Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 29 de agosto de 2002
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Política

En la impunidad, la vejación de que fue víctima un líder magisterial de Morelos

Una marca para toda la vida

LUIS HERNANDEZ NAVARRO

Fue un episodio de la guerra sucia contra el magisterio democrático. Un escarmiento que quiso servir de advertencia para otros. Una marca para toda la vida. En la madrugada del 5 de junio de 1982, cuatro individuos, presuntamente vinculados al grupo Vanguardia Revolucionaria o a alguna corporación policiaca, violaron al profesor Víctor Ariel Bárcenas, dirigente clave de los trabajadores de la educación en Morelos.

La insurgencia magisterial llegó al territorio de Emiliano Zapata a mediados de 1980, estimulada por el trato negligente en los servicios médicos del ISSSTE. Víctor Ariel Bárcenas despuntó como uno de sus principales voceros del movimiento. Culto, con formación política progresista y gran facilidad de palabra, relacionado con los cristianos progresistas, se convirtió rápidamente en una de las figuras más odiadas por Vanguardia Revolucionaria. El 4 de febrero de 1981 fue baleado desde un automóvil sin placas. Resultó ileso.

La celada

El 5 de junio de 1982, cuatro individuos -con acento norteño, pantalones vaqueros, botas, chamarras cortas, tres de ellos con sombrero- subieron al profesor Bárcenas a un automóvil de color negro. El pretexto utilizado era sencillo: lo requerían para asistir a una reunión magisterial de emergencia en la Normal Superior.

Dentro del carro, los delincuentes no dilataron en poner las cartas sobre la mesa. "šPero cómo son pendejos ustedes, gritan mucho, pero son pendejos! Pinche Arielito, ya te jodiste", le dijeron.

El auto se detuvo en una calle vacía. Con violencia comenzaron a interrogar a Ariel. Las preguntas comenzaron: "a ver Arielito, hijo de la chingada, nos vas a decir dónde has andado y qué están preparando para septiembre" -le exigió uno de los secuestradores. En ese mes se reiniciarían las clases en todo el país y con ellas las movilizaciones magisteriales.

-Espérense a septiembre para saberlo -les respondió Ariel con gallardía.

-Cállate cabrón, que no estás en uno de tus mítines -le contestó uno de los enviados de los charros, al tiempo que le jalaba el cabello y la barba-. Aquí no estás en una pinche marcha; ni un solo cabrón te va a defender. A ver, háblales a tus maestrotes para que te defiendan. ƑQué vas a hacer en septiembre? -insistió el ensombrerado.

Las preguntas siguieron durante largo rato sin que tuvieran respuesta.

-No te vamos a madrear... -sentenció uno de los dos enviados charros en tono irónico-, pero te vamos a dejar otra marca de la que no te vas a olvidar en toda tu pinche y puta vida.

-ƑNo podemos hablar en otros términos? - respondió Ariel.

-ƑVerdad que cambian las cosas, pinche Arielito? -reviró uno de los secuestradores, al tiempo que lo sujetaban con más fuerza. Uno de ellos ordenó a los que estaban afuera: "Ya jódelo", al tiempo que decían: "ora vas a ver, pinche lidercillo", e iniciaron la violación.

Como Ariel se resistió, los enviados de los charros aplicaron más fuerza para inmovilizarlo. Le taparon la boca con gasa y tela adhesiva. El dolor era demasiado. En ese momento perdió el conocimiento. Con dificultad, Ariel recobró la conciencia.

Con las bendiciones de arriba

-A ver cabrón -continuó uno de los golpeadores el interrogatorio-, ahora sí qumaestro_marchaedaste blandito. ƑPor qué le contestaste al presidente López Portillo cuando les pidió perdón porque no les pagaba su dinero de mierda? Aquí tenemos lo que dijiste.

Efectivamente, sabían lo que había dicho, lo que hacía, adónde viajaba, con quién conversaba. Sabían eso y más. Lo habían seguido, observado, espiado.

