Triple Jornada No 49

Triple Jornada, el suplemento feminista de La Jornada, cumple cuatro años. Casi medio centenar de números han llegado en este tiempo a todo el país y a muchos rincones de otras latitudes informando sobre la realidad de las mujeres y haciendo circular muchas de las reflexiones e interpretaciones del mundo que desde el feminismo se vienen haciendo. Temas como nuestras luchas, nuestras creaciones, propuestas, imaginarios, necesidades y problemáticas; nuestras teorizaciones, nuestras situaciones y proyecciones en los espacios cotidianos de lo nacional y mundial han llenado estas, todavía escasas páginas, mes a mes.
La lucha de las mujeres por ser sujetas de información ha impulsado algunos nuevos espacios informativos para las mujeres en medios impresos y electrónicos de carácter comercial. Sin embargo son pocos los que informan objetivamente sobre las realidades y necesidades profundas y sobre los diversos sentidos de cambio de esta mitad del mundo; la mayoría hacen piruetas entre la "correct politik" del género y su rotunda negación al sentido transformador del feminismo; los más juegan perversamente con falsas ideas de emancipación e igualdad y manipulan para reciclar y reforzar los modelos más tradicionales de la cultura masculinista dominante, considerándonos sólo uno más de los sectores del mercado.

En el caso de los diarios nacionales y a pesar de que ha habido informaciones que ya no han podido ser silenciadas (la lucha por leyes de aborto, el caso de Paulina, la situacion de las mujeres afganas), el retroceso ha sido notorio, Hoy por hoy La Jornada es el único que ha tenido la voluntad para mantener un espacio de información y reflexión feminista que se ha venido entregando a lectoras y lectores, primero con Doble Jornada, ahora con Triple Jornada, cada primer lunes de mes como parte del diario. Sólo en alguna prensa local de la república se han abierto nuevos espacios para mujeres, la mayoría de los cuales se hace con escasos recursos, hasta de manera gratuita, fundamentalmente por voluntad y conciencia de sus realizadoras.

Cabe señalar que esta situación no es privativa de México; la mayoría de los países de nuestro continente no cuentan ni siquiera con este solitario suplemento feminista de distribución nacional que es Triple Jornada. Y allí donde los hay locales, si no son encartes financiados por agencias internacionales, se confeccionan con similares precaridades que en nuestros estados

¿Por qué es importante la existencia de espacios de información y reflexión feminista en medios que tengan alcances mayores que los que logran tener publicaciónes independientes, apoyadas o autofinanciadas (que aunque lleguen a menos mujeres son de suyo muy importantes porque abren brecha y marcan caminos)?

En primer lugar por tres razones de carácter civilizatorio general. Uno: mientras haya sujetos ocultos, a los que se silencie y se les quite la voz en el mundo, no sólo la idea que nos hagamos del mundo y por tanto el mundo que construyamos serán deformados sino incluso la idea de cada uno/a de nosotros/as como seres humanos será también distorsionada. Dos: porque la información, como lo hace la educación, abre la posibilidad de reflexiónar y entender, permite la inteligibilidad social, intelectual y política y por tanto impulsa la creatividad para construir sociedad y vida en colectivo, tanto es así que ocultar información y manipularla han sido y serán base vertebral para el autoritarismo, la imposición y la degradación de amplios sectores de la humanidad. Tres: Porque no se trata sólo de generar información sobre las mujeres, sin importar el tipo de contenido y enfoque: la información y la reflexión feminista han abierto y abren cada día vetas fundamentales para entender la lógica a traves de la cual la humanidad no ha logrado dar saltos cualitativos para la vida en sociedad, no ha podido disminuir el hambre, la injusticia, las guerras, la depredación ambiental a pesar de los desarrollos científicos y tecnológicos. La base de toda forma de violencia (clasismo, sexismo, racismo, etcétera) está en la idea fundante de nuestra macrocultura global: el varón (lo masculino) es cultura, la mujer (lo femenino) es naturaleza; la cultura debe dominar a la naturaleza. Ninguna forma de dominación y de violencia podrá ser entendida y superada, ninguna nueva imaginación social podrá surgir, sin entender este aspecto fundador.

