Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 30 de octubre de 2002
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Política
Nunca tuve relación con él ni recibí obsequio alguno, sostiene Quirós Hermosillo

Sí conocí a Amado Carrillo, pero fue irrelevante, asegura Acosta Chaparro

En 1994, Adrián Carrera se lo presentó como "comandante" de la Judicial Federal

Afirma que lo vio en Las Arboledas cuando investigaban el secuestro de Harp Helú

JESUS ARANDA

El general Mario Arturo Acosta Chaparro aceptó que sí conoció al narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, El señor de los Cielos, aunque asegura que éste le fue presentado como "comandante" de la Policía Judicial Federal (PJF) en 1994.

Para el general especializado en temas de contrainsurgencia, quien fue director de la Policía Judicial Militar, fue tan irrelevante el encuentro que no lo relacionó con una reunión que había tenido en el restaurante La Cañada, en la ciudad de México, en donde se lo presentó el ex director de la PJF, Adrián Carrera Fuentes.

Al darse a conocer las declaraciones ministeriales -en el contexto del consejo de guerra que se sigue a los generales Acosta Chaparro y Francisco Quirós Hermosillo sobre su relación con Amado Carrillo-, el general brigadier fue cuestionado por la fiscalía acerca de que si no le había llamado la atención el que le presentaran al Señor de los Cielos.
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"No me llamó la atención", contestó el 21 de agosto de 2000, y agregó que su forma de actuar era la misma, porque "precisamente no me gusta involucrarme con quien no puedo ayudar, y menos si me va a causar problemas", respondió el militar en relación con este personaje, quien fuera uno de los narcos que, oficialmente, era de los más perseguidos por las fuerzas de seguridad del país.

El 6 de marzo de 1997, la Dirección de Justicia Militar le requirió por escrito sobre su presunta relación con Amado Carrillo. Acosta respondió en un texto manuscrito, en el cual señala que en 1994 -cuando estaba en la Coordinación de Seguridad Pública- se realizaban investigaciones en Las Arboledas, en el estado de México, para ubicar una casa donde pudiera entregarse el pago y el rescate del banquero Alfredo Harp Helú.

"Yo formaba parte de la coordinación, había investigadores y gente especializada en intervenciones telefónicas. El comandante José Abizail comentó que el equipo estaba autorizado por el comandante Amado Carrillo, que estaba a 10 o 12 metros del suscrito, quien portaba una identificación de policía en su cinturón. No pudiendo precisar si era de la Procuraduría General de la República o del Distrito Federal."

En agosto de 2000, la fiscalía militar cuestionó a Acosta Chaparro sobre el aspecto físico de Amado Carrillo. El general contestó que había cierta similitud, que el agente de la Policía Judicial Federal era más robusto y el otro era más delgado.

Por su parte, desde su primera declaración preparatoria, Quirós Hermosillo mantuvo su dicho en el sentido de que no conoció a Amado Carrillo, ni recibió de él una camioneta blindada ni aparatos de intercepción satelital, como tampoco una camioneta Suburban blindada y dos autos Mercedes Benz o cualquier otro tipo de obsequio.

Por otra parte, en la audiencia de ayer del consejo de guerra, la defensa de los acusados centró su labor en desvirtuar la veracidad de las declaraciones de los testigos de la fiscalía militar.

En este contexto, se presentó el testimonio de Paloma Luigi Sterna, esposa de Rubén Gardea Vara, a quien la fiscalía atribuye la entrega de una camioneta Suburban blindada a Quirós, de parte de Amado Carrillo, así como equipos de intercepción satelital y comunicaciones, con los que ambos generales habrían creado una estructura de "inteligencia" para facilitar el aterrizaje y despegue de aviones que transportaban droga.

La señora Luigi declaró que su esposo fue inicialmente desaparecido por elementos militares el 9 de julio de 1998, y después detenido y arraigado durante 90 días por la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada (UEDO). El propósito, le aseguró en ese entonces José Trinidad Larrieta, director de dicha instancia, era proteger a su marido del general Quirós Hermosillo, quien lo quería matar.

Asustada por esa declaración, la esposa de Gardea acudió a ver a Quirós Hermosillo, quien rechazó tajantemente que pretendiera matar a su esposo. Sobre el particular, Quirós declaró a la fiscalía militar que solicitó al intervención del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre, para aclarar la situación, pero que nunca hubo respuesta.

La defensa de Quirós argumentó también que la procuraduría castrense sólo incluyó en el expediente la tercera declaración que hizo bajo presiones Gardea contra el general, pero no así las dos primeras declaraciones ante el Ministerio Público, en las que rechazó haber acusado a su ex jefe.

En el caso de los testigos protegidos Tomás Colsá Mc Gregor y José Jaime Olvera Olvera, llama la atención que ambos fueron asesinados meses después de declarar contra los generales acusados.

Además, Colsá fue consignado penalmente, en su momento, por los delitos de secuestro, extorsión, asociación delictuosa, fraude específico, abuso de confianza y contra la salud. Lo que desvirtuaría su calidad moral para hacer acusaciones.

En lo que se refiere a Gustavo Tarín Sánchez, quien se encuentra preso en Estados Unidos, se dijo que en 1998 éste recibió invitación de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en el Paso, Texas, para convertirse en su informante, sobre todo, que les revelara las actividades de Acosta Chaparro.

Víctor Manuel Villalobos Gutiérrez declaró a su vez que a instancias de Tarín fue a la ciudad de El Paso, en donde también le propusieron que trabajara para ellos, cosa que rechazó.

Acosta, por su parte, rechazó las versiones de Tarín, de que trató de asesinarlo en dos ocasiones -cuando militares irrumpieron en su casa de Rosario, Durango-, luego de haber declarado a un medio de información sobre la actuación de Acosta Chaparro en la guerra sucia.

A preguntas expresas de la fiscalía, vertidas en sus declaraciones ministeriales, Villalobos negó tener conocimiento sobre los presuntos nexos del general brigadier con el narcotráfico.

Este miércoles continúa el consejo de guerra, en donde se espera la presencia de los testigos, entre los que destacan el ex secretario de la Defensa Nacional Antonio Riviello Bazán; Arsenio Farell Cubillas, ex secretario del Trabajo, y Adrián Carrera Fuentes, ex director de la Policía Judicial Federal. Según estimó la defensa de los militares, este día podría concluir el proceso penal, en caso de que los careos entre testigos y acusados terminen, y el jurado tenga tiempo para emitir su dictamen.

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