Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 27 de septiembre de 2002
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Política

En riesgo, estabilidad económica, orden, convivencia y paz social del país, señala

Ha fracasado la transición democrática, dice la CEM

En documento dado a conocer ayer, los obispos llaman al diálogo a los sectores sociales

JOSE ANTONIO ROMAN

En un tono verdaderamente inusual, por su dureza y crítica, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseguró que la transición democrática del actual gobierno ha fracasado, y que la "descomposición política" que se vive actualmente en el país pone en riesgo no sólo la estabilidad económica, sino también el orden, la convivencia y la paz social.

En su declaración de 19 puntos titulada Participación solidaria para afianzar la transición democrática, los obispos católicos del país señalan que "se hace indispensable" que el presidente Vicente Fox "marque el rumbo hacia la transición, con decisiones claras, veraces y oportunas, sin titubeos, que sólo engendran desconfianzas y ambigüedades".

Firmado por el presidente y el secretario de la CEM, Luis Morales Reyes y Abelardo Alvarado, respectivamente, pero avalado por todo el consejo permanente y la jerarquía católica del país, el documento reconoce que si bien se han alcanzado avances significativos en materia electoral, hay algunos sectores que "no se ajustan" a los nuevos tiempos, además de que se han "multiplicado los grupos de presión", que están más preocupados por preservar sus propios intereses que por el bien común de toda la nación.

Los obispos exhortan con urgencia a todos los sectores sociales a dialogar, siempre bajo el principio del bien común, para llegar a acuerdos y toma de decisiones en tareas pendientes como las reformas política del Estado, fiscal, laboral y energética, entre otras que son necesarias en la creación de un ambiente favorable para la inversión.

"No permitamos que se nos escape esta excepcional oportunidad que hoy se nos ofrece. No permitamos que el enfrentamiento, la descalificación como sistema y la oposición irracional se vayan imponiendo como estilo ordinario en la vida política y social.

"Estos no son caminos que nos permitan alcanzar una convivencia armoniosa, dentro de la legítima pluralidad. Aprendamos de nuestro pasado histórico: cada vez que nos hemos dividido nos hemos debilitado y no hemos sabido enfrentar con éxito intereses externos que nos han resultado adversos", dice el texto episcopal, presentado ayer en conferencia de prensa por el obispo Alvarado y el secretario ejecutivo del organismo, el presbítero Francisco de Javier González.

De los "grupos de presión", los obispos dicen tener la impresión de que, en ciertos momentos, "hay quienes están decididos a frenar la marcha del país y a dejar la puerta abierta a la riesgosa aventura de la anarquía".

El texto, motivado por la situación imperante

Durante la conferencia, el secretario general explicó que el documento va más allá de la circunstancia coyuntural del Pemexgate. "No es algo que salió a última hora -el texto-, se ha venido preparando desde hace dos meses". No obstante, señaló que, aprobado el pasado martes, luego de dos días de reunión del consejo permanente, se decidió hacerlo público inmediatamente, ante la difícil situación que priva en el país, generada en parte por las acusaciones en contra de los dirigentes petroleros. Asimismo expresó su confianza en que no se inicie la huelga en Pemex.

Vemos que en México -agregó- la transición hacia la democracia ha fracasado; creo que el pueblo tiene una gran esperanza en un cambio, pero no sólo de gobierno o de personas, sino un cambio profundo, de actitudes, de mentalidad, de estructuras, donde se combata efectivamente la corrupción y la impunidad.

Confesó que los obispos ven con "profunda preocupación" los acontecimientos recientes, donde en los últimos meses la situación política se ha "descompuesto mucho", poniendo en riesgo la economía y la paz social, con lo cual se perdería el esfuerzo de todos los mexicanos. Asimismo, defendió el "legítimo" derecho que tienen los obispos para dar una "palabra orientadora" en este momento difícil, en el que se observa una "gran debilidad" del estado de derecho.

En su numeral 10, el documento advierte que "no se puede caminar con excesiva lentitud" ante la urgencia de los cambios que se requieren para sacar al país de la "vergonzosa pobreza" y de la "injuriosa desigualdad social". Se espera de quienes tienen responsabilidades políticas, financieras, empresariales y sindicales que testifiquen con hechos concretos los cambios reales y profundos que necesitamos para la obtención de una justicia social, tantas veces añorada y otras tantas postergada.

Estos nobles ideales, agregan los obispos, sólo serán posibles si se subordinan los intereses parciales a los consensos comunes necesarios para el bienestar patrio.

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