Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 27 de septiembre de 2002
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Política
La SRE basa su trabajo en la intriga, señala Sauri

Auténtico vodevil, la política exterior de Castañeda: PRI

El canciller soportó severas críticas, incluso del PAN, al comparecer ante senadores El servilismo a EU, queja constante

ANDREA BECERRIL Y ROSA ELVIRA VARGAS

Con un tono bajo y sin afectaciones, pero también sin asomo de duda, la senadora yucateca y ex presidenta del Partido Revolucionario Institucional, Dulce María Sauri, ubicó la política exterior que practica Jorge G. Castañeda como un "auténtico vodevil''. Una comedia, definió, "frívola, ligera y picante'', de argumentos "basados en la intriga y el equívoco''. Ella hablaba en ese momento del reciente conflicto con el embajador de México en Cuba, Ricardo Pascoe, pero pronto extendió tal caracterización a todo el desempeño del canciller.

Y le dijo: "no podemos consentir la frivolidad, la arrogancia o el mal carácter que sobrepasa las formas diplomáticas más elementales y que le llevó a usted a declarar que todos los embajadores son sus empleados''. Esa actitud es un detonador potencial "con repercusiones delicadas y sobre todo innecesarias para la imagen internacional de México''.

En esa tónica, con más o menos imágenes irónicas o literales, se dieron casi todas las intervenciones que escuchó el canciller Castañeda cuando regresó ayer, después de muchos meses, al Senado de la República. Pero la constante, incluso entre los miembros del PAN, fueron los severos señalamientos, críticas y hasta advertencias que le hicieron por "el alineamiento'' a la política internacional y los intereses de Estados Unidos.

Por ello, una de las preocupaciones de todas las fuerzas políticas fue saber cuál será la postura que adoptará México en el caso de que Estados Unidos insista en que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe una intervención militar en Irak.

El priísta César Camacho Quiroz y el perredista Marcos Cruz le exigieron apegarse ante tal decisión a la Carta de las Naciones Unidas y a los principios de la política exterior mexicana, en los que se establecen alternativas para la paz y no declaraciones de guerra.

Castañeda Gutman, quien desde el inicio trató de mostrarse conciliador y hasta apeló a la ayuda del Senado para tomar una decisión final sobre Irak, deslizó que no debe olvidarse que en varias ocasiones el gobierno de México "ha aprobado el uso de la fuerza'' para mantener la paz y la seguridad internacionales.

Pero esto no satisfizo a los legisladores. Camacho Quiroz lo refutó y le hizo notar que las circunstancias eran otras, como ocurrió en la década de los 90, pues entonces la amenaza no era potencial sino real. Aprovechó para decirle que nunca antes "se ha hablado con tanta crudeza a favor de un alineamiento a la política internacional de Estados Unidos''.

No hubo soslayo ni concesión de los senadores para reclamar y pedir cuentas sobre los temas más controvertidos. La senadora panista Cecilia Romero quiso saber si con el cambio de embajador en Cuba se busca restañar la "deteriorada'' relación. Y sin ocultar la sorna, el perredista Gerardo Higuera le preguntó si una vez que ya "cortó la cabeza'' de Ricardo Pascoe, "¿ahora va usted por las cabezas de Adolfo Aguilar Zinser y de Porfirio Muñoz Ledo?''

El canciller, que dejó muchas interrogantes sin responder, fue especialmente elusivo en el caso cubano, y aunque quiso señalar que los "episodios'' recientes que han marcado la relación con La Habana "se han ido superando'', admitió que de algún modo el cambio de embajador ayudará en el trato bilateral. Pero, en todo caso, "no habrá reversión sino una nueva etapa'', afirmó.

Restó importancia al retiro de Ricardo Pascoe con el argumento de que desde los 70, los representantes mexicanos en Cuba han durado un promedio de 20 meses. Y respecto al posible retiro de Aguilar Zinser de la ONU destacó la "gran amistad'' del ex académico con su homólogo de Estados Unidos John Dimitri Negroponte, "e incluso con mi colega Colin Powell''.

Camacho Quiroz le reviró: "hacemos votos porque esa relación extraordinaria también la tenga Aguilar Zinser con su empleador Castañeda''.

Laura Alicia Garza Galindo, siempre en el mismo tono de quien habla sin concesiones y conoce muy bien a su interlocutor, le dijo que hay una entrega sin condiciones a Estados Unidos, particularmente en lo que se refiere a los recursos energéticos de México. Y le preguntó: "¿cómo permite usted que funcionarios de Canadá y Estados Unidos intervengan en el problema entre el gobierno mexicano y el sindicato petrolero?''

Sobre el conflicto de Pemex "no quiero aventurar ningún comentario'', respondió Castañeda, aunque luego quiso dejar claro que el gobierno de Vicente Fox está actuando en este caso de manera muy distinta a como se hizo en 1989.

Dulce María Sauri llevaba un texto sin desperdicio argumental. Le pidió cuentas de la forma como maneja y está organizada la cancillería, de los modos que ha seguido para separar a Pascoe, al representante en Grecia y "castigar'' a otros por el hecho de protestar ante actitudes prepotentes y soberbias, así como su decisión de cerrar sedes diplomáticas y consulados.

También le hizo notar que la política que ha seguido con algunos países de América Latina y el Caribe ha tenido ya consecuencias como el que México no ganara la presidencia de la Organización Panamericana de la Salud y le advirtió que el Senado espera una explicación convincente de las renuncias y cambios de embajadores en Grecia y Cuba, porque "no será suficiente con notificar la vacante a cubrir para que se aprueben'' las propuestas presidenciales.

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