Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 1 de noviembre de 2002
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Espectáculos
Es lo único que no puede evitar, dice el trovador; ofrece hoy recital en Toluca

El grave peligro para todo dictador es la cultura: Héctor Numa Moraes

GABRIEL LEON ZARAGOZA

El trovador uruguayo Héctor Numa Moraes ofrecerá por primera vez un recital de canto y guitarra en México para dar a conocer temas de sus 24 discos grabados en 34 años de vida artística profesional -13 de ellos desterrado por la dictadura-, entre los que sobresalen La Patria, Compañero y la musicalización de poemas de Nicolás Guillén y Washington Benavides.

Para quien ha tenido que salir de su país por cuestiones políticas, refiere el intérprete, "la patria en el exilio es la solidaridad del amigo que te tiende la mano o la que vos podrías dar. La censura lo que trata es de separarte de tu público porque se supone que sos altamente peligroso, pero en realidad no. ¿Vos me vez peligroso? El peligro era la cultura. El grave peligro para todo dictador es la cultura, que es lo único que no puede evitar. Lo que pretenden los gobiernos reaccionarios es borrar el pasado, que no mires hacia el futuro y no darte las posibilidades de estudiar."

Guitarrista de profesión y cantor popular de denuncia por convicción, Numa Moraes ha compartido escenario con Joan Manuel Serrat, Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Sara González, Mercedes Sosa y Tania Libertad, entre otros artistas de su género. Pese a ello, acepta ser conocido sólo en los círculos de exiliados "políticos y económicos" de Uruguay.

El músico expresó su beneplácito con México que se mostró "muy solidario" con el canto popular uruguayo y que albergó a sus contemporáneos Alfredo Zitarrosa, José Carbajal, Los Olimareños y Camerata Punta del Este.

Avido de recorrer en esta breve gira parte de los principales atractivos turísticos que ofrece la ciudad de México, el hasta en 1984 considerado persona non grata por las autoridades de su país, habla del protagonismo de la música de protesta en Uruguay y de su destierro: "En 1970 recién llegaba con 20 años a Montevideo y tres discos grabados, tuve que salir en el 72 al exilio. Una parte en Chile, hasta el golpe de Estado, otra en Cuba y finalmente en Europa, donde escogí Holanda para radicar. Ahí estudie ocho años en el Conservatorio de La Haya y me movía a todos lados para cantar en solidaridad con los presos políticos uruguayos.

"A finales de los años 70 fui invitado a un festival en México, pero no fue posible venir, después estuve en Panamá, Venzuela, Canadá. Cuando volví a Uruguay -ya había terminado la dictadura militar, se levantó la censura y el requerimiento que había sobre mí-, me dediqué a cantar y a recorrer de punta a punta mi país.

"Fue un momento muy especial, de mucha euforia, pero después de 13 años de censura a mi música, la gente tenía poco conocimiento de mí, lo que sabían era por los discos, aunque ya no los había."

Sobre por qué salir al exilio y no hacer una resistencia musical al interior de Uruguay, Numa Moraes expone: "Todavía no se daba el golpe de Estado y estaba muy metido en la lucha del pueblo uruguayo. Cantaba una canción que no quedó grabada por la censura, pero que era muy directa, con textos de grandes poetas que había. En el 72 quedé requerido con fotos en diarios y televisión. La única posibilidad que tenía era ir preso, que me mataran o salir del país.

"Aníbal Sampayo, uno de los grandes cantores del país, quedó preso ocho años; Daniel Viglietti logró salir; a Zitarrosa lo censuraron sin poder cantar hasta que lo obligaron a salir, lo mismo sucedió con Pepe Guerra y Braulio López. No podíamos vivir en el país porque no teníamos a dónde ir."

Para el intérprete de temas revolucionarios, la trova de Uruguay se gestó en 1963 con figuras que años más tarde tuvieron que exiliarse. "Importó mucho todo el movimiento que se dio en Latinoamérica. El 68 de México, allá golpeó mucho, lo de Cuba fue fundamental, entonces se dio un movimiento con estas figuras cuando yo era un niño.

"En el 64 vi cantar a Viglietti y ahí empecé a cantar e imitarlo, antes había oído a Osiris Castillo Rodríguez, a quien en mi reciente disco le hago un homenaje. El es un poco el padre de la poesía gauchesca y de la canción de raíz folclorica uruguaya. El viejo también se metió a militar y después estuvo exiliado.

"En nuestra música el texto es fundamental. Escuchas a Zitarrosa y siempre hay un sentido atrás, lo mismo con Osiris y Viglietti. Siempre el cantor uruguayo de esa etapa canta opinando, diciendo cosas y denunciando, no me gusta mucho el término canción de protesta, es más bien canción popular, de denuncia. Canto popular, le decimos, y abarca todas las formas de música que hay en el país."

-¿Qué es la patria en el exilio?

- Es una cosa que muchos pueblos lo viven, es tremendo. Son muchos recuerdos, pero lo más tremendo del exilio político es que no te puedes comunicar con tu gente, es lo más cruel. Es distinto al exilio económico, es algo que tú decides.

"El exilio lo viví muy joven y mejor que la gente mayor. Cuando se da el desexilio, como dice Benedetti, quedas con muchas raíces muy lejanas."

Hoy, a las 19 horas, se presentará en el restaurante Cantegril de Toluca; la noche del sábado estará en el restaurante Emilianos, de Tlayacapan, Morelos, y el domingo en el restaurante Petizo, del Distrito Federal.

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