En segundo lugar porque en el actual estado de nuestra (in)cultura, el triunfo del neoliberalismo ha exacerbado la violencia económica, social y sexual, llevándola a niveles nunca antes experimentados. La brecha entre ricos y pobres; la disminución del gasto social; la embestida brutal de las derechas -político religiosas- que ahora van con todo su poderío tras los escuálidos logros obtenidos; la usurpación de los bienes institucionales, materiales y de bienestar social de los pueblos por parte de los multimillonarios sin fronteras y de sus instituciones financieras, con toda sus secuelas socioeconómicas, las nuevas guerras imperiales, han recaido principalmente en las mujeres.

En las luchas de resistencia y por cambios que muchas mujeres, feministas militantes o no, han llevado para frenar y revertir esto, se han presentado diversas estrategias y miradas: hay importantes sectores que han puesto sus esfuerzos en tratar de cambiar el sistema por dentro y han peleado por cuotas, por espacios en los lugares de poder y decisión y, con la idea de que el sistema es perfectible, han demandado en diversas instancias que los proyectos gubernamentales tengan "perspectiva de género". Si bien estos sectores han usado la relativa apertura de algunos medios para denunciar hechos, para informar de sus agendas y demandas y han buscado que en los medios haya más periodistas capaces de dar cuenta del quehacer y la realidad de las mujeres en general, el resultado es que se han visto entrampadas en una cultura que no sólo no cambia su esencia sino que se hace más conservadora y que hace cada vez más de la información un producto del marketing del lucro y de la subordinación a las órdenes de los grandes poderes. Más allá de la denuncia sobre muchas realidades dramáticas, de dar a conocer las actividades y las demandas en las decenas de cumbres mundiales y regionales y de lo obtenido o no en diversos espacios de poder, les viene resultado difícil imaginar y crear nuevos parámetros y proyectos de lo que debería y tendría que ser un periodismo feminista capaz de enfrentar esta dramática realidad más allá de la perspectiva de género, hoy en boca hasta del FMI, el Banco Mundial y del mismo Bush.

Otros sectores críticos a esta perspectiva política, por su propia posición, funcionan al margen del sistema y carecen en general de los recursos y las aceptaciones para incorporar otra mirada a los medios de comunicación comerciales que difícilmente darán cabida a la crítica más radical. Son sectores que con la idea de que la nueva política se va construyendo desde el afuera del sistema, prefieren crear sus propios medios aunque su circulación sea más restringida.

Triple Jornada, en sus cuatro años de vida, ha buscado dar cuenta de todas las realidades que son posibles en tan reducido espacio. En sus páginas se ha informado de la mayor cantidad de luchas de las mujeres en general y las de los diversos feminismos en particular. Objetiva en su información, aunque no neutra en su mirada feminista, ha entregado información del quehacer y del pensar de diversos sectores de mujeres y de corrientes feministas, buscando -como se planteó en el primer número- "fortalecer el debate respecto al papel de las mujeres en el mundo, que no tiene que ser, necesariamente, adjudicarse la mitad del poder dentro de la locura de este sistema". Sin dejar nunca de denunciar, papel vertebral del periodismo, ha dado la mayor importancia posible a "aquellas experiencias de creación e interrelación mediante las cuales las mujeres vamos distinguiendo y valorando nuestra autoría de un mundo otro, aquellas experiencias que nos van diciendo quienes somos", y qué mundo es el que queremos.

El desafío en estos cuatro años no ha sido fácil, la realidad ahora se impone más dura y brutal, Triple Jornada es, significativamente, el único medio feminista en un diario de cobertura nacional. Esperamos que la experimentación cotidiana nos haga mejorar cada día, mejor dicho, cada mes, por otros muchos años más. El mundo lo necesita, las mujeres lo demandan.

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