Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 17 de septiembre de 2002
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Contra

Traición en el desierto de BC

Denuncian abusos del Grupo Beta contra centroamericanos entregados por un pollero

VICTOR BALLINAS

Su sueño se acabó: "šYa faltaba poquito! šCasi lo lográbamos!..., pero nos traicionaron. En lugar de pasarnos a Estados Unidos, adonde queríamos llegar, los polleros nos entregaron en el desierto de Mexicali al Grupo Beta, y ahora nos van a deportar".

Asustados, nerviosos, algunos de los 41 centroamericanos que fueron detenidos el viernes 6 en Mexicali, Baja California -11 guatemaltecos y 30 salvadoreños, además de dos sirios-, y que ayer llegaron a la estación migratoria en la delegación Iztapalapa, narran a este diario el maltrato que recibieron a manos de los beta, cuerpo entrenado especialmente, se dijo cuando se creó, para evitar que los migrantes sufrieran malos tratos o murieran en el desierto.

"Estábamos esperando en el desierto a que el pollero regresara por nosotros. Nos dijo que nos iba a llevar a una granja. Que lo esperáramos ahí. El guía se quedó junto a nosotros. Pero pasaron seis horas y no regresó. De pronto vimos que llegaron unas camionetas y el guía habló con ellos. Eran cinco agentes armados; dijeron que eran del Grupo Beta y que nos iban a ayudar.

"Con voz fuerte nos preguntaron: 'Ƒde qué país vienen?' Les dijimos que éramos mexicanos. 'ƑSon salvadoreños, verdad?', nos decían. Como no contestábamos, volvían a preguntar: 'Ƒson centroamericanos, verdad?'

"De pronto cortaron cartucho y nos apuntaron con sus armas. Nos asustamos. 'No traten de escapar', dijeron. 'šNo corran! Hagan lo que les vamos a decir.' Volvieron a apuntarnos, y de nuevo sentimos mucho miedo."

Héctor, Irma, Amada, Angela, Fernando, Griselda, Ana y Rosa, salvadoreños y guatemaltecos, entrevistados en la estación migratoria de Iztapalapa, denuncian: ''cuando llegaron los agentes estábamos haciendo el desayuno. Nos quitaron la comida y se tomaron nuestra agua. Luego nos trasladaron a la estación migratoria de Mexicali.

''Los agentes se cubrían su uniforme. ƑPor qué? Si son policías para ayudarnos. Los que nos detuvieron, encima de su camisa, en la que se veía el logo del Grupo Beta, llevaban otra. Unos iban de civil y nos decían: 'es para que no nos identifiquen'.

''Al pollero que nos llevaba lo dejaron ir. No sabemos por qué a él sí lo dejaron libre. También a una mujer salvadoreña que nos delató."

Graciela, Luis, Rosa, Angela, María y Dora aseguran: "Los polleros nos reunieron en el desierto. Eramos varios grupos. Nos conocimos allá. Ahí estábamos esperando cruzar, ya casi llegábamos, faltaba poquito, pero se acabó el sueño".

Los centroamericanos detenidos en la estación migratoria de Iztapalapa dan cuenta del maltrato recibido: "A unos los agarraron del cuello y los esposaron. Les advertían: 'si no dicen la verdad los vamos a meter a la cárcel por seis meses'. Nos interrogaban a gritos y se burlaban de nosotros''. Otra mujer salvadoreña, con ocho meses de embarazo, se empezó a sentir mal por el miedo, por las amenazas, y cuando pidió agua, los agentes le dijeron: ''šNo que tan valiente, ahora aguántese!''

Se investiga el caso

El procurador de Derechos Humanos de Baja California, Raúl Ramírez Bahena, informó en el Distrito Federal a la organización no gubernamental Sin Fronteras que se trabaja a favor de los migrantes y refugiados sobre este caso, para darle seguimiento.

Sin Fronteras comunicó este caso a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y pidió su intervención. Le informó que se sabía que el Grupo Beta detuvo a indocumentados que cruzaban hacia Estados Unidos, que hubo maltrato y amenazas.

El viernes 13 por la mañana dos visitadores de la CNDH asistieron a la estación migratoria de Iztapalapa. Dijeron que hablaron con la mayoría de los detenidos en Mexicali, incluso con los sirios, que hubo traducción al inglés y al español.

Sin Fronteras les preguntó por el estado de la mujer embarazada.

-No -respondieron-, no vimos a ninguna embarazada.

-ƑCuántos menores venían? -insistió Sin Fronteras.

-Dicen que venían tres. Pero aquí nos explicaron que a ellos no los van a mandar en autobús a la frontera sur, sino que los entregaran a sus gobiernos.

-ƑDijeron que hubo golpes o tortura?

-No. No dicen eso -aseguraron los visitadores de la CNDH-. Pero se les nota el miedo, el temor. Se quejan porque el Grupo Beta los detuvo.

-ƑSi no estaban en riesgo no los pueden detener?

-Se les ayudó a que no sufrieran en el desierto.

Lo voy a volver a intentar: Griselda

Griselda, joven salvadoreña, asegura: ''me dijeron que mañana sábado me van a deportar a Guatemala, pero voy a volver a intentar pasar. En mi país no alcanza lo que gano. Tengo dos hijos de seis y dos años. Mi esposo se ahogó en la frontera sur hace dos años. Intentó cruzar en una lancha y se volteó.

''El Grupo Beta de Chiapas me ayudó a buscarlo en lancha. Se portaron bien allá, por eso pensé que los agentes en Mexicali nos iban a ayudar, pero no, nos amenazaron, se burlaron de nosotros y dejaron libre al pollero. ƑPor qué nos hacen eso? No somos delincuentes. No nos queremos quedar en México, queremos llegar a Estados Unidos. Ese es el sueño''.

Cuenta: ''Desde que salí de El Salvador hasta llegar a la frontera norte me tardé 30 días. Pagué 5 mil dólares. Tuve suerte. Salimos tres personas de mi país juntos. Al llegar a Tapachula conocimos a otros, y ahí nos presentaron al pollero. El camino fue difícil. Caminábamos, pedíamos aventón o viajábamos en camionetas. Afortunadamente no nos pasó nada en el camino. Vengo con una joven de 19 años y un señor de 35.

''Lo difícil lo pasé en Mexicali. Ahí sí tuve miedo. Cuando cortaron cartucho fue una amenaza. Nos apuntaban. Esa fue una experiencia fea, pero voy a volver a intentar cruzar hacia Estados Unidos, a lo mejor la próxima tengo más suerte".

Los entrevistados dicen que pagaron entre mil 500 y 2 mil dólares para que los ayudaran a cruzar la frontera norte. "Allá tenemos amigos y familia. Vamos en busca de trabajo. Por qué nos detienen en México. Si el Grupo Beta es para ayudarnos, lo que nos hicieron no es justo".

Varios de los entrevistados aseguraron: ''queremos volver a nuestro país. Ya pasamos mucho miedo''.

La embarazada contó: ''yo me siento mal. Yo quiero regresarme a mi país. No lo voy a volver a intentar, tengo miedo. Ya quiero irme a mi país".

-ƑYa la revisó el médico?

-No. No me pasaron al médico.

-ƑQue le dijeron los visitadores de la CNDH?

-Nadie me entrevistó.

"Ya nos queremos ir, no queremos que nos toque feriado en Guatemala y nos dejen un día más detenidos", dijeron preocupados los centroamericanos a los que el Grupo Beta les quitó el sueño.

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