-ƑPecados? -siguió el interrogatorio- Ora sí te jodimos pinche puto, Ƒvas a ir a misa este domingo con tu pinche pelón el Méndez Arceo? A ver. ƑA poco sí es tu padrino? Sabemos todo lo que haces. ƑA qué fuiste el año pasado a Tehuantepec, qué tramaron los pinches curas? ƑFuiste a Juchitán, comunista de mierda? ƑPor qué viajabas en avión si no te pagábamos, de dónde sacas el dinero, quiénes te lo dan? ƑLos puntos críticos? ƑLos pinches troskos? ƑO los maos? Porque no te juntas mucho con los pescados, Ƒverdad? Ya vimos su último periodiquito. ƑDe dónde sacas el dinero?

En ese momento empezaron a presionar la columna vertebral, primero con la rodilla, luego con el puño cerrado y después con las rodillas. Había rabia en los improvisados torturadores.

Las preguntas continuaron: "ƑA ver, pinche Arielito, nos vas a decir por qué le dijiste estúpido a tu nuevo presidente? Porque De la Madrid le ganó a tu pinche candidato, Ƒo no? ƑNo le ganó? Tanto pinche escándalo y ya ves, les ganamos, pinches troskos", le dijeron en referencia a la candidatura de Rosario Ibarra por parte del Partido Revolucionario de los Trabajadores.

El interrogatorio siguió al igual que el silencio de Ariel. Los golpes, el interrogatorio, la presión le provocaron un estado en el que al intentar hablar rompió a llorar. Pudo contenerse. Con dificultad intentó gritar a través de la gasa y la tela adhesiva. Lo cuestionaron sobre si quería hablar, al tiempo que le retiraron el tapabocas. Como no respondió, repitieron la violación.

Las preguntas continuaron. Que- rían saber el origen del financiamiento del movimiento, sus relaciones con la Iglesia. Querían demostrar que tenían información.

La agresión a Víctor Ariel no era algo nuevo. Desde tiempo atrás había recibido amenazas de muerte vía telefónica. En agosto de 1981 un individuo trató de amenazarlo dentro del mismo local sindical ante el silencio cómplice de las autoridades.

En clara referencia a Rosario Ibarra, lo desafiaron entre carcajadas: "a ver, véle a contar a tu candidata pendeja y a tu CCL que te cogimos, ve corriendo, a ver cómo sales de ésta..."

Indignados con el apoyo de las comunidades eclesiales de base de Morelos al movimiento, le espetaron: "Ƒqué tienes que ver con la Iglesia? Sabemos que la llevas bien con los curas. Pinches curas, también se los va a llevar la chingada si siguen jodiendo la madre".

En ese momento lo violaron por tercera ocasión.

-Si abres el hocico te carga la chingada no solamente a ti -amenazaron cuando Ariel recobró el conocimiento-. Adviérteles a los demás. Sabemos dónde andas, qué haces, Ƒya te tienen casa nueva? Te vigilamos siempre.

-No seas pendejo, te vamos a dar otra oportunidad -dijeron entre conciliadores y amenazantes-, te mueres si no te enderezas.

La despedida

Lo subieron al automóvil dejándolo sobre Tlalpan, a la altura de Xola o Nativitas. Se despidieron de él con una amenaza: "no se te olvide: te vigilamos. No hables porque te mueres, Ƒoíste? Ahí te hablamos por teléfono luego, ya nos conoces".

Pero Ariel habló. En una decisión difícil y comprometedora presentó la denuncia. En carta a Rosario Ibarra, presidenta del Frente Nacional contra la Represión, señaló que lo hacía por "la necesidad de anteponer la denuncia a cualquier tipo de consideración personal". Concluyó su testimonio con un voto de esperanza: "seguir andando humanizando el mundo es, a más de imperativo revolucionario, luminosa tarea. El miedo no sirve, paraliza y cumple, si se le deja avanzar, el propósito de los enemigos de los intereses libertarios del pueblo".

A pesar de la agresión Víctor Ariel no abandonó el movimiento magisterial. Hoy día, inquebrantable como siempre, sigue comprometido con las causas democráticas, educativas y de defensa del medio ambiente.

Ni los culpables materiales ni los intelectuales de la vejación fueron encontrados por la policía. A pesar de ello, su denuncia no fue inútil. El testimonio de Ariel fue un ejemplo de valentía y de resistencia a la impunidad. Aunque explicable, grave habría sido su silencio. La guerra sucia contra el magisterio existió. Fue protagonizada, en mucho, por Vanguardia Revolucionaria. La fiscalía especial debe tomar cartas en el asunto.

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