Más de cien niños extraviados; muchos de ellos y adolescentes sufrieron desmayos

Devino caos el concierto masivo Clase 406, Música en el Zócalo

Insuficiente el personal de seguridad del Gobierno del Distrito Federal durante el acto

El espectáculo comenzó con retraso; hubo que reducir a la mitad el tiempo programado

GABRIEL LEON ZARAGOZA

La falta de previsión del Gobierno del Distrito Federal para organizar el concierto masivo Clase 406, Música, en la Plaza de la Constitución, dentro del programa Sábado Distrito Federal, auspiciado por la Secretaría de Cultura del GDF y en esta ocasión promovido por Televisa, provocó que durante la realización de este espectáculo, la tarde-noche del sábado, más de un centenar de niños se extraviaran e igual número de ellos y de adolescentes sufrieran leves asfixias, desmayos y golpes, así como crisis emocionales en ellos y sus familiares.

Pese a la insuficiencia de personal para controlar la situación abajo del escenario, los pocos elementos de diversas dependencias del gobierno capitalino evitaron "que el espectáculo se volviera un riesgo para los asistentes", según aceptaron autoridades, quienes fungieron en actividades que no les "competen", como el servicio de localización y entrega de niños que le correspondía a Locatel y Capea, organismos que nunca hicieron acto de presencia durante la crisis.

El espectáculo infantil y juvenil programado para presentar, en punto de las 18 horas, a "las estrellas" Santos Diablito, Rogelio Martínez, Imanol, Natalia Lafourcade, Caos, La Quinta Estación, a los estelares Grupo Clase 406 y a Kinky -el "grupo sorpresa", según se dijo-, devino desorden y confusión ante el escaso personal de seguridad e insuficiente operativo del gobierno capitalino, que sin prever el alto número de asistentes obligaron al productor del musical a reducir a la mitad el tiempo del concierto, según fuentes del GDF.

Decenas en busca de un buen lugar

Desde antes del mediodía, decenas de púberes (solos o acompañados por algún familiar) se dieron cita en la plancha del Zócalo para alcanzar un buen lugar que les permitiera ver a sus ídolos en el escenario, instalado en la forma usual de cada fin de semana para los actos masivos del programa Sábado Distrito Federal.

El espectáculo se había difundido por el Canal 2 como un concierto que se realizaría de las 18 a las 20:30 horas. Por lo menos una hora antes de que empezara ya se contabilizaba una cincuentena de niños extraviados que eran trasladados al costado derecho del escenario y a más de una docena de desmayados que prácticamente eran sacados en vilo de entre los más de 17 mil asistentes, según cifras oficiales.

A las 17:52, sin medir la magnitud de lo que podía ocurrir y ante las incesantes olas humanas que se dejaban sentir en las endebles vallas de contención, que tuvieron que ser reforzadas con estructuras metálicas y elementos policiacos, los presentadores de Televisa incitaban a los niños y adolescentes a manifestar su alboroto ante la proximidad del comienzo de la función. En esa hora también se registró por el audio el primero de los muy escasos llamados para conservar la calma.

Cuando dieron las 18 horas, el número de niños extraviados y de adolescentes desmayados aumentó "porque los de atrás empujan a los de enfrente, pensando que con ello ganan espacio", citaba personal de la Dirección Jurídica y de Gobierno del GDF, que ya reflejaba angustia y por sus radios llamaba a sus "superiores" para que enviaran refuerzos. Sólo llegaron unos cuantos policías capitalinos y un par de la PFP, que únicamente se dieron una vuelta por el escenario.

Santos Diablito detonó el furor

Provenientes de Torreón, Santos Diablito abrieron la tarde en punto de las 18:12. El grupo, acompañado de la pista musical y de jóvenes, en calidad de escenografía, detonó el furor de los púberes, que reventaron las vallas de la parte izquierda del escenario. En ese momento y a petición de las autoridades, el grupo trató de calmar los ánimos. "Nadie toca si no se alivianan", llamados a que la gente "no joda el sonido" y las excitativas a corear "culeros para quienes no se quieren quitar del área de consolas ", fue lo que pidió la "estrella juvenil" a través del micrófono.

Prácticamente 20 minutos después se reanudaron las breves participaciones del resto del elenco. Dos o máxime tres piezas eran "interpretadas" por los púberes de Televisa. Los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública aumentaron de una decena a una treintena.

Ya avanzado el concierto, Pedro Damián, productor de la telenovela Clase 406 y del espectáculo musical, se deslindó de los hechos y calificó de "idio-tontería" el que ya se registraran un centenar de desmayos y cientos de niños extraviados". Se negó a cancelar la presentación porque "es el GDF el que toma las medidas".

Prometen analizar la situación

Al día siguiente del espectáculo, entre los organizadores salió la versión de que en el transcurso de la semana todos los organismos involucrados con este espectáculo, excepto Televisa, sostendrían una reunión bastante larga para analizar la situación, "ya que es la primera ocasión que ocurre este desbordamiento y desorden multitudinario, que se les salió de las manos y provocó un caos.

"Los encargados del foro van a recibir una llamada de atención muy fuerte por parte de la Dirección General de Gobierno y los de programación deben desarrollar otro tipo de medidas de seguridad para seguir acercando a la gente con artistas públicos y la cultura", citaron.

El saldo extraoficial del concierto por parte de las autoridades, que cada fin de semana asisten a estos actos masivos, fue de más de cien niños y adolescentes extraviados, mismos que en su totalidad fueron entregados a sus padres y familiares; una cantidad de desmayados y apachurrados que rebasó el centenar; la presencia de sólo 50 elementos para resguardar y controlar el orden, entre policías y miembros de otras dependencias capitalinas y delegacionales, y la carencia de elementos de seguridad de Televisa "como en otras ocasiones llegan con otros de sus artistas".