Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 21 de septiembre de 2002
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Contra
Agravio al peculiar alcalde de Lajitas

Todavía espera justicia Clay Henry III, una castrada cabra de linaje político

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Washington, 20 de septiembre. El alcalde de Lajitas fue encontrado la mañana del 26 de noviembre de 2001 tirado, temblando y sangrando. Alguien había castrado a Clay Henry III, heredero de una dinastía política de este pueblito fronterizo en Texas, y a pesar de que hay un acusado del terrible crimen que sacudió ese lugar, un primer juicio no concluyó con una condena.

¿Ganará la impunidad?

Mientras los políticos de este país insisten en nuevas medidas de seguridad y alertan sobre amenazas del exterior, en Lajitas se cometió un crimen inusitado que ha minado la confianza pública en la ley y el orden.

Al parecer, esta tragedia fue resultado de un insulto mezclado con un poco de alcohol. Pero el cuento no termina ahí: este caso no fue sólo el de un alcalde víctima de un ciudadano bárbaro, ni sólo que un hombre más haya sido agraviado, o el de otro atentado contra una autoridad legítima u otro atropello del sexo masculino, ni de otro acto insensato de violencia del hombre contra el hombre. De hecho, la víctima ni es un hombre.

El alcalde honorario de Lajitas es... una cabra con un apetito particular por la cerveza.

El caso fue llevado a juicio el mes pasado. El fiscal Frank Brown sostuvo que Steve Smith le quitó una cerveza a Jim Bob Hargrove para ofrecérsela a la famosa cabra y presumirla a un invitado famoso. Hargrove, al parecer, se enojó, su ira fue creciendo durante el día y esa noche regresó con un cuchillo con el cual tomó venganza contra Smith y castró a la cabra. "Fue hecho para dañar a Clay Henry, el icono y mascota de Lajitas", argumentó el fiscal ante el jurado.

El abogado defensor dijo que su cliente había sido víctima de un complot de Smith, quien intentó inmiscuirlo fraudulentamente en el crimen con el objetivo de expulsarlo de la comunidad, y que los responsables del terrible hecho eran cómplices de aquél.

Además, la defensa acusó a Smith de crueldad contra los animales. "¿Usted nunca pensó que estaba matando a esa cabra al darle cerveza?", preguntó el fiscal. "Nunca conocí a nadie que se haya muerto de alcoholismo", respondió Smith.

Pero el fiscal alegó que Hargrove huyó de Lajitas el día que se descubrieron los testículos del alcalde honorario del pueblo. Una trabajadora de limpia en el condominio prestado donde se alojaba Hargrove encontró un paquete de "carne extraña" en el refrigerador y lo tiró. Un policía fue informado del hecho y al investigar en el depósito de basura lo halló junto al cuchillo ensangrentado.

Después de las declaraciones de varios testigos de los dos bandos, el fiscal concluyó su argumento y dijo que la cabra "era indefensa y ese hombre -señalando a Hargrove- no lo fue ni lo es. Merece ser condenado".

Pero la defensa respondió que el crimen podría haber sido realizado por cualquiera. "Podría haber sido un cualquiera. Tal vez los ecoterroristas. La mayoría de la gente ahí (en el pueblo) es normal, pero sí hay algunos loquitos".

Después de deliberar la semana pasada, el jurado de 12 ciudadanos informó que no podía llegar a un consenso, por lo que el juicio fue declarado nulo. Ahora el fiscal debe decidir si se inicia otro juicio contra Hargrove, quien permanece en libertad bajo fianza. Todos esperan saber, en particular las cabras (y algunos cabrones), si aún hay justicia en este mundo.

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