar de tener una inclinación fuerte hacia los demócratas, los latinos demuestran una ambivalencia partidaria significante", concluyó Roberto Suro, director del Pew Hispanic Center.

De acuerdo con el sondeo, la mayoría de los latinos se expresa en favor de un gobierno más grande y activo, que provea más servicios sociales. Los temas más importantes en la determinación de su voto son la educación (58 por ciento), la economía (39 por ciento) y servicios de salud (23 por ciento).

En torno al tema de la inmigración se registran algunas contradicciones en el sondeo: 85 por ciento favorece una propuesta para la legalización de los indocumentados, pero a la vez 48 por ciento de los latinos empadronados cree que hay demasiados inmigrantes en este país. Por otro lado, 62 por ciento considera que los inmigrantes indocumentados benefician a la economía estadunidense.

Según el sondeo, entre los latinos que son ciudadanos estadunidenses y están empadronados, 72 por ciento de ellos o sus padres nacieron fuera de Estados Unidos.

No es por nada que el gobernador de Nueva York, George Pataki, quien ahora busca su relección, incluye un poco demarijuana_initiat_ghj español en sus discursos de campaña, ha inundado colonias latinas con propaganda en español y marchó en el desfile mexicano del 15 de septiembre en Manhattan. De hecho, Pataki podría convertirse en el primer candidato republicano en lograr obtener una mayoría del voto latino. Como él, hay candidatos a la legislatura y a gubernaturas que se han visto obligados de presentar campañas en parte bilingües.

Además, hay varios latinos de alto perfil buscando la elección este martes, incluyendo el primer candidato latino a gobernador de Texas, Tony Sanchez, y el veterano Bill Richardson, en Nuevo México, junto con Peter Camejo, del Partido Verde, que aspira a la gubernatura de California, estado en el cual, por cierto, los latinos han logrado la mayor expresión de su participación electoral durante los últimos años, particularmente después de la derrota del gobernador antinmigrante Pete Wilson en los años 90.

Sin embargo, el beneficiario de esa derrota, el actual gobernador Gray Davis, quien obtuvo 71 por ciento del voto latino, hoy enfrenta el desencanto de ese sector. Según el diario Los Angeles Times, actualmente sólo 57 por ciento de los votantes latinos lo apoyan.

El mes pasado, cuando Davis vetó una iniciativa de ley estatal para permitir que los indocumentados obtengan licencias de conducir, se encontró ante una ola de protestas. Obviamente, los indocumentados no votan, pero sus familias y amigos, entre ellos ya muchos ciudadanos estadunidenses, sí. Guadalupe Gómez, presidente de la Federación de Zacatecanos y ahora también del Consejo de las Federaciones Mexicanas de California, comentó a La Jornada que esto había provocado la ira entre nuevos ciudadanos que forman parte de los millones de inmigrantes en el estado.

El problema, afirman Gómez y otros dirigentes latinos tanto en California como en otras partes del país, es que aun cuando se esté desencantado con algunos de los políticos electos, hay una carencia de opciones. Aunque no piensan votar por los opositores de aquellos políticos que al lo menos retóricamente se pronuncian en favor de los latinos, incluso en español, muchos no acudirán con entusiasmo a las urnas, si es que llegan a tener ganas de participar. En esto, los latinos no serán un sector diferente al del resto de los votantes. Más bien formarán parte de la mayoría nacional.

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