ASTILLERO

Julio Hernández López

De viajes presidenciales

Guerra de cifras luego del Informe
Las batallas de la paz
A la distancia, la vida es más sabrosa

LO BUENO ES QUE el presidente Fox anda bastante lejos. Así ni siquiera estará enterado de primera mano de la guerra de cifras que su segundo Informe ha generado, por ejemplo, entre gobernadores que juran no haber recibido ni de chiste el volumen de obras y recursos que fue anunciado el domingo pasado en San Lázaro, o entre analistas y estudiosos de los asuntos públicos que encuentran graves diferencias entre el optimismo estadístico y la fría realidad.

A LA DISTANCIA, entre jefes de Estado y personajes mundiales, el Presidente de México apenas será tocado por el eco de las múltiples batallas tribales nativas entre diputados que siguen sin ponerse de acuerdo respecto a quién presidirá sus trabajos asambleísticos (aunque persiste el fantasma de la concertación entre PRI y PAN para repartirse por mitad el ejercicio anual de la discordia); entre panistas que tratan de cobrarse afrentas y traiciones (presuntamente habidas luego de que se había cerrado la negociación para dar la mesa directiva a Beatriz Paredes y la contestación del Informe a Felipe Calderón); entre priístas que pelean por el control de la cotizada interlocución con el gobierno federal para efectos de acuerdos sobre reformas y elecciones (Beti dice que en la bancada de San Lázaro ella manda; Beto dice que él es el mero mero en San Lázaro y en todo lugar; Albazo Esther jura que la única intermediación viable pasa por ella y su amiguísimo Jorge, quien habría sido comisionado por su jefe justamente para encargarse de la operación política de alianzas en México en lugar de ir a perder el tiempo a Africa); entre una subespecie priísta, la de los cenecistas (Roberto Madrazo ya prepara la revancha, con Ligas de Comunidades Agrarias de algunos estados, como Tabasco, Baja California, Veracruz y Coahuila, que hoy le reclamarán a Heladio Ramírez la ruptura de relaciones con el tabasqueño); entre perredistas que renuncian a su grupo en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y amenazan con impedir que un correligionario conteste el informe de López Obrador, pero siguen siendo del sol azteca (Armando Quintero y su grupo no se resignan a estar sentados luego de que en la anterior ronda fueron los bailarines estelares); entre funcionarios pejelagartos y sindicalistas porriles (el paro parcial en la Tesorería del Gobierno capitalino es parte de la pugna por el gran pastel de la corrupción y la ineficiencia), e incluso entre el cantor mediático de las madrugadas, Andrés Manuel, y su propio pasado de lucha social intensa, al manifestarse insólitamente por la expulsión de las filas perredistas de quienes invadan terrenos, como está sucediendo durante su gestión en Xochimilco (de tomas de pozos petroleros no dijo nada).

BATIENDOSE ORATORIAMENTE como los buenos en la arena de Johannesburgo (planteando reformas mundiales en un foro al que Estados Unidos ha enviado como muestra de desinterés a Colin Powell, el secretario de Estado al que Bush no encuentra en qué entretener mientras él decide lo importante, que es la siguiente agresión a Irak), el Presidente mexicano no sufrirá afectaciones graves al ver a su fiscal repartidor de atole justiciero, Ignacio Carrillo Prieto, desfallecer porque los presuntos culpables de represiones políticas se niegan a declararse culpables o a dar datos incriminatorios contra alguien (Alfonso Martínez Domínguez negándose a transferir oficialmente el título de halconzo a Luis Echeverría Alvarez). La vida institucional de México es tan fuerte que todo sigue adelante aunque su Presidente haya dejado de manera provisional el timón para irse a repartir al mundo las dotes que no deben dejarse tacañamente sólo en nuestro país: los trabajadores de la Volkswagen aceptan un aumento salarial por debajo de sus pretensiones, pero la viabilidad económica de la empresa sigue en entredicho; el dólar sube a causa del martes negro mundial, pero también hay un cierto aire de inestabilidad económica que llama a los especuladores a buscar refugio en otros lados; se cumple un año de la expropiación azucarera, pero nadie sabe exactamente qué se quiere hacer en ese punto, salvo ayudar a los refresqueros amigos y presuntos financiadores; los ajustes de cuentas entre narcotraficantes con placa y sin ella llenan las páginas de nota roja de algunas ciudades, y por ello se prepara un cambio de delegados y subdelegados de la PGR en todo el país, según anuncia la subprocuradora de la arquidiócesis de Guadalajara, María de la Luz Lima Sandoval; la batalla contra las tarifas eléctricas excesivas en el norte del país pasa de San Lázaro, donde un grupo de mujeres sonorenses protestó fugazmente ante el Presidente, a instancias internacionales en las que se argüirá que esos costos violan derechos humanos, y la consejería jurídica de Los Pinos pide a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que, por formulismos que no van al fondo del asunto, declare improcedente el recurso impuesto por el Gobierno capitalino contra la firma mexicana de la convención interamericana referida a desaparición forzada de personas con la que el foxismo acepta que no haya retroactividad en el castigo a quienes resultasen responsables.

A LA DISTANCIA, PUES, la vida es más sabrosa. Aunque también más cara y, en el caso, doblemente, pues aparte de la gira oficial del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos se lleva a cabo la gira oficial de la presidenta de la fundación Vamos México. La oficina de prensa de Los Pinos ha dado abundante cuenta de sus interesantísimos desplazamientos (fue a una iglesia católica y prometió enviar imágenes de la Virgen de Guadalupe y de San Juan Diego, aunque no equilibró republicanamente ofreciendo, por ejemplo, un cartel de El crimen del padre Amaro) y de sus profundísimas reuniones con personajes de alto nivel intelectual. Tales viajes constantes cuestan tanto que la patria debe hacer ahorros para sufragarlos. Por ejemplo, suprimiendo los festejos de la Independencia nacional en las representaciones diplomáticas en el mundo, y en especial en Cuba. Tales herrumbres históricas, para sobrevivir, deberían ser autofinanciables, cual camiseta de equipo profesional de futbol: ƑQué tal, por ejemplo, Enron y Coca-Cola patrocinando el Grito de Dolores, con Miguel Hidalgo portando un estandarte de la primera firma y empuñando en la diestra una botella de la segunda a la hora de tañer la campana de Dolores que llevara un anuncio publicitario en inglés de los Amigos de Fox? ƑO qué tal si se cambia la fecha para un 4 de julio en que algún vecino piadoso nos regale algunas sobras de sus festejos para hacer el nuestro?

šAH, TAN BONITO que ha de ser el andar siempre de viaje!

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