Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 5 de noviembre de 2002
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Política
Unos 50 mil maestros elegirán a su directiva por voto universal, directo y secreto

Mañana, Michoacán se convertirá en laboratorio electoral del SNTE

El proceso está puesto en tela de juicio por la CNTE; conflictos e incertidumbre, el panorama

CLAUDIA HERRERA BELTRAN ENVIADA

Morelia, Mich., 4 de noviembre. Michoacán de nuevo es campo de batalla electoral. Las televisoras repiten spots de un futbolista del club Monarcas y de un empresario invitando a 50 mil maestros a que acudan a las urnas. ''Compañero, tú eliges quién te dirige'', es uno de los eslogans.

Laboratorio electoral del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ésta será la primera entidad donde el magisterio elegirá este miércoles a su directiva mediante voto universal, directo y secreto. Sin embargo, el proceso está puesto en tela de juicio, al margen de los estatutos y calificado como una maniobra de los institucionales para golpear a un bastión de la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Los comicios, que servirán para renovar la directiva de la sección 18 del SNTE, son inéditos en la historia del gremio y pueden ser carta de naturalización de un método que es visto como de avanzada, pero que aquí está generando conflictos y un panorama de incertidumbre.

Apenas fue publicada la convocatoria electoral, el movimiento magisterial democrático -que lleva aquí siete años en el poder- se negó a participar y la semana pasada eligió a su propios dirigentes seccionales, con la amenaza de quemar las urnas el próximo día 6.

Juan Pérez Medina, uno de sus dirigentes, advirtió que no iban a permitir que la lideresa moral del gremio, Elba Esther Gordillo, incorporara en la sección 18 grupos que carecen de representatividad en el estado, y tampoco le iban a hacer el juego para darle ''fachada de democrático'' al sindicato magisterial.

Lo cierto es que esta situación también puso en jaque a la propia disidencia magisterial que desde su surgimiento como CNTE, en 1979, ha sostenido como bandera de lucha la democratización del gremio y la elección de sus dirigentes mediante votaciones abiertas. Por eso la jornada electoral es vista aquí también como un referéndum al movimiento democrático.

En el plano político, el desacuerdo en las filas del SNTE además puso contra la pared al gobierno de Michoacán y al PRD local, que en principio apoyaron el método de elección, pero que pronto se toparon con la oposición del magisterio que milita en las filas perredistas. Ahora, el secretario de Gobierno es acusado de violar la autonomía sindical y de estar apoyando a Heriberto Macías, uno de los candidatos que proviene de las filas del sol azteca.

El ingrediente adicional es que, a unos meses de las elecciones de 2003, el factor magisterial está pesando en la política interna. ''Hay un reacomodo en el PRD y va a haber más'', adelantó el diputado Raúl Morón, ex secretario general de la sección 18 y uno de los líderes del grupo que se opone al proceso electoral.

Una historia de enfrentamientos

La historia de confrontación entre el magisterio michoacano y el sector institucional del SNTE no es reciente. Comenzó en 1989, cuando los disidentes derribaron al institucional Carlos Acosta Mora y nombraron un comité alterno con el maestro Delfino Paredes al frente.

Los choques continuaron hasta que en 1995 Raúl Morón, del grupo democrático, quedó como secretario general en un comité integrado por disidentes e institucionales. En 1998, le pasó la estafeta a Juan Pérez Medina, también del movimiento democrático, pero en noviembre de 2000 fue desconocido por el SNTE, ante su negativa de adelantar el congreso de renovación de la dirigencia en el estado y de incorporar a los ''disidentes de los disidentes''.

El 12 de diciembre estalló la crisis. Por la tarde, un grupo de michoacanos abrió un boquete en un muro de la sede nacional del SNTE y tomó el edificio sindical, aprovechando que la cúpula estaba en Chihuahua, cuando Rafael Ochoa fue nombrado secretario general en sustitución de Tomás Vázquez Vigil.

Desde Chihuahua, Elba Esther Gordillo culpó a Pérez Medina y a Morón de mantener posturas del ''todo o nada'' y de no permitir la participación de otras expresiones en Michoacán. Luego de 12 días en posesión del edificio, lo abandonaron con el acuerdo de instalar una comisión ejecutiva presidida por Pérez Medina, la que se encargaría de organizar el congreso.

Roban banderas a la disidencia

La promesa del SNTE no se cumplió y comenzó un prolongado impasse, lo que no impidió que Pérez Medina siguiera teniendo la representación frente al gobierno saliente de Víctor Manuel Tinoco Rubí, y después el de Lázaro Cárdenas Batel. No hubo mayores problemas hasta que, el 7 de agosto, un día antes de la firma del Compromiso Social por la Calidad de la Educación, en la ciudad de México, el Consejo Nacional del SNTE revivió el tema.

Acordó que el problema en Michoacán quedaría resuelto mediante un proceso electoral, decisión que de inmediato fue impugnada por el movimiento democrático ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.

Lo tildaron de ilegal, porque el artículo 268 de los estatutos sindicales refiere que el método de elección debe hacerse en asamblea plenaria, por voto secreto y directo de los delegados efectivos.

Pérez descalificó los comicios y advirtió que no podían confiar en un proceso organizado por priístas ''expertos en hacer fraude y que se valen de padrones electorales rasurados, el voto del miedo, la compra de conciencia y el robo de urnas''.

El golpe ya estaba dado. El SNTE le había robado una bandera a la disidencia y de inmediato puso en marcha la maquinaria electoral. Invitó al futbolista del equipo Monarcas, Ismael Iñiguez, y al presidente de la Coparmex en Morelia, César Nava, a grabar spots en televisión invitando a los maestros a sumarse a las elecciones.

Producto de ello se integraron cuatro planillas, encabezadas por Heriberto Macías y Juan Manuel Macedo (ex integrantes del movimiento democrático), así como por Aurelio Chávez y José Villagómez, abiertamente institucionales.

Al principio, la administración de Cárdenas Batel vio con buenos ojos el proceso. El gobernador reconoció que meses antes se había reunido con Gordillo, pero aclaró que no fue para decidir el método de elección, sino para tender puentes entre los maestros y la directiva del SNTE.

Y es que, a decir de Cárdenas, estas pugnas han generado problemas a la entidad. En entrevista reconoció que el factor magisterial ha incidido ''de alguna manera'' en los bajos niveles escolares (Michoacán es el estado 28 en aprovechamiento escolar). Y por eso consideró que era ''deseable que el estado contara con una dirigencia sindical fuerte, independiente, libre, reconocida por la dirigencia nacional''.

Como integrante del PRD, Cárdenas Batel también argumentó que no podía ir en contra del proceso electoral, aunque reconoció que había dudas en torno a su legalidad. Los disidentes criticaron la actitud del gobierno y acusaron a Leonel Godoy, el secretario de Gobierno, de estar financiando a uno de los candidatos.

No fue el primer momento de desencuentro. Aliados en la campaña de 2001, los maestros después criticaron el hecho de que Cárdenas hubiera integrado a su gabinete a priístas de viejo cuño, como Genovevo Figueroa, y luego exigieron que Juan Pérez o Raúl Morón ocuparan la Secretaría de Educación Pública.

Cárdenas Batel no cedió a las exigencias. Nombró como secretario de Educación a Egberto Bedolla, un académico, argumentando que necesitaba un funcionario que estuviera al margen de las pugnas intersindicales, por lo que los disensos continuaron tanto en la arena sindical como en la partidista.

Lo peor estaba por venir. El martes 17 de septiembre, un grupo de maestros disidentes se metió por la fuerza a una televisora local y sacó a dos enviados del SNTE, San Juan Cerda Franco y Lucino Soriano, quienes fueron paseados por las calles de Morelia semidesnudos y luego les arrojaron huevos y les cortaron el pelo.

Al día siguiente, diversos sectores manifestaron su repudio, entre ellos el PRD y el gobierno local; este último publicó un desplegado de condena e hizo un llamado a los profesores a dirimir sus diferencias dentro de la ley y mediante el diálogo civilizado.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y la televisora presentaron una denuncia, por lo que ocho maestros fueron encarcelados; diez días después, salieron libres bajo fianza. Este fue otro motivo de aparente distanciamiento entre disidentes y gobierno.

Envalentonados, los democráticos hicieron su propio congreso los días 27 y 28 de octubre, y como una demostración de fuerza llenaron el estadioVenustiano Carranza. El gobierno volvió a quedar en medio de las pugnas y recibió a los disidentes que se declararon triunfadores, pero un día después se reunió con los candidatos oficiales para garantizar que habrá seguridad en la jornada del 6 de noviembre, lo que a estas alturas parece incierto

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