Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 17 de septiembre de 2002
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Cultura

FORO DE LA CINETECA

Carlos Bonfil

Sobibor

Rebelión sangrienta Organizada ejecución de varios militares nazis

SOBIBOR, 14 DE octubre de 1943, 16 horas. El título completo del documental del francés Claude Lanzmann señala el año, la hora y el día exacto de una rebelión sangrienta en el campo de exterminio de Sobibor, en Polonia. El episodio, poco conocido, no es único. En otros campos (Treblinka, Auschwitz, Theresienstadt) hubo sublevaciones de deportados judíos y gestos individuales de resistencia. En Sobibor, sin embargo, la ejecución de varios oficiales nazis fue organizada con precisión militar. Los resistentes, en su mayoría miembros del Ejército Rojo soviético, eran judíos y prisioneros de guerra, comandados todos por Alexander Pertchersky, quien planeó la insurrección.

EN 1979, MIENTRAS realiza su portentoso documental de nueve horas, Shoa (Exterminio, 1976-1985), Lanzmann entrevista a uno de los participantes en la ejecución, Yehuda Lerner, quien le relata los pormenores de la revuelta exitosa. Por su extensión y especificidad la entrevista no se incluye en Shoa, pero el cineasta la recupera 20 años más tarde para construir una película nueva, añadiendo imágenes del lugar en su estado actual, con la estación de trenes de Sobibor, ya desierta, como aparece la de Treblinka en la cinta anterior. Una fotografía abre la cinta; en ella se ve a oficiales alemanes haciendo el saludo hitleriano frente a las fosas de sus compañeros caídos. Acto seguido toma la palabra Lerner, quien confiesa no haber matado a nadie antes de aquel día, admitiendo luego estar orgulloso de haber ultimado a golpes de hacha a los verdugos de decenas de miles de judíos. El saldo de las personas exterminadas en Sobibor alcanzó la cifra de 250 mil judíos.

SI EN SHOA el tema central era la persistencia de la memoria, y la ingeniería atroz del exterminio, en Sobibor se plantea un asunto ético que Lanzmann resume al mencionar la ''reapropiación de la violencia por los judíos". Se derrumba así el mito de la pasividad judía en esos campos, la imagen del sufrimiento abnegado que maneja la ficción hollywoodense (La vida es bella, La lista de Schindler) para tranquilidad de las conciencias. A las argucias de la ficción, Lanzmann opone la elocuencia irrebatible de la experiencia vivida, el relato en primera persona de un sobreviviente. En la voz de Lerner relatando el acto de justicia se combinan la reflexión lúcida y el distanciamiento humorístico. Hay imágenes implacables, como la de 800 gansos que en círculo avanzan nerviosos, graznando; sus graznidos debían sofocar los gritos de los deportados conscientes de la aniquilación inminente. Esa terrible sugerencia metafórica se añade a la palabra de Lerner en el notable documental antifascista.